El día 2 de enero del presente año, en un acto de terrorismo de Estado y violando las normas más elementales que rigen el Derecho y las relaciones internacionales, el presidente Donald Trump de los Estados Unidos ordena el asesinato de uno de los más importantes dirigentes de la República Islámica de Irán, el general Qasem Suleimani jefe del cuerpo de los Guardianes de la Revolución, y segundo cargo en importancia en la jerarquía del país después del jefe del Estado, el Ayatollah Ali Jamenei.

Este acto del imperialismo se produce en una área geográfica del mundo, el Oriente Medio, ya de por sí convulso y sometido a múltiples conflictos, poniendo en peligro una vez más la paz mundial. Cualquier acción del imperialismo de esta magnitud puede provocar el estallido de una confrontación de consecuencias imprevisibles.

Para poder entender las tensas relaciones existentes entre Estados Unidos e Irán habría que remontarse al último tercio del siglo pasado. En aquella época Irán estaba gobernado por un régimen monárquico de carácter absolutista : el Sha Mohammad Reza Pahlevi, un tirano fiel aliado de los Estados Unidos en la zona.

El régimen establecido por el Sha era considerado uno de los más crueles y sanguinarios de los que se dieron a lo largo del siglo XX. La opulencia en la que vivía la familia real y la minoría de la clase dominante contrastaba con la miseria en la que estaba sumido la inmensa mayoría del pueblo iraní. Era un país de estructuras sociales semifeudales a la par de que Irán era, junto a Israel y Arabia Saudita, gendarme del imperialismo en la zona.

Las miserables condiciones de existencia de la mayoría del pueblo así como el sometimiento de la soberanía nacional al imperialismo, provocó múltiples estallidos populares como en junio de 1963 reprimido con un balance de más de 5000 muertos y otras protestas que se produjeron en fechas posteriores.

Esta situación tiene su más alta expresión a lo largo del año 1978 donde las protestas en un crescendo permanente son reprimidas con centenares de muertos. Al frente de este movimiento se pone la jerarquía chiita, rama mayoritaria del Islam en el país, encabezada por el Ayatollah Ruholah Jomeini y otras fuerzas democráticas y de izquierdas entre las cuales se encuentra el partido Tudeh ( comunista), aglutinadas todas ellas en el llamado Frente Nacional.

Esta situación culmina finalmente en enero de 1979 en un verdadero levantamiento popular. El 16 de enero de dicho mes el Sha es derrocado y huye del país

Habría que decir que Irán por su situación geoestratégica ubicado entre el Oriente Medio y Asia Central era una pieza clave en el dominio de Estados Unidos en esta parte del mundo. A la vez el territorio iraní posee inmensos recursos naturales sobre todo petróleo del cual es uno de los principales productores a nivel mundial y que en tiempos del Sha se hallaban en manos de las principales multinacionales norteamericanas como la Gulf, Texaco , Exxon y otras.

Tras el derrocamiento del Sha, los líderes religiosos chiitas con una gran influencia en la población, se impusieron al resto de fuerzas democráticas y de izquierdas (entre ellos el partido Tudeh) que participaron en la caída de la tiranía y establecieron un régimen de carácter teocrático : La República Islámica de Irán.

El nuevo régimen de raíz religiosa, hereda buena parte del carácter represivo del anterior. Ilegaliza al partido Tudeh y otros partidos democráticos, y progresistas, reprime y aplasta la resistencia de las minorías nacionales como los kurdos y otras.

A la vez el nuevo régimen adopta una política de romper la dependencia de los Estados Unidos. Se nacionaliza el petróleo y se expulsa a las empresas norteamericanas.

En el terreno internacional adopta una política antiimperialista. Cierra las bases Norteamericanas en el país y se incorpora al Movimiento de los Países No Alineados. Apoya la resistencia palestina lo que le hace entrar en conflicto con Israel y también con Arabia Saudita otro aliado de Estados Unidos. Con este país la causa es la disputa por la hegemonía del mundo islámico ya que ambos regímenes tienen un carácter religioso.

La pérdida de tan importante aliado hizo que Estados Unidos adoptase desde un primer momento una actitud hostil con el nuevo régimen utilizando múltiples medios para restablecer la influencia perdida. Azuzó las rivalidades regionales con Irak para mediante la agresión de este último país a Irán derrocar al régimen de los Ayatollah. La guerra Irán Irak duro 8 años de 1980 a 1988, y produjo grandes pérdidas materiales y humanas en ambos países.

A lo largo de las décadas siguientes la hostilidad del imperialismo hacía Irán fue incrementándose con múltiples incidentes cuya mención vamos a obviar con el fin de no prolongar en exceso este artículo.

En 2002 el Presidente de USA George Bush incluye a Irán en el llamado “Eje del mal” junto a Irak y Corea del Norte.

Estados Unidos impone a Irán un bloqueo similar al existente contra la Cuba socialista, impidiendo la exportación del petróleo iraní, su principal riqueza en los mercados internacionales y creándole una delicada situación económica . Para ello se utilizó como justificación que Irán estaba enriqueciendo uranio con el fin de producir el arma atómica, hecho que este país siempre ha negado que tal enriquecimiento fuese destinado a fines bélicos.

Finalmente en 2015 bajo la administración de Barak Obama ambos países llegan a un acuerdo por el cual Irán renuncia al enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de las sanciones. Tres años después en 2018 con la llegada de Donald Trump al poder Estados Unidos, rompe de forma unilateral dicho acuerdo.

La ruptura del mencionado pacto por parte de Estados Unidos hace renacer las tensiones existentes previas a la firma del mismo, alcanzando con el atentado que dio muerte al general Suleimani caracteres prebélicos.

El incremento de la influencia de Irán en amplios sectores de los pueblos del Oriente Medio como en Líbano, Siria donde tiene una participación activa en la derrota de la contrarrevolución y sobre todo Irak no son ajenos a este incremento de la agresividad del imperialismo y también hay que decirlo de Israel y Arabia Saudita con respeto a Irán.

El acto terrorista ordenado por el Presidente Donald Tremp como otros que protagoniza en distintas partes del mundo que sobra mencionar, no solo pone en peligro la paz en las zonas afectadas, sino que también a nivel mundial.

Los comunistas al igual que toda persona progresista condenamos la injerencia del imperialismo en los asuntos internos de los pueblos del Oriente Medio y en concreto la amenaza de agresión militar a Irán, y defendemos el derecho de estos pueblos a decidir libremente sus destinos.

Juan Manuel Hernández

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