Lecciones del ejemplo de movilización, organización y resistencia popular ofrecido por el pueblo de Catalunya este 1-O.

No es posible para un Partido Comunista pasar por alto la alta capacidad de lucha expresada por el pueblo de Catalunya enfrentando la más amplia ofensiva represiva del Estado desde los tiempos de aplicación del estado de excepción en Euskal Herria.   Millones de personas respondiendo como una a la aplicación práctica de un estado de sitio y de suspensión fáctica de la Generalitat no es solo una imagen inolvidable; es mucho más.   

Nuestro deber, más allá de las imágenes impactantes que nos ofrece la jornada,  es sacar conclusiones prácticas de trabajo que se fundamenten en un análisis global que comprenda la totalidad del proceso político, social y económico y, con ellas,  definir con la máxima claridad posible unas líneas de intervención tácticas y estratégicas orientadas a derrotar el poder de la burguesía y construir el poder de la clase obrera y sus clases aliadas: El Socialismo 

Lo primero es pensar que el 1-O se sembró la semilla de un proceso protagónico del pueblo imposible de ser detenido por la represión del estado.  Lo segundo valorar como evidente que el pacto constitucional del 78 está herido de muerte y que los sectores oligárquicos favorecidos por él harán todo lo posible para reeditarlo y asegurarse otros 40 años de “pacífico” ejercicio de la dictadura del capital.

Pero ¿cuál es la causa por la que esta quiebra institucional se expresa con esta radicalidad en este momento e, incluso en Catalunya, no fue posible hacerlo durante los años de mayor movilización popular contra los recortes sociales y la crisis capitalista?  Dos son los factores que se expresan contradictoriamente para ello, pero que a la vez contienen la posible síntesis superadora de su contradicción en la salida revolucionaria protagonizada por las amplias masas populares del pueblo de Catalunya y del resto de pueblos y naciones del estado español.

1) La incapacidad histórica de la oligarquía centralista española para darle una salida superadora al hecho de la existencia de España como nación de naciones, construyendo un paradigma nacional integrador o superador de las existentes,  dándole una solución de largo alcance como en su día hicieron la burguesía francesa, alemana o italiana, hace que el problema nacional en España se constituya en un permanente factor de inestabilidad con amplia capacidad de movilización de masas.  La incorporación a la propuesta política de las organizaciones obreras de este campo de actuación  es una factor indiscutible de acumulación de fuerzas para enfrentar la dominación de clase de la burguesía.  El eurocomunismo con su compromiso con la Transición del franquismo renunció a ese espacio de lucha y fueron  otras experiencias populares las que  ocuparon un espacio que por lucha, coherencia y propuesta política siempre fue del PCE y del PSUC. El PCPE, heredero de la posición histórica del PCE de reconocimiento al derecho a la Autodeterminación entendiéndolo como el derecho a la Independencia, siempre intervino con una propuesta unitaria y de clase que hoy resumimos en nuestra propuesta de una República Socialista de carácter Confederal. 

2) Como en todo nada es  unívoco y no solo la clase obrera está interesada en usar el campo de lucha nacional para imponer sus intereses de clase.  También sectores de las burguesías nacionales pretenden gestionar en solitario su mercado y utilizan para ello las legítimas aspiraciones democráticas del pueblo en su lucha por ser reconocidas.  Hoy en Catalunya la dirección política del Procés está en sus manos, pero quienes mayoritariamente llenan las calles y se enfrentan a la represión del estado  son la clase obrera y los sectores populares del campesinado, pequeña burguesía y profesionales que, junto a la clase obrera, padecen las consecuencias de la crisis capitalista y, en su momento, lucharon decididamente contra los recortes impuestos por el Govern de la Generalitat. 

La síntesis.  En el correcto manejo de las capacidades organizativas populares expresadas en el movimiento del pueblo de Catalunya por el derecho a decidir, está la base sobre las que las organizaciones revolucionarias debemos ganar la posición política que permita girar la dirección política del movimiento y entregarlo a los sectores más conscientes de la clase obrera catalana.   Lucha contra el estado burgués español que nos explota como clase y nos oprime como Nación y lucha contra la burguesía nacional que nos explota. 

Únicamente en este proceso  de progresiva acumulación de fuerzas del campo revolucionario sobre la base de su intervención en las más diversas experiencias de organización obrera y popular existentes, ganando en ellas una posición hegemónica, está la garantía del verdadero triunfo nacional y de clase que necesitamos el pueblo de Catalunya el resto de pueblos y naciones del estado español.

Julio Díaz

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