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Editorial Enero 2016

 

El resultado de las Elecciones Generales del pasado 20D ha dejado una situación de difícil gestión para las actuales clases dominantes en España. La necesidad de dar paso a un nuevo gobierno les apremiante, pero la solución no es sencilla y, además, al capitalismo español no le beneficia en nada una situación de provisionalidad prolongada.

Es posible preguntarse si éste es un resultado imprevisto, si se han dado errores de cálculo o si, quizás, es el resultado menos malo que el sistema podía conseguir en una situación de quiebra de los mecanismos de consenso social tejidos durante la Transición iniciada con la Constitución de 1978.

Algunos elementos políticos parecen claros:

1.- La Elecciones han dado un resultado político que se mueve dentro de las coordenadas del sistema. Ninguna de las fuerzas que han obtenido una representación significativa cuestiona el sistema de dominación; y todas ellas -con una u otra variante-, están comprometidas con la continuidad del sistema de dominación capitalista en España.

2.- Las clases dominantes -con su elaborada ingeniería- han conseguido, una vez más, un resultado electoral que contiene el fantasma del ascenso de la representación política independiente de la clase obrera. Además, en esta ocasión, el resultado hace pagar un alto precio a fuerzas de arraigada implantación popular, cuya deriva reformista lejos de permitirles mantener su influencia política las ha llevado a importantes retrocesos. El debilitamiento de las organizaciones del campo popular nunca es una buena noticia, aunque mantengamos evidentes diferencias con ellas, pues es expresión de la hegemonía actual de las posiciones socialdemócratas entre la clase obrera y otros sectores del pueblo.

3.- Los resultados del 20D fuerzan la recolocación de los partidos que han obtenido mayor cantidad de votos. El PP, a pesar de ser el partido ganador, sufre un fuerte varapalo que le obliga a todo tipo de equilibrios para tratar de ser gobierno. El PSOE se queda en una difícil situación porque no tiene combinaciones que sumen para ser alternativa de gobierno clara. Ciudadanos se sabe comodín de diversas combinaciones en unos resultados a la baja con respecto a sus expectativas, y Podemos, como no podía ser de otra manera, se adentra en el ejercicio de responsabilidad de mostrarse como fuerza con sentido de Estado, dispuesta a colaborar en el apuntalamiento del sistema.

El PCPE ha tenido enormes dificultades para hacer llegar sus propuestas políticas, y contrarrestar las estrategias de las clases dominantes, a pesar del buen trabajo realizado con la presentación de 41 candidaturas. Nuestra responsabilidad es continuar la lucha, y analizar y buscar caminos para revertir esta situación.

La hipótesis de unas nuevas Elecciones Generales seguramente no tiene mucho peso. Siendo una opción posible, ello supondría un prolongado tiempo de inestabilidad para la formación capitalista española, con impactos económicos negativos y, además, nadie garantiza que el resultado de una nueva convocatoria electoral se ajuste mejor a las necesidades de estabilidad del sistema.

El desarrollo más probable de esta situación es el de un acuerdo, con alguna de las distintas variables posibles, que dé paso a un nuevo gobierno que desarrollaría su gestión sometido a una serie de compromisos. La propuesta de Podemos, que apunta a la posibilidad de un gobierno de tecnócratas, parece ser expresión de esta conciencia de que necesariamente hay que formar gobierno, sí o sí.

Ahora bien, ¿este resultado electoral establece las bases políticas que necesita la burguesía española para llevar a la práctica su estrategia de Segunda Transición? El capitalismo español, para estabilizarse en una nueva situación, y dar salida a lo que el PCPE ha llamado crisis en la cúspide, necesita los apoyos de sectores amplios del pueblo, ¿las fuerzas “emergentes” tendrán la capacidad de garantizar a la burguesía esos consensos?

Esa será una cuestión de primer orden, a dilucidar en los próximos meses.

2016, X CONGRESO DEL PCPE

El año 2016 se inicia para el PCPE con el arranque del proceso hacia su X Congreso. En enero el Comité Central convocará formalmente el Congreso, con la aprobación de las Tesis, propuesta de reforma de Estatutos y Carta de Normas.

El objetivo principal de este X Congreso será el fortalecimiento del Partido. Llevar al PCPE a un salto cualitativo en sus capacidades políticas y organizativas, que signifique una posición más avanzada en su voluntad de ser la fuerza política determinante del proceso de la revolución en España, es la tarea principal que deberá abordar toda la militancia en los debates en las células, y quienes formen parte del Plenario del Congreso.

El debate en las organizaciones de base del Partido, y también de la Juventud, se extenderá a lo largo de tres meses. La Dirección Central del Partido estará presente en asambleas territoriales para ayudar a colocar las claves principales del importante debate que se abre en esta ocasión.

El Partido también hará balance del recorrido realizado hasta ahora, desde el IX Congreso, con la presentación del Informe del Comité Central saliente. Valorando los aciertos y los errores de estos años, para concluir con las propuestas superadoras necesarias.

La elección de un nuevo Comité Central será la decisión final del Congreso. La nueva Dirección elegida se tendrá que enfrentar al duro desarrollo próximo de la lucha de clases, en una situación de manifiesto agotamiento histórico de la formación capitalista. Por ello la responsabilidad en la elección de quienes formen parte de esa nueva Dirección es hoy mayor, y el Partido debe seguir un método riguroso de debate para acertar con la opción de aquellos cuadros que mejores condiciones tengan para asumir esta responsabilidad.

¡Viva el X Congreso del PCPE!

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