El Cáncer de mama no es de color rosa como sus lazos y sus cadenas por internet.  No se cura con megustas, likes y corazones como nos quieren hacer creer. Es un marrón muy grande  cuando te ocurre, como el emoticono de mierda del whatsapp, pero no lo decimos, ni lo tuiteamos, ni lo posteamos, ni siquiera lo publicamos una sola vez.

A La mujer tocada por la varita de las células cometetas su vida se pone patas arriba y se le da la vuelta como a un calcetín recién sacado de la lavadora que se queda sólo solo y desamparado. Las mujeres que atraviesan esta enfermedad, no tienen pelazo, ni cejas, ni brillo en la piel, ni el glamour que sale en los anuncios, más bien les falta todo a la vez, solo tenemos  tetas enfermas, operadas, quitadas, implantadas o radiadas y ahí vamos, como si nada, como si nos hubieran quitado un grano, o dos, o tres del culo, para que no se nos note y podamos seguir trabajando. Algunas sin poder cobrar la baja, otras pidiendo el alta voluntaria, todas sin poder mover el brazo, sin fisioterapia gratuita, empastilladas, con miedo a ser despedidas, no contratadas o con recaídas.

Para las grandes marcas multinacionales “perpetuas benefactoras del género humano”, en cambio, es un negocio más, un negocio millonario cada vez más rentable, que disfrazado de pañuelos rosas, muñecos pelones, paellas veganas, carreras solidarias y filántropos de moda, donan a la lucha y a la investigación contra el cáncer céntimos  y/o máquinas de radioterapia, mientras nos venden, como si no hubiera un mañana: desodorantes, tampones, compresas, cremas regeneradoras, toallitas higiénicas o protegeslip con pesticidas agrícolas (como el glifosato, célebre pesticida de Monsanto, ahora Bayer) ingredientes cancerígenos (como el blanqueante con cloro, hidrocarburo, aluminio, zinc) o camisetas, vestidos y chaquetas con mangas abullonadas y ropa de moda con volantes, cosidos por montoneras de niños menores pero emponderados, que intentan ayudar a llenar la olla en países desahuciados y esquilmados… ¡tócate la teta!

Al capital le da igual que te cures o que te mueras, lo importante para él es succionarte hasta la última gota de plusvalía. El Capital te quiere sana para apropiarse de tus horas y procurarse ingentes beneficios, que es de lo que se trata. Ya se encargará de explotarte más y de que pierdas derechos hasta que digas basta o dejes de servirle. No va a invertir un sólo euro en Sanidad, para eso ya está el bueno de Amancio que será beatificado en breve o enterrado en el Valle.

 Es hora de poner las tetas sobre la mesa y decir que la clase trabajadora tiene que convencerse de que, el cáncer a exterminar es éste, este sistema que ha creado una sociedad enferma, que se aprovecha de nuestra falta de conciencia, de nuestra falta de organización, de nuestra debilidad y de nuestra miseria.

Mujeres con  tetas puestas y dispuestas, la lucha es nuestra y el único camino es la Revolución.

Pilimin

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