El pasado 4 de noviembre el Partido Comunista del Pueblo Canario y los Colectivos de Jóvenes Comunistas daban comienzo a la VII Marcha Obrera en la capital gran canaria, tras un trabajo político de varias semanas en los diferentes barrios de la ciudad. Desde La Feria del Atlántico, barrio del que salía la marcha, pasando por barrios populares del recorrido como Chumberas, Schamman, Cruz de Piedra, Las Rehoyas, Divina Pastora y Copherfam, así como en el Cono Sur (Tres Palmas y la Vega de San José), estos últimos que aunque no estuvieran en el recorrido de la marcha, tienen un especial valor para el Partido por el trabajo que se está haciendo por la recuperación de la Casa del Niño, como centro social y cultural.

Con un trabajo extenso en los barrios por los que pasaba dicha marcha, la militancia comunista hizo más de 20 salidas para hacer llegar a los barrios populares la importancia de unirse a la marcha. El PCPC tenía un mensaje claro; unir las luchas, unir a toda la clase obrera contra la explotación. Con un trabajo arduo de unidad sindical y vecinal, se consiguió agrupar a un gran número de sindicatos, entre ellos la sección sindical de CCOO en la cadena de supermercados Dinosol-Hiperdino, del sindicato Alternativa Sindical, de los Comités para la Unidad Obrera en Gran Canaria (CUO), de la Unión Insular de CCOO en Gran Canaria, del sindicato Convergencia Sindical, de la sección sindical de CCOO en Correos, entre otros y, un grupo de trabajadores del empresario explotador Miguel Ángel Ramírez, recién despedidos, que se acaban de quedar en un limbo laboral puesto que su actual empresa les ha comunicado que terminan contrato con ellos para ser subrogados por una segunda empresa (perteneciente al mismo empresario), y ahora se encontraban con que la segunda no acepta la subrogación.

El encargado de dar el pistoletazo de salida fue un miembro del comité de empresa de Correos en Las Palmas y vecino del mismo barrio, Roberto Barreto. A partir de ahí con una duración de unas dos horas y media de recorrido, diferentes personas a título individual así como varias en representación de otros tantos colectivos se fueron sumando a la Marcha a lo largo del recorrido. Ese fue el caso de miembros de Intersindical Canaria, del Sindicato USO, del comité de empresa de helados Kalise y de un miembro de la Plataforma de familiares de los fusilados de San Lorenzo.

A mitad del recorrido fue relevante una de las intervenciones que tenía como protagonista al mismo Miguel Ángel Ramírez, frente a una de las oficinas centrales del grupo de supermercados Dinosol-Hiperdino en el barrio de Miller, motivo por el que este año se cambiaba ligeramente el itinerario de la Marcha. El motivo era mostrar apoyo a los compañeros de vigilancia del supermercado, los cuales trabajan para el explotador Miguel Ángel Ramírez, dueño de Seguridad Integral Canaria, del grupo Ralons y de sus marcas blancas, Marsegur y Sinergias. Estos trabajadores han estado siendo amedrentados diariamente por el cacique, con amenazas de despido, así como de represión sindical constante contra todo sindicalista que le plante cara. El PCPC, arropado por la clase obrera canaria, denunciaba a pie de negocio, la connivencia entre el grupo Dinosol-Hiperdino y el cacique de la seguridad privada canaria.

La marcha finalizaría en el concurrido Parque de San Telmo en donde sindicatos y miembros del PCPC y CJC, se posicionaron unánimemente contra el capitalismo y por la unidad de toda la clase obrera.

Joaquín Ávila

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