Aitor Manero, militante del PCPE, ha padecido un fuerte acoso y explotación laboral durante los últimos cuatro años por la empresa Eurener, dedicada al comercio de paneles solares. Este es un resumen de la entrevista, que puede leerse completa en la edición digital de UyL.

Tu carga de trabajo aumenta cuando la empresa multiplica por diez la facturación de 2014 a 2016 ¿Cómo repercute esto en ti?

Repercute muy directamente, porque me encargaba de todo. Solía hacer una o dos horas más del horario habitual todos los días y cuando salía de la oficina, tenía que estar pendiente del teléfono. La sobrecarga es muy grande cuando el trabajo se multiplica por siete en un año.

Denuncias a la empresa por la categoría profesional ¿Cuáles eran tus condiciones laborales?

El contrato era de administrativo con un salario mileurista, aunque mi función era director de logística. Tenía la promesa de mejora, pero la empresa siempre daba largas.

Estaba sobrecargado de trabajo, frustrado porque no me pagaban las horas extras ni compensaban el esfuerzo y al final reviento, literalmente. Fui al médico por un picor en la lengua y me dijo claramente que tenía estrés, que el picor era una reacción psicosomática y que me daba la baja para descansar un tiempo y ver cómo evolucionaba. La evolución fueron trece meses de baja.

Al mes y medio de baja demando a la empresa, para que me reconozca la categoría profesional como director de logística. La empresa reaccionó con una sanción de dos meses de suspensión de empleo y sueldo, que después serían otros dos más.

Incluso tuviste problemas con la Mutua y fuiste chantajeado por la empresa.

A los 4 meses de baja, la mutua Umivale me dice por carta que no había ido a las revisiones médicas que me habían requerido y por ello dejaban de pagarme la prestación, cuando no recibí ninguna carta previa, pues parece que tenían mal mi dirección, por lo que tuve que demandar a la mutua. El panorama era difícil, con una demanda a la empresa, otra a la mutua, sancionado 4 meses de suspensión de empleo y sueldo y ahora sin ingresos y sin poder trabajar. Pasan los meses y los ahorros vuelan. Al final, tras siete meses me restituyen la prestación, cuatro días antes del juicio.

En medio me pusieron una demanda por 89.328€, por una mercancía que un cliente no pagó. Lo viví como chantaje, porque tras la demanda su abogado llamó a mi abogada para proponerle retirarla, a cambio de retirar la mía por la categoría profesional. Propuso también quitar las sanciones y arreglar un despido para irme al paro cobrando el subsidio por desempleo. Lo viví y lo vivo como un chantaje y como no cedí vino un despido disciplinario sin fundamento.

¿Se puede deber a que se dan cuenta de que les puede salir mal la jugada?

Se dan cuenta desde el primer momento, en cuanto pongo la demanda. Entonces deciden meterme la máxima presión para que me eche atrás. Aunque saben que lo más probable es que les salga mal, quieren probar suerte en los juicios.

Tras 13 meses de baja, al reincorporarme el jefe me suelta que no me quiere allí, que me vaya a casa y vuelva al día siguiente a las 8 de la mañana. A la semana siguiente recibí un burofax de la empresa en el que me notificaban un despido disciplinario por acumulación de sanciones, que por supuesto también he denunciado.

¿Cómo fue el juicio del 4 de Octubre?

Amigos, camaradas y familia vinieron a la Ciudad de la Justicia a solidarizarse conmigo. Estaba dispuesto a llegar a un acuerdo, pero al final el mandamás de la empresa se negó rotundamente. La jueza propuso juntar las tres demandas en un único juicio más adelante, cosa que acepté. Salí satisfecho porque la actitud de la empresa quedó bien retratada, aunque para mí lo más importante fue la solidaridad de los camaradas, amigos y familia.

Estoy seguro de que la resolución judicial será favorable. La empresa está apretando mucho para ver si reviento y me bajo los pantalones, pero eso no ocurrirá.

Tu jefe fue amigo tuyo e incluso militó contigo. En su familia hubo militancia en el PCE(m-l) y el FRAP. ¿Cómo se explican estos giros tan radicales?

El giro es ideológico principalmente y no ocurre de un día para otro. La explicación profunda la desconozco, pero la explicación política es evidente: han cambiado de clase social. Pasar de la clase trabajadora a la clase burguesa les cambia la ideología en el proceso. En el camino de explotado a explotador cambia tu forma de pensar, de marxista a socialdemócrata capitalista.

Al parecer incluso se presentó al Consejo Ciudadano de Valencia de Podemos pero no salió ¿Forma parte de otra organización?

Sí, militó en el PCPE durante años. Dejó el Partido por la puerta de atrás; fue una salida bastante lamentable. Actualmente, además de en Podemos, es portavoz de la Coordinadora del País Valencià per la República, que después de años sin funcionar se ha reactivado, con una actividad muy institucional.

Me parece lamentable y patético que un explotador se erija en defensor de la clase obrera. Los intereses de los explotadores y los explotados son irreconciliables. La socialdemocracia no es la solución, yo prefiero ser coherente, apostar por la revolución, por cambiar de sistema político, trabajando por el comunismo y la liberación de la clase obrera.

(*) Suprimidos los nombres por la protección de datos de carácter personal.

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