Desde el sindicato LAB denuncian la situación de indefensión en la que se encuentran quienes realizan actividades esenciales, la mayoría pertenecientes a sectores feminizados, condenadas al contagio por coronavirus ante la falta de protección. En este sentido, LAB ha decidido informar a la Fiscalía sobre todas la situaciones de riesgo con el fin de que abra instrucción por vía penal.

Acusan a los gobiernos autonómicos de estar a las órdenes de Confebask y de mostrar, una vez más, su absoluto desprecio hacia todos esos pequeños autónomos que han cerrado por responsabilidad, o hacia esos miles de trabajadores y trabajadoras que se han quedado sin trabajo, dejando en evidencia que defienden a una minoría. Denuncian que las medidas de protección se están orientando hacia la supervivencia de la gran industria y que ello no es casualidad.

Miles de mujeres tienen que ir a trabajar sin equipos de protección, poniendo en riesgo su salud y la de sus allegados. Aquí unos ejemplos:

A las mujeres que trabajan en la limpieza, la Administración Pública les obliga a limpiar los centros cerrados, generalmente sin guantes, nunca con mascarilla. Así está ocurriendo con las decenas de centros que dependen del departamento de Educación, centros de trabajo de la Diputación Foral, oficinas del Gobierno Vasco, etc. Todos estos edificios están cerrados, los trabajadores propios están en casa desde entonces, pero cientos de limpiadoras se ven obligadas a ir a trabajar todos los días, muchas en transporte público, sin ninguna medida de protección, para realizar trabajos que no son esenciales en estos momentos.

También son invisibles las trabajadoras que tienen que seguir limpiando los transportes públicos, las oficinas de Correos, los cajeros o las comunidades de vecinos, y no estamos hablando de esos militares que salen en la televisión fingiendo desinfectar, sino de todas esas mujeres invisibilizadas. La semana pasada tuvimos que poner diversas denuncias ante la Inspección contra ISS, Ilunion, Sacyr, Garbialdi, Metrópoli y varias empresas más, porque mandan a estas trabajadoras a trabajar sin equipo de protección, poniéndolas en riesgo. Hoy por hoy, no tenemos respuesta.

La situación es muy grave en el ámbito de los cuidados a personas mayores, donde miles de mujeres se están contagiando a diario en su trabajo. Las residencias de personas mayores o servicios de ayuda a domicilio son servicios mayoritariamente subcontratados por instituciones públicas. El nivel de contagio que se está dando en estos servicios está generando situaciones de colapso. Ante estas situaciones las trabajadoras se encuentran desprotegidas y las instituciones miran hacia otro lado. Estas mujeres están siendo consideradas trabajadoras de segunda categoría para las autoridades vascas, asumiendo plenamente que su destino es contagiarse. Las trabajadoras se están contagiando y los usuarios están muriendo, ¿dónde están nuestros gobernantes?

En vista de esta gravísima situación, hemos decidido recurrir a la vía penal para denunciar todas las situaciones de riesgo y han acudido a la Fiscalía.

Fuente: www.lab.eus

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