En noviembre los trabajadores de Línea Madrid 010 decidían en asamblea ir a la huelga tras al anuncio del Ayuntamiento de Madrid de municipalizar el servicio que hoy gestiona Ferroser.

Los trabajadores y trabajadores de Línea Madrid llevan más de 25 años solucionando las dudas y los trámites burocráticos de los habitantes de Madrid en el teléfono 010 así como en las oficinas de atención al ciudadano, y mientras han ido pasando de una empresa privada a otra sus condiciones de trabajo han ido empeorando gradualmente. Tras ganar las elecciones, el equipo de Manuela Carmena prometió que este servicio se municipalizaría para garantizar unos puestos de trabajo dignos, pero contrariamente, resulta que no garantizan el 100% de la plantilla, y más de 400 trabajadores podrían acabar en el paro, siendo sus puestos sacados a concurso público.

 

Los platos rotos de la nefasta gestión privada de los servicios públicos no pueden de ninguna manera pagarlos los trabajadores y trabajadoras del servicio, víctimas de primer orden de la gestión privada, y ahora también de su municipalización.

Por eso a los obreros no nos vale cualquier municipalización si no mira por nuestros propios intereses como clase, y, desde luego, en este caso podemos ver cómo de una manera descarada el Ayuntamiento de Madrid, lejos de defender a “la gente”, lo que realmente está consiguiendo es poner en peligro los puestos de trabajo de cientos de familias obreras. ¿Municipalización? Sí, es necesario expulsar de los servicios públicos a las empresas privadas y su actividad parasitaria cada día más agresiva al verse en enormes dificultades de elevar sus beneficios. Pero el actor principal capaz de de dar esa batalla es la clase obrera, unida, organizada y armada de sus probadas herramientas de lucha.

Y así fue que en asamblea de trabajadores como máximo órgano de democracia obrera la plantilla decidió movilizarse y convocó paros y concentraciones que fueron secundados por el 95% de la plantilla.

El PCPE y los CJC hemos estado junto a los trabajadores y trabajadoras en las movilizaciones de noviembre apoyándolas y rompiendo con el silencio de las organizaciones oportunistas que tras vender falsas ilusiones sobre una gestión amable del sistema capitalista, al conseguir ciertas cuotas de poder no dudan en gobernar en contra de los intereses de la clase obrera. La clase obrera debemos extraer de este conflicto una importante enseñanza, y es que los avances y retrocesos en nuestra situación no tiene que ver con los cambios de gestores del capital, sino con nuestra propia capacidad de organizarnos y luchar para arrancar al capital victorias.

Este conflicto aún no ha acabado y animamos a la plantilla a continuar luchando hasta echar por tierra los planes del Ayuntamiento y conseguir la municipalización conservando todos y cada uno de los puestos de trabajo.

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