La necesidad de cumplir los acuerdos del trabajo bien hecho.

Los pasados 2 y 3 de Febrero el PCPE realizó la III Conferencia de Organización con una valoración global de la misma que, sin ningún tipo de autocomplacencia, podemos calificarla como de positiva.  Una  opinión que más allá de los comentarios generales a la salida de la misma, se fundamenta ya en las evaluaciones colectivas que se van conociendo mediante las actas de comités y célula.  Un buen trabajo que nos sitúa ante retos ineludibles y a los que el conjunto de la organización, desde el CC hasta la última célula constituida, habremos de responder en los próximos meses.

La militancia tuvo la voz para opinar y definir nuestro rumbo futuro en las cuestiones cruciales de nuestro trabajo político y organizativo.  Sin ningún tipo de límite y ejerciendo con inteligencia y compromiso la crítica y la autocrítica, tuvimos la oportunidad de concluir un análisis y una posición partidaria en torno a los debates abiertos en relación a conceptos como la centralidad, el carácter de la militancia y la significación del Partido, el aparato central, la agitación y la propaganda necesaria en estos momentos, nuestro papel en el seno del Movimiento Comunista Internacional, el trabajo de masas y el Frente Obrero y Popular por el Socialismo (FOPS), nuestra Juventud y también, aunque ocupando un tiempo menor del debate, el origen ,causas y consecuencias de la fracción que padecimos hace unos meses.

Fueron cerca de 120 participantes que, en representación de más de 50 células, tuvimos la posibilidad de, partiendo de los acuerdos adoptados en el X Congreso realizado en Junio de 2016, proyectar nuestro trabajo futuro sobre la base de nuestra realidad y el cumplimiento de los principales acuerdos adoptados en la III Conferencia.

Fueron muchos y a día de hoy podemos decir que, además de haberlos comunicado sistematizados a la totalidad de la militancia, la mayoría de ellos ya están en marcha para hacerlos realidad lo antes posible.   Muchos e importantes, pero por su trascendencia no queremos dejar de destacar tres de ellos:

          Reestructuración y reorganización de las Secretaría del CC con  la voluntad de desarrollarlas aumentando su capacidad de trabajo y dirección política gracias a la implicación de un número cada vez mayor de camaradas en su gestión diaria.  Secretarías activas con reuniones presenciales periódicas que, en su quehacer cotidiano, construyen en la práctica el necesario aparato central del Partido.  Una vez clarificado su significado y alejando los fantasmas de un aparto de burócratas a sueldo, avanzar en su desarrollo,  es la tarea prioritaria e imprescindible para un correcto ejercicio del Centralismo Democrático que, desatascando los tapones existentes en la actualidad,  fluya de una forma natural de abajo arriba y de arriba abajo.

          Construir la referencialidad del PCPE entre las masas mediante nuestro trabajo cotidiano con ellas.   Esa es la autoridad política del Partido, la que se teje día a día con la autoridad de una militancia consecuente capaz de intervenir en toda circunstancia elevando el discurso de las masas y orientándolo a la confrontación política con la burguesía.   No hay límites al trabajo comunista y, mucho menos aun autolimitaciones castrantes derivadas de la incapacidad de intervenir políticamente trasladando nuestra posición y análisis.  Trabajamos por la hegemonía revolucionaria en todos los ámbitos porque sabemos que son las masas las que dirigidas por el Partido Comunista, realizarán la Revolución Socialista-

          Tenemos los mimbres y la decisión política para hacerlo porque necesitamos seguir construyendo la Juventud del PCPE.  Tras la Conferencia en la que aprobamos las bases política y organizativas del nuevo proyecto de Juventud que queremos construir, abrimos el camino al Congreso de nuestra Juventud, una Juventud Comunista radicalmente revolucionaria, marxista-leninista y sin ningún tipo de atadura ideológica y política con el sistema burgués.  Una Juventud, absolutamente vinculada y dependiente del Partido que realmente merezca llamarse Comunista y heredera de la JSU.

Fueron muchos más los acuerdos, pero por problema de espacio nos limitamos a señalar estos tres; ahora el reto es seguir cumpliendo con nuestro deber para perfeccionar al  PCPE y su Juventud como los verdaderos instrumentos revolucionarios que son.

Julio Díaz

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