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El colectivo veterinario asalariado que trabaja en clínicas no tiene convenio propio que le ampare y ésto le ha generado unas condiciones laborales especialmente desfavorables si se compara con otros colectivos de similar cualificación.

Esta situación de sobreexplotación que están sufriendo, ha provocado que, en los últimos meses, estén comenzando a organizarse para exigir la firma de un primer convenio colectivo de clínicas veterinarias.

Por dar algunos datos, hablamos del grupo de graduados universitarios que menos cobra en España1, que no tiene convenio que les represente (con la única excepción de la provincia de Alicante2), por lo que estos miles de trabajadores y trabajadoras solo tienen la única protección del Estatuto de los Trabajadores con lo que no es raro encontrarse en muchas ocasiones con salarios de apenas 800€ por una jornada completa (Salario Mínimo Interprofesional).

Las peores condiciones laborales se dan mayoritariamente en las mujeres veterinarias, ya que, hablamos de una profesión que, en los últimos años, ha ido progresivamente feminizándose siendo ellas actualmente mayoría (70% aproximadamente) en las Facultades de Veterinaria de toda España. A esto se añade que los veterinarios y veterinarias que acumulan 5, 10, 15 años de profesión aunque pueden tener mejores salarios, a la hora de la verdad, si miramos con lupa su nómina, en más casos de los deseables, encontramos salarios base de 800-900€ recibiendo el resto en B, con las consecuencias negativas que tiene ésto para sus cotizaciones y por tanto para futuras prestaciones por desempleo, pensiones, bajas, incapacidad, etc.

Esta situación está influida por el exceso de personas graduadas que generan todos los años las facultades de veterinaria españolas (unas 1500 nuevas graduadas en 2015), y responde también a lo complejo de la relación empresario – asalariado en el sector de los centros veterinarios, en los que la propiedad de las clínicas es, en su mayoría, también de veterinarios/as que trabajan en el centro, con lo que la lucha dentro de la propia profesión se torna compleja. Si a lo anterior sumamos una bajísima sindicación y añadimos que sus organizaciones gremiales naturales, los colegios profesionales, miran para otro lado por no querer meterse en un asunto que divide a sus colegiados, vamos entendiendo cómo es posible que a día de hoy no haya un convenio colectivo.

Todo ésto sin contar los niveles altos de estrés que encontramos en muchos centros veterinarios con horarios y turnos variables, urgencias, guardias y con una carga de responsabilidad social cada vez mayor por la alta exigencia de unos/as propietarios/as que por suerte en España, consideran a su mascota como uno más de la familia.

Estamos ante el enésimo intento de organizar a la parte asalariada de una profesión para resolver la eterna reivindicación de quienes trabajamos en las consultas, clínicas y hospitales veterinarios. Un convenio colectivo de clínicas veterinarias permitiría tener un marco que regule los salarios, que evite las situaciones de abuso a los falsos autónomos, las horas extras interminables y las guardias localizadas sin control. En definitiva, una herramienta en la que apoyarse a la hora de evitar situaciones de abuso patronal.

Ahora mismo la patronal está organizada, ¿podemos los miles de asalariados/as decir lo mismo?.

RADIOGRAFIA DEL SECTOR DE CLÍNICAS VETERINARIAS EN ESPAÑA

• 6.000 centros veterinarios (cifras aproximadas).3

• 13.000 profesionales veterinarios (cifras aproximadas de propietarios y asalariados)

• Mayoría de mujeres en las condiciones laborales más precarias.

• El salario medio anual de los trabajadores/as de actividades veterinarias alcanzaba en 2015 los 997 euros, menos de la mitad del salario medio de las actividades sanitarias4

Miguel Leal

1 https://www.redaccionmedica.com/secciones/otras-profesiones/veterinaria-la-titulacion-profesional-peor-pagada-de-toda-espana-5723