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Editorial Diciembre 2020

Nos situamos ante la gran pregunta que nadie, con un mínimo de sensatez, ha dejado de realizarse durante estos meses y el debate, responsable y documentado, que debiera estar ocupando en este momento al conjunto de la Humanidad. El escenario inmediato, como ya nos demuestra la diferente gestión de la crisis sanitaria que se viene realizando en los diversos países y sistemas sociales existentes, vendrá marcado por las decisiones adoptadas por cada gobierno, pero será el sentido estratégico del comportamiento de las clases sociales, el que finalmente determinará el futuro de las distintas formaciones sociales cuando acabe la pandemia.

La posición activa/pasiva de las clases y su conciencia/alienación en el choque inevitable y diario entre burgueses y proletarios a favor de una clase o de otra, marcará el sentido de la victoria del Socialismo y, consecuentemente, de la Humanidad, o de la actual Barbarie impuesta por el dominio universal de una exígua minoría de monopolios y oligarcasi.

Nada cambiará por idealismo. No caigamos, ni remotamente, en la trampa de pensar en ningún tipo de refundación ética del capitalismo, ni tampoco en una gestión social de la crisis por parte de ninguno de los actores políticos que operan en el marco de las instituciones burguesas. Ni en el marco estatal, ni en el supraestatal de la Unión Europea (UE), hay espacio para ello. El último ejemplo, con la gestión de la crisis migratoria que se vive en Canarias, es la más clara muestra del carácter inhumano y criminal de un sistema que, aún en su versión socialdemócrata, no dispone de margen alguno para una gestión social de su crisis. El mantenimiento de la tasa de beneficio es su única prioridad y a ese objetivo responden todas y cada una de sus decisiones.

Porque muy a pesar de la profunda crisis estructural del capitalismo - que ya hemos analizado y caracterizado sobradamente en UyL-, y las evidentes quiebras que expresa su dominación política a los más diversos niveles y en todas las latitudesii, nada cambiará a favor de la mayoría social, si las masas organizadas del pueblo trabajador no intervienen con su acción consciente en el desarrollo social. Será, como por otra parte siempre lo ha sido, la progresiva intervención de las masas la que marcará el rumbo de la Historia en un sentido u otro. Han de ser ellas las que, partiendo de posiciones muy primarias de defensa de sus derechos más básicos, protagonicen las experiencias de participación colectiva que les permitan iniciar un creciente proceso de toma de conciencia que facilite la acumulación de fuerzas en el campo obrero y popular.

Tampoco será la perspicaz gestión ministerial de ningún dirigente socialdemócrata, ni las intrascendentes decisiones de grupos revolucionarios de mesa camilla, ni menos aún los pactos de los llamados interlocutores sociales, los que derroten el poder senil y decadente de un imperialismo cada día más violento y explotador. No hay atajos posibles que sustituyan el papel de las masas organizadas que, encabezadas por una clase obrera que responde a las consignas de su vanguardia política, están llamadas a ser las protagonistas del cambio social revolucionario que derrote definitivamente el poder económico y político de la burguesía y su dominación ideológica absolutamente alienante.

Para ello es imprescindible recuperar la calle con la movilización obrera y popular. Un espacio de lucha imprescindible que habrá que armar con altas dosis de pedagogía de masas para conseguir sacarlas de la ilusión de que, una vez superada la pandemia, las cosas pueden cambiar y su situación mejorar.

Dar ese paso que se nos requiere, ese gran salto en la capacidad de dirección política de masas, es imprescindible para convertir al PCPE en la vanguardia efectiva del proletariado -de quienes al vender su fuerza de trabajo para sobrevivir mantienen activo el ciclo de reproducción del capital-. Es el gran reto que asumimos con una alta responsabilidad histórica tras el XI Congreso y para el que ya empezamos a disponer el conjunto de capacidades que albergamos en el Partido y la Juventud

Sin esta acción consciente de todos/as; cada cual empujando firmemente en su espacio de lucha por el avance de la alianza social revolucionaria (Frente Obrero y Popular por el Socialismo), la gestión de la crisis estructural del capitalismo y la progresiva e inevitable maduración científica de las condiciones objetivas para el cambio revolucionario, se verá lastrada por la inexistencia de las condiciones subjetivas que lo permitan y todo seguirá bajo gestión/manipulación del poder burgués.

