Con las amenazas del imperialismo contra la República Bolivariana de Venezuela como eje central en América Latina, el análisis y debate sobre la naturaleza y contenidos de la Reforma de la Constitución cubana ha quedado relegada por el momento. Los voceros de la oligarquía internacional ya buscarán el momento pertinente para tratar de provocar una quiebra en el pueblo cubano, que le proporcione el aliento para intervenir más directamente. Una nueva ilusión del imperialismo en la constante derrota ideológica que le ha infligido la Revolución cubana desde el 1 de enero de 1959.

La Reforma de la Constitución en Cuba se plantea desde los órganos del Poder Popular y de acuerdo con la propia constitución. La actual Constitución de la República data de 1976, cuando fue refrendada por el pueblo cubano con el 97,7% del censo electoral. La Reforma que se va a llevar a cabo, si el pueblo cubano lo decide, se plantea desde la necesidad de actualización de los cambios en materia social y económica que se han producido en los últimos años. Anteriormente se abordaron reformas parciales sobre el texto original de 1976, como fueron las acometidas en los años 1978, 1992 y 2002.

El mantenimiento del Socialismo como sistema incuestionable, y del papel de vanguardia y dirigente del Partido Comunista de Cuba, son conquistas históricas de la Revolución que no se ponen en cuestionamiento, ni en el borrador de la reforma ni por el pueblo cubano que elección tras elección continúa labrando su futuro sobre estas dos bases.

El proceso de Reforma Constitucional sigue los mismos pasos y método que se han producido en Cuba con decisiones relevantes de carácter estructural. Sin desmerecer la responsabilidad de la Asamblea Nacional del Poder Popular, sino muy al contrario, actualmente el borrador de esta reforma se encuentra ya en el plano de los debates que en las fábricas, en los CDR o en cualquier agrupación popular se están llevando a cabo para elevarlo a instancias superiores que sintetizará la propuesta final para ser refrendada posteriormente a través de las urnas; ¡qué diferencia tan abismal con las reformas que se han realizado en las “democracias” burguesas!.

Como indicamos, fue la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) la que, analizando la necesidad de una actualización jurídica que recogiera las nuevas figuras sociales del proceso de construcción socialista de Cuba, conformó una Comisión de 33 miembros y expertos constitucionalistas, encabezada por Raúl Castro, General del Ejército y Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Su función se ha cumplido, al elaborar el borrador que se está debatiendo a partir de las pautas aprobadas por la ANPP.

Las razones para acometer la reforma son, como se ha expresado, las de cohesionar los cambios y acuerdos adoptados anteriormente. El VI y VII congresos del PC de Cuba, son un buen referente en este caso, así como “la conceptualización del Modelo Económico y Social de Desarrollo Socialista”, “las Bases del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta 2030” y “los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Hasta el próximo 15 de noviembre, todos los cubanos tendrán la oportunidad de debatir sobre un borrador que presentará algunos cambios relevantes con respecto a la vigente Constitución de 1976 (con las modificaciones ya comentadas). En la propuesta se mantienen 11 artículos, se modifican 113, se eliminan 13 y se incorporan nuevos títulos y capítulos.

¡Es nuevamente el momento del pueblo cubano! A los pueblos del estado español les corresponderá definir su presente y futuro cuando el proceso de agrupación de fuerzas populares conforme el Frente Obrero y Popular por el Socialismo como organización básica para la toma del Poder. A esa obra nos tenemos que dedicar los comunistas.

 

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