También fuimos refugiados/as, también nos persiguieron y criminalizaron

Asistimos, este 14 de abril de 2016, a un aniversario de la proclamación de la II República que coincide con las dificultades actuales que tienen los gestores del sistema capitalista español para llegar a un acuerdo que les permita conformar un gobierno que garantice la continuidad de los intereses parasitarios del bloque oligárquico-burgués dominante.

 

En la actual fase de la crisis del sistema se ponen de manifiesto todos aquellos aspectos más violentos y agresivos del capitalismo, en su desesperación por superar su quiebra actual.

La reciente decisión, unánime, de la UE, de expulsar a cientos de miles de personas refugiadas que huyen de las guerras que el imperialismo organizó en sus países, con la finalidad de dar continuidad al saqueo y al expolio de sus recursos, tiene una relación histórica directa con el exilio republicano al final de la guerra nacional-revolucionaria.

Tanto las fuerzas liberales, como las socialdemócratas y las oportunistas, tratan de hacer olvidar las experiencias de avance y progreso que para la clase obrera y para los sectores populares supuso la IIª República. Quienes en aquella ocasión lucharon y defendieron la voluntad popular, y la legalidad de la República frente al golpe fascista, se vieron condenados a morir en las cárceles y campos de concentración, o no encontraron otra vía que el exilio para evitar la persecución y la muerte. Así, más de quinientas mil personas huyeron ante el final desfavorable de la guerra en España, atravesando la frontera de los Pirineos. En esa marcha, si tuvieron la acogida incondicional de la Unión Soviética, pero sufrieron el peor trato posible en Europa y, principalmente, en Francia, donde murieron miles en los campos de concentración (muchos al aire libre), de los gobiernos colaboradores del golpe de Estado en España.

Hoy se reproducen nuevamente esas mismas prácticas políticas criminales, en este caso con quienes buscan refugio de las guerras de Oriente Próximo, Oriente Medio y el norte de África. Guerras que son producto de la intervención directa de las potencias imperialistas y sus aliados en la zona, como Israel, Arabia Saudí o Qatar, en sus países.

Cualquier fisura en la gestión del capitalismo que pudiera haberse expresado en el seno de la Unión Europea, se ha cerrado inmediatamente cuando han decidido actuar contra las víctimas de su terrorismo criminal. Actúan sin piedad contra quienes huyen del hambre, de las bombas y de la miseria que el imperialismo ha generado en sus países. No hay derechos para esas personas. En los temas estratégicos no hay desacuerdos en la UE, hay unidad total de la burguesía y de sus diversos representantes políticos. Así, es el gobierno de Syriza quién en Grecia ejecuta violentamente esas expulsiones, con el uso brutal de las fuerzas de policía y el ejército.

Hoy en España, ninguno de los partidos políticos que pretenden formar gobierno cuestiona el sistema capitalista. Ninguno cuestiona la propiedad privada de los medios de producción, ni de los sectores estratégicos de la economía como la energía eléctrica, el gas, los transportes...; todos ellos aceptan la dictadura de los monopolios. Todos ellos les garantizan la continuidad de sus grandes beneficios a costa de la explotación y del robo a la clase obrera y al pueblo, bajo el amparo de la Constitución de 1978, y en el sistema monárquico, que se impuso con ella. Un sistema que garantiza la continuidad de la dominación de las clases parasitarias, sometiendo a la clase obrera y al pueblo al paro, al empobrecimiento generalizado, a los desahucios a golpe de porra (incluidos niños, mayores y personas enfermas), a la falta de recursos mínimos para pagar la luz, el gas, el agua, a la falta de perspectivas para la juventud y al desmantelamiento de las conquistas laborales conseguidas con la lucha y la organización obrera durante el franquismo y la Transición.

Esto es la España de la monarquía y de la Constitución de 78. Ya cayó la careta que durante tantos años han mantenido con la inestimable ayuda del reformismo y de la socialdemocracia, que han sido fieles colaboradores de la burguesía para frenar el avance del movimiento obrero. Edulcorando los enormes retrocesos de los que han sido cómplices, como las leyes que abrieron las puertas a la privatización de la sanidad, de la educación, o las leyes restrictivas de derechos básicos que tanto costó arrancar del sistema capitalista, así como el derecho a la libertad de expresión, reunión o manifestación.

Ni el capitalismo, ni sus gobiernos, ni la Constitución del 78 tienen nada que ofrecer a la clase obrera. El engaño de la Transición se perpetúa hasta ahora, apareciendo de vez en cuando algún juicio contra la punta del iceberg de la corrupción intrínseca al sistema, al que acompaña su correspondiente show mediático, en el que se genera la falsa ilusión de la igualdad ante la Ley. Estas son las maniobras de la Segunda Transición que nos quieren volver a vender los mismos que nos vendieron la primera.

La IIª República, que trató de plantear algunas bases para el reconocimiento de los derechos nacionales, avanzó en cinco años más que todo el período de los casi cuarenta que lleva la Constitución del 78, donde siguen sin resolverse los derechos democráticos de las nacionalidades que componen el Estado.

Por eso, también en este aniversario de la IIª República, hay que luchar y organizarse en los centros de trabajo, en los centros de estudio, en los barrios; organizarse en el Partido Comunista de los Pueblos de España, para dar la vuelta a esta situación, derrotar la monarquía, y apostar por el Poder Obrero y la República Socialista de carácter confederal, donde los distintos pueblos y naciones puedan ejercer el derecho de autodeterminación. Nueva forma del Estado socialista donde el pueblo y la clase trabajadora tomen las riendas de su futuro, tomen el control de la economía, de la banca, de la energía, de las tecnologías y las ponga a disposición del progreso y de la transformación social.

República Socialista de carácter Confederal

Viva el internacionalismo proletario

Apertura incondicional de las fronteras a todas las personas refugiadas

Fortalecer el PCPE, organizar la Revolución

Abril de 2016

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