Los recortes en educación, estrategia del capitalismo contra la clase obrera

En los últimos meses se ha desarrollado la movilización del profesorado interino riojano, amenazado por un nuevo recorte a sus derechos laborales por parte del Gobierno popular de José Antonio Ceniceros.

En los últimos años, el profesorado riojano de la Escuela pública ha sufrido los mismos ataques que el resto de compañeros y compañeras de otros territorios, tales como la eliminación de pagas extra, incremento de horas lectivas o aumento de ratios profesor/alumno. Pero, además, el profesorado interino, aquellos profesores y profesoras sin plaza fija, ha sufrido algunos ataques más, como la eliminación del cobro del verano o la multiplicación de las plazas con medias jornadas o con jornadas de un tercio.

 

Esta situación, bajo la excusa del recorte de gasto público, en el fondo obedece a la intención de continuar profundizando en un empeoramiento sistemático del Sistema educativo público. Si el profesorado padece malas condiciones laborales ¿cómo va a desempeñar adecuadamente su profesión? Es una pregunta y una reflexión que vale para toda y todo trabajador.

En el caso de La Rioja, el Gobierno del PP ha redoblado su ataque con una propuesta de Orden de Interinos que ha generado el rechazo de la mayoría sindical en la comunidad (5 de las 6 organizaciones sindicales presentes en la Junta de Personal) y la convocatoria, en este caso sólo por CCOO, de varios días de huelga.

Más de 1400 docentes, un 27% del global de la plantilla, se ven afectados por una nueva orden que ignora los años de experiencia de quienes no han podido obtener una plaza en las últimas (y tremendamente exiguas) convocatorias de Empleo Público. El Gobierno autonómico sigue la lógica de otras administraciones al buscar el desprestigio del profesorado y promover la idea de que la “calidad educativa” va vinculada al proceso de selección del profesorado, y no a los medios con que se cuenta para desarrollar el trabajo en la educación.

Lamentablemente, las maniobras divisionistas y el discurso de los Gobiernos acaban calando en las plantillas, que se dividen y confrontan sin tener en cuenta que se realiza el mismo trabajo.

Queda mucho camino que recorrer en el terreno sindical, puesto que, a pesar de la alta afiliación, el grado de lucha y combatividad es reducido tras años de políticas sindicales basadas en el pacto social. El papel de ciertas organizaciones, además, siempre dispuestas al acuerdo con el Gobierno de turno cueste lo que cueste, supone una dificultad añadida. La ausencia de una orientación clasista y unitaria en el sector docente va a mantener al sector permanentemente a expensas de las decisiones de las Administraciones, interesadas siempre en mantener la precariedad y la inestabilidad de gran parte del personal educativo.

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