Recordar al Tío Ho, a los 130 años de su nacimiento, solo puede hacerse desde la inmortalidad de la obra de un hombre que trasciende en su pueblo y se proyecta en las generaciones. Un gigante en el arte, no solo de la poesía, sino fundamentalmente del arte de la insurrección, de la guerra de guerrillas y de la construcción de la patria socialista.

Ho Chi Minh no pudo ver con sus ojos un Vietnam unificado y libre de invasores, el pasó por prisiones de exterminio, las torturas y las durísimas condiciones de la lucha de liberación hicieron mella en su salud. Pero la grandeza de un revolucionario de su talla es la capacidad de fundirse en su pueblo. No se trata de una cuestión metafísica, al contrario, cuando recordamos a Ho Chi Minh, debemos pensar en su trabajo de hormiga, de paciente, pero decidido organizador, de hombre de Partido, humilde pero firme en sus convicciones y sobre todo en un pueblo identificado en él. Por eso, el imperialismo norteamericano auspició el golpe de estado en el sur de Vietnam antes del referéndum que debía decidir sobre la unificación del país, porque sabía que el pueblo votaría en masa por Ho Chi Minh.

Ho Chi Min, fundador del Partido Comunista de Indochina, posteriormente Partido Comunista del Vietnam, también fue poeta y fundador del Viet Minh y del Viet Cong. Luchó contra franceses, japoneses y norteamericanos. Fundó la República Democrática del Vietnam y fue su presidente. Pero sobre todo, Ho Chi Minh era vietnamita, un comunista vietnamita, sentía un profundo respeto por su pueblo, se identificaba plenamente en él, y por eso fácilmente el pueblo se veía reflejado en Ho Chi Minh.

Este breve texto, escrito en 1948, en plena lucha insurreccional del Viet Minh contra la ocupación francesa. Un texto que demuestra su apego al pueblo, y que deberían servirnos a todos y a todas de ejemplo del actuar de un revolucionario.

La nación descansa en el pueblo.

Para la resistencia y la reconstrucción nacionales, las fuerzas esenciales residen en el pueblo. Por eso, en sus relaciones o su vida común con el pueblo, todos los combatientes del ejército, todos los cuadros, ya sea que trabajen en los organismos del gobierno o en las organizaciones populares, deben recordar y poner en práctica estos doce puntos:

Seis acciones que "no deben hacerse"

1. No hacer nada que pueda perjudicar los huertos, terrenos y cultivos de la población; no ensuciar ni dañar sus casas y sus muebles.

2. No insistir demasiado en comprar o pedir lo que la gente no quiere vender ni prestar.

3. No llevar aves vivas a las casas de nuestros compatriotas montañeses.

4. No faltar nunca a nuestra palabra.

5. No atentar contra las creencias o costumbres populares, no acostarse ante el altar de los antepasados, no poner los pies sobre el hogar, no tocar música en la casa, etc.

6. No hacer ni decir nada que pueda hacer creer a los habitantes que les despreciamos.

Seis acciones que "deben hacerse"

1. Ayudar efectivamente a la población en sus trabajos cotidianos (cosecha, recolección de leña, transporte de agua, reparaciones...)

2. De acuerdo con sus posibilidades, realizar compras para la gente que habita lejos del mercado (comprarles cuchillos, sal, agujas, hilo, plumas, papel...)

3. En las horas de ocio, contar anécdotas alegres, simples y útiles para la resistencia sin traicionar los secretos de la defensa nacional.

4. Enseñar el alfabeto y las nociones de higiene más simples.

5. Estudiar las costumbres regionales para comprenderlas bien, en primer lugar, para ganar la simpatía de los habitantes, luego para explicarles poco a poco por qué es conveniente ser menos supersticiosos.

6. Hacerle sentir a la población que somos serios, trabajadores, disciplinados.


En estos doce puntos
¿Acaso hay algo de extraordinario?
Todo aquel que sea un poco patriota
No los olvidará.
Hagamos de ellos un hábito
Para todos y cada uno.
Un pueblo y un ejército valerosos
No conocen nada imposible.
La raíz hace sólido al árbol,
El palacio de toda victoria
Se construye sobre el pueblo entero.

En estos tiempos que vivimos de arremetida brutal del imperialismo contra los pueblos, los y las comunistas tenemos el deber de lanzarnos al combate, de garantizar una conducción revolucionaria de las luchas populares. Si adaptamos estos 12 puntos a nuestra realidad y tiempo, tendremos buena parte de la tarea resuelta. Ho Chi Minh nos sigue dando luz.

Ferrán Nieto

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