Confundir a los trabajadores mientras aún es posible mantener la tasa de ganancia en las condiciones de la democracia formal, asesinar a sus dirigentes cuando el consenso quiebra y la clase se organiza para la lucha, forman parte de la misma estrategia puesta en práctica por el aparato mediático y represivo del sistema sin desdeñar el uso de las bandas criminales fascistas, su sección de asalto.

En Grecia la organización nazi traficante de fuerza de trabajo que agredió salvajemente a los dirigentes obreros comunistas en Grecia y asesinó a un joven antifascista en el mes de septiembre tenía un largo historial de tráfico negrero, crímenes racistas y amarillismo antisindical y mafioso al servicio de armadores y contratistas que le valió el apoyo de los monopolios a quienes sirven, para encaramarse como partido legal con amplia representación parlamentaria y con la complicidad de las fuerzas represivas del gobierno griego capitalista.

La farsa judicial contra varios parlamentarios fascistas sirve al objetivo de encubrir la íntima relación entre la banda asesina y el sistema capitalista que la alimenta y sostiene como su grupo de choque.

Las voces defendiendo su inmunidad parlamentaria y denunciando la corrupción de ND y PASOK que vendieron Grecia a la usura internacional deben alertarnos sobre la autenticidad del discurso que denunciando a "políticos y banqueros" y la podredumbre institucional de la superestructura, no la analizan como la consecuente expresión de la descomposición del modo de producción capitalista sino que la utilizan como pretexto para justificar el ascenso del autoritarismo y el fascismo. La retórica nacional-socialista, contra "los ricos"y los partidos políticos ya fue usada por Musolini y Primo de Rivera en una época en la historia de Europa en la que las democracias "aliadas" occidentales alimentaban financieramente a la gigantesca maquinaria de guerra alemana para "parar a la bestia roja" y "ahogar el comunismo en su propia cuna" (W. Churchill) y retrasaban la apertura del Segundo Frente, mientras el sacrificio del pueblo soviético, su Partido Bolchevique y su Ejército Rojo hacía posible la hazaña de Stalingrado dando comienzo la contraofensiva que finalmente quebró el espinazo de la bestia fascista y capitalista e hizo ondear la bandera roja de la clase obrera en la propia capital de la Alemania nazi.

Llamarle a Amanecer Dorado "organización ilícita" y "grupo del odio" como Llamazares a la AN se queda en formalismos jurídicos y caracterizaciones idealistas, subjetivas y poco rigurosas que no ahondan en el auténtico cometido objetivo de las organizaciones fascistas: la destrucción del movimiento obrero y revolucionario y la esclavización absoluta de las masas proletarias por parte de la burguesía monopolista.

Ningún frente es antifascista si incluye la alianza con fuerzas defensoras de la podredumbre capitalista de la que nace el fascismo como expresión de los intereses objetivos de los monopolios y de los límites históricos a los que ha llegado la formación sociohistórica capitalista fruto de sus contradicciones irresolubles.

Así lo han expresado los miles de trabajadores y trabajadoras, marineros, metalúrgicos, estudiantes inmigrantes, mujeres obreras que acudieron al llamado del Frente obrero clasista al barrio de Nikea, la orgullosa barriada obrera heredera de los partisanos antifascistas que expulsaron de Grecia a las hordas hitlerianas. En cada centro de trabajo y en cada barrio obrero de Grecia el KKE y el PAME organizan y orientan la única lucha efectiva para liquidar el resurgimiento del fascismo, la explotación, las crisis y las guerras imperialistas: la lucha de la clase obrera por su propio Poder.

Marina

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