En el número de Unidad y Lucha correspondiente a julio-agosto acabábamos con la biografía de Carlos Marx que realizó magistralmente en su momento Lenin, quien, trascendiendo la mera acumulación de anécdotas vitales, sintetizó las ideas centrales del autor de El Capital.

Cerrado este capítulo, queremos dar un paso más para que esta columna de formación se convierta en una herramienta más que contribuya al combate ideológico contra las posiciones de quienes buscan alejar a la clase obrera de sus intereses objetivos y esconden la lucha de clases bajo los ropajes de una supuesta coincidencia de intereses entre explotados y explotadores. En este preciso sentido, lo decimos claramente, no queremos ser imparciales; nuestro objetivo es claro: contribuir a la destrucción del capitalismo y a la construcción de la sociedad socialista-comunista.

Paralelamente, con esta columna también queremos acercar, en especial a toda esa clase obrera que aun no es militante del Partido, cuáles son las posiciones políticas e ideológicas cardinales que defiende el PCPE, por qué lo hace y en qué se traducen, a efectos prácticos, nuestros planteamientos.

Con estas ideas en mente, trabajaremos esta columna de dos formas:

En primer lugar, trataremos de explicar de forma concisa conceptos o ideas clave del marxismo-leninismo, intentando combinar toda la didáctica posible con la mayor rigurosidad en el análisis. Así, irán desfilando por nuestras páginas conceptos como “tasa de ganancia”, “acumulación originaria”, “anarquismo señorial”…

En esa línea, también insertaremos breves extractos de nuestros clásicos analizándolos de forma breve pero profunda y demostrando su actualidad en el desarrollo contemporáneo de la lucha de clases. El objetivo es familiarizar al lector o lectora con las obras fundamentales del marxismo-leninismo e invitando a su lectura, pues no hay manual que sustituya a las obras originales. Obviamente, no faltarán obras de Marx, Engels o Lenin, entre otros y otras. Pero también, ocasionalmente, nos preocuparemos por criticar a los enemigos del marxismo-leninismo a través de sus escritos, así ideólogos y servidores reconocidos de los intereses de la burguesía o una larga nómina de reformistas varios no escaparán a nuestro foco de atención.

En segundo lugar, nos preocuparemos de tratar de explicar, más detalladamente, esos planteamientos del PCPE concretos que tienen repercusiones profundas en el trabajo práctico de la militancia. Nos acercaremos a cuestiones como nuestra posición acerca de los frentes de izquierda (y similares), renta básica, la política de alianzas, presencia del PCPE en las elecciones, etc.
En definitiva, la idea general que perseguimos con esta columna es aclarar aquellos conceptos o ideas que por su dificultad puedan ser menos accesibles para la militancia en particular, y la clase obrera, en general y convertirlos en las fundamentales herramientas ideológicas de combate con las que tenemos que pertrecharnos.

La lucha que debe encabezar la clase obrera contra la burguesía no se limita a los conflictos en el centro de trabajo o el barrio y tampoco se acaba en las manifestaciones o huelgas y, menos aun, en las elecciones. Todos esos son aspectos esenciales de la lucha pero que deben ser complementados con el combate ideológico, porque en la lucha de clases no hay espacios neutrales. Si el Partido Comunista no le habla de plusvalía, revolución socialista o dictadura del proletariado a la clase obrera y a los sectores populares, el único mensaje existente será el que la burguesía propaga sin descanso las 24 horas del día, todos los días del año.

Para el éxito de esta columna de formación también será necesaria la participación de toda la clase obrera, militante o no, que se acerque a Unidad y Lucha. Y es que terminaríamos cada entrega mensual invitando a los lectores y lectoras a que nos planteen aquellas dudas o cuestiones que quieran que tratemos en la columna; requerimientos que, en la medida de lo posible, iremos resolviendo.

Todo ello teniendo como telón de fondo la imprescindible unión entre la teoría y la práctica revolucionaria. Ya lo decía Lenin:

“Sin trabajo, sin lucha, el conocimiento libresco del comunismo, adquirido en folletos y obras comunistas, no tiene absolutamente ningún valor, porque no haría más que continuar el antiguo divorcio entre la teoría y la práctica, que era el más nocivo rasgo de la vieja sociedad burguesa”.

uyl_logo40a.png