En los medios de comunicación, en la calle, en la cotidianeidad de cada día predomina un mensaje, el que la burguesía propaga sin descanso, bajo la apariencia de la legalidad más democrática de las reglas que aprueba el parlamento español como ocurre, por poner un ejemplo, con las medidas de privatización de los servicios públicos, que desde hace años este órgano del Partido Comunista de los Pueblos de España viene sacando a la luz.

La privatización y el desmantelamiento de los servicios públicos se ha convertido en lo más normal del mundo (claro que así es, en una sociedad capitalista). Y, esto es lo que nos encontramos en estos días, al volver del puente de la "inmaculada constitución"; eso sí, en una época en la que millones de trabajadores y de trabajadoras no tienen empleo o en la que, en el mejor de los casos, tienen un contrato temporal o tienen que realizar cada vez más horas extraordinarias sin retribución (es decir, que no disfrutaron del puente).

Así está ocurriendo con los derechos de los trabajadores y trabajadoras, a través de leyes formuladas bajo la apariencia de que garantizan la pervivencia de la Seguridad Social, en beneficio de todas las personas, y, sin embargo, van permitiendo que se agoten los recursos económicos del sistema público de protección social, facilitando que aumente el poder del sector privado en la gestión de las pensiones.

La Ley 28/2003, de 29 de septiembre, reguladora del Fondo de Reserva revela que el Fondo se creó por el Gobierno, en virtud de los “Pactos de Toledo” para atender a las necesidades futuras en materia de prestaciones contributivas originadas por desviaciones entre ingresos y gastos.

Ahora, se insiste, una vez más, que se agota el Fondo de Reserva de la Seguridad Social y destacan que ésta es la definitiva, que ya sólo queda dinero para que los y las pensionistas puedan cobrar una paga extraordinaria.

¡Qué curioso! A la vez se comenta que en el Parlamento van a aprobar una reforma que permita flexibilizar los planes privados de jubilación, para que se pueda rescatar el dinero que se tiene depositado en pocos años.

El mensaje es: dénse prisa, ahorren (de donde sea) e inviertan en fondos y planes de pensiones para que, cuando cumplan los 67 años de edad y se puedan jubilar, tengan algún dinero que les permita subsisitir.

Habría que realizar una encuesta con las personas que lo están leyendo y saber cuántas están en condiciones de ahorrar, cuántas tienen un sueldo que se lo permite.

El absurdo al que lleva la aplicación de algunas normas democráticas hace que sean ineficaces. Y lo que debía servir para garantizar el sistema público de Seguridad Social se convierta en un instrumento al servicio de intereses privados, los de la burguesía.

Porque estas medidas no garantizan los derechos de la clase obrera, al contrario lo que consiguen es que una gran parte de los trabajadores y de las trabajadoras estén callados, narcotizados, “se ha conseguido todo lo que se podía en este momento”.

Es curioso que cuando el trabajador y la trabajadora adquieren conciencia de clase se empiezan a cuestionar quién distribuye el dinero público, con qué finalidad, a quién beneficia, ¿porqué no se crean puestos de trabajo con otras condiciones retributivas en vez de contratos temporales y a tiempo parcial? ¿porqué los sueldos son tan bajos?, ¿porqué la prioridad está en que las empresas obtengan beneficios económicos en vez de que aporten más a la financiación del sistema de Seguridad Social?

De ahí que la clase obrera ha de seguir luchando por el socialismo, con medios de producción socializados, en una sociedad donde los servicios básicos estén garantizados.

¡¡TODO PARA LA CLASE OBRERA!!

 

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