A la memoria de quienes nos enseñaron a ser comunistas

Quizás la generación de comunistas que iniciamos nuestra militancia a finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado, seamos la última que tuvimos la posibilidad de militar rodeados de camaradas veteranos de nuestra Guerra Nacional Revolucionaria. Todos ellos y ellas - hombres y mujeres del pueblo con la más diversa formación y experiencia-, orgullosos de ser comunistas y de su Partido. El Partido concebido ni como fetiche, ni como plataforma para la promoción personal; el Partido simplemente como la herramienta ineludible para hacer avanzar la lucha de clases. El Partido como el elemento esencial para la acción revolucionaria y, consecuentemente, el Partido como factor imprescindible para emancipar a nuestra clase elevándola a clase en el Poder.

Los textos de nuestros clásicos, pero sobre todo, la experiencia del movimiento comunista internacional, nos demostraban que ningún cambio social es posible sin la dirección política del Partido Comunista. De esta lógica y de la experiencia desarrollada a lo largo de décadas de compromiso militante en los que la seguridad, e incluso la vida, dependía de la firmeza e integridad de tus camaradas, se formó una generación de comunistas para los que la lealtad al Partido, a sus camaradas y al marxismo-leninismo, formaban un único principio inalienable.

Camaradas que, pese a la traumática ruptura con el PCE eurocomunista, jamás dudaron del Partido y militaron en el PCE (VIII y IX Congreso), en Células Comunistas, en el PCT, PCC, PCEU y, finalmente, en el PCPE con la misma firmeza y seguridad en el principio de la superioridad y prioridad del Partido respecto a cualquier interés o posición individual.

Como nosotros y nosotras, conocieron multitud de traidores, casi todos personajes soberbiamente mediocres plagados de ideología burguesa y egoísmo, pero ni nada, ni nadie, logró hacer temblar los pilares de sus principios revolucionarios. Repelían la decadencia moral e ideológica característica del oportunismo y rechazaban sucumbir ante el “burgués insaciable y cruel” porque se sabían victoriosos. La confianza en su clase y en la fortaleza del Partido era su pócima mágica, el brebaje que les hizo invencibles

Por tanto, sea éste un modesto homenaje a todos ellos y ellas, un reconocimiento de quienes aprendimos de ellos y tenemos el compromiso de no olvidar jamás sus enseñanzas. Nos formamos con los mejores hijos e hijas de la clase obrera y olvidarlos y/o renunciar a sus aprendizajes sería una traición imperdonable que nunca cometerá nuestro Partido, el PCPE.

35 años haciendo Revolución

Son estos 35 años de militancia nuestra obra, nuestro aporte al largo proceso iniciado el 15 de Abril de 1920 con la formación del Partido Comunista Español. Un valor insustituible con un aprendizaje fundamental: El PCPE no es una anécdota en el complejo proceso de construcción de la vanguardia política; el PCPE, desde Enero de 1984 con la realización del Congreso de Unidad Comunista, es el eje central de este proceso.

Hablemos pues desde ese punto de vista y seamos capaces de relacionar este resultado -ser el eje central del proceso de construcción de la vanguardia en el estado español- con el valor de la firmeza revolucionaria y la confianza en el Partido.

Llegamos a estos siete lustros con la satisfacción de haber sido leales a las enseñanzas que nos trasladaron nuestros veteranos. Sin la defensa enconada del valor superior del Partido, nos hubiera sido imposible enfrentar la multitud de ataques que, desde dentro y desde fuera, nos han lanzado permanentemente nuestros enemigos. Consecuentemente, afirmamos que la militancia del PCPE; quienes en cualquier circunstancia y momento han sabido de qué lado estar porque esa era la necesidad del Partido, son los legítimos continuadores de aquella militancia que, forjada en la lucha, elevaron la referencialidad social del PCE hasta convertirlo, simplemente en el Partido

Siendo semilla fecunda de su legado y eco diario de sus enseñanzas, el PCPE es el principal sostén del hilo rojo de la Historia en nuestro país; somos el Partido que asume la responsabilidad de entregarle a las futuras generaciones de comunistas una herramienta engrasada para el trabajo de masas y la acción revolucionaria. Somos pasado, presente y futuro porque hemos sabido valorar al Partido en la totalidad de su ser. Lecciones prácticas de materialismo histórico nos han permitido apreciar su importancia y mimar lo más importante y, a la vez cercano, que siempre teníamos a nuestro alcance: El Partido. Frente a esta realidad, las decenas de anécdotas organizativas y episodios políticos intrascendentes para el desarrollo de la lucha de clases que hemos conocido y padecido a los largo de estos años, son solo pasado o presente efímero. Se reclamaron el Partido pero no lo eran; les faltaba lo más importante: La militancia comunista.

El valor insustituible de la militancia comunista

Por su condición revolucionaria, en palabras del guerrillero heroico, el Che, es la expresión más elevada que puede alcanzar el ser humano. Con su compromiso con el Partido, la clase obrera y las masas populares, construye día a día la obra social más ingente de la Humanidad: su liberación.

Necesitamos reconocerlo para identificar el alcance de nuestra obra y no permitir que se desprecie o frivolice. En tiempos de contrarrevolución y relativismo oportunista y postmoderno, el valor de la militancia comunista se eleva a las máximas cotas de dignidad individual y responsabilidad social. Sepamos valorarlo y no tengamos rubor de expresarlo. No es narcisismo, simplemente es hacer justicia con la Historia y seguir templando el acero de la Revolución para que los y las comunistas del siglo XXI aprendan en el Partido a blandirlo contra la burguesía y sus aliados.

Vamos por 35 más

Y por todos los que necesitemos para derrotar al capitalismo definitivamente.

No olvidemos que ni las cenizas queremos de su sociedad en descomposición. Capitalismo es crisis y destrucción; Socialismo es revolución y progreso social. Somos imprescindibles, lo sabemos y por eso queremos ser miles y empujar a millones.

Trabajador, trabajadora, el Partido Comunista es tu Partido. Únete al Partido Comunista de los Pueblos de España

Julio Díaz

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