Los y las estudiantes de familias obreras y de sectores populares sufrimos día a día las políticas que impone la Unión Europea, y es que a medida que avanza el tiempo observamos un detrimento de la calidad de vida, ya bastante mediocre en el denominado “Estado de bienestar” y un desmantelamiento de los servicios públicos, aquellos a los que deberíamos tener el acceso garantizado y de forma gratuita.

La educación pública no es una excepción y este mismo curso se pretende terminar con el período de implantación de la LOMCE (ley que afecta a primera, secundaria y Formación Profesional) y la Estrategia Universitaria 2015 en la mayoría de territorios del Estado español.

Pero preguntémonos, ¿por qué cada pocos años se proponen nuevos modelos educativos? ¿Es qué se pretende rediseñar el sistema educativo en función de los errores del anterior o por lo contrario responde a unos intereses de clase?

Solamente nos será necesario observar el proceso de privatización de la educación pública para asegurar que responde a una cuestión de clase. Con cada nueva reforma de la educación los hijos e hijas de la clase trabajadora nos vemos directamente afectados. A nivel económico hay un aumento de las tasas y muchos estudiantes de familias obreras no pueden seguir pagando sus estudios y son privados de este derecho fundamental o, dicho de otro modo, son expulsados de la educación pública. Por otro lado la calidad de los estudios disminuye con cada nuevo modelo educativo, pues aumentan los ratios alumnos-profesor dificultando tanto las clases como la cantidad de tiempo que el profesor pueda dedicar a la educación de cada alumno, se eliminan algunos estudios que no son útiles para generar beneficios económicos (como algunos estudios de humanidades), se modifican los órganos de gobierno de los centros educativos para facilitar la inclusión de grandes empresas en ellos, se adapta la oferta educativa de Formación Profesional en función de la industria de cada territorio en vez de hacerlo en función de las inquietudes intelectuales, etc.

Podríamos enumerar un sinfín de medidas que agravan el estado del sistema educativo y observaríamos que como estos también responden a un mismo interés económico, un interés que beneficia directamente a sectores de la clase burguesa.

Por esta razón, este nuevo curso, la Juventud Comunista tiene como objetivo volver a sacar a miles de estudiantes a las calles, vaciando las aulas y recuperando la histórica lucha del estudiantado contra las empresas y los gestores de la educación. Estamos trabajando en una serie de plenarios, analizando las reivindicaciones más inmediatas en unas partes del país u otras, sacando conclusiones y decididamente, lanzándonos a la intervención. Este curso queremos ganar movimiento estudiantil, vamos a ganar en las universidades e institutos una educación al servicio del pueblo trabajador.

¡Este curso vamos a por todas! Vamos a la luchar y que sean millones de estudiantes quienes recuperen las ganas de luchar, las ganas de vencer.

Àlvar Conesa

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