Es imprescindible levantar una amplia alianza social por la República y frente al fascismo.

La lucha es por la República Socialista de carácter confederal; por el nuevo proyecto histórico que, fundamentado en el poder de la clase obrera, ha de ser el paradigma emancipatorio en torno al que organizar la lucha del pueblo trabajador. Esa es nuestra propuesta, con la que siempre intervendremos como Partido y Juventud entre las masas, pero para llegar a ellas y abrir espacios amplios de participación popular confrontados con la institución más frágil en este momento de la dominación burguesa – la monarquía-iii, debemos intervenir con la suficiente flexibilidad táctica para alcanzar ese objetivo de organización popular. República vs Monarquía, Oligarquía vs Derechos Sociales, Privatización vs Defensa de lo público, Soberanía vs UE y OTAN, son algunas de las dicotomías básicas desde las que empezar a tejer un amplio movimiento republicano en el que intervenir haciendo avanzar la propuesta revolucionaria. Este 6 de diciembre, en el 42 Aniversario de la cuestionada Constitución heredera del franquismo, se nos abre una posibilidad cierta para dar los primeros pasos en ese sentido. El objetivo es llegar al próximo 14 de Abril con un bagaje organizativo suficiente en este sentido. Un acumulado de organización y experiencia práctica de movilización que, identificando con claridad a los sujetos políticos y económicos responsables de la progresiva pérdida de derechos y el incremento de la pobreza entre amplias capas de la clase obrera y el pueblo, confronte con el sistema en su conjunto más allá de la mera reivindicación democrática del derecho a votar la jefatura del estado.

Con tasas de desempleo superiores al 20% y del 45% entre los menores de 25 años, la ausencia de organización y conciencia de clase, puede ser fácilmente suplida por el fascismo. No es difícil encontrar a alguien más débil al que echarle las culpas de todo y sobre el que descargar la frustración y el fracaso al arrastra a millones de personas esta sociedad. Son las mujeres, los migrantes, los rojos o los catalanes, cualquiera puede ser estigmatizado por las huestes envueltas en trapos rojigualdos. Lumpen y pequeña burguesía condenada a proletarizarse, que respondiendo a las consignas más miserables del nuevo fascismo de la vieja oligarquía parasitaria se convierten en sus lacayos. Usan una prédica supremacista de lo español para abrirse a las masas y defienden recetas proteccionistas para defender su mercado y el fracasado proyecto de la España de curas y señoritos que les ha permitido dominarnos durante más de 200 años. El riesgo del fascismo es cierto, está ahí y su discurso avanza en los barrios obreros de la mano de la ignorancia, la miseria y el fracaso de la gestión de la socialdemocracia. La lucha antifascista se impone como una prioridad sobre la que intervenir decididamente para cimentarla en el discurso de todo el movimiento asociativo obrero y popular. No es una cosa de jóvenes, lo es de todos y todas, y la militancia comunista del PCPE estaremos organizadamente en la primera fila de esta lucha absolutamente prioritaria. Hay que dar pasos concretos en la base para la extensión del combate antifascista, incluyéndolo sistemáticamente como elemento central de la propuesta política de masas en todo el trabajo que realicemos.

La realidad como criterio último de la verdad, será la que evalúe lo acertado de nuestros análisis y el alcance de nuestro trabajo. En la capacidad de dirección política de masas convirtiendo en referenciales nuestra propuestas políticas y organizativas, se situará el fiel de la balanza que definirá el alcance de lo realizado. El reto merece la pena, ahora solo nos toca ponernos a ello.

TU LUCHA DECIDE


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# EFE, MADRID 11/08/2020 15:38 | Actualizado a 11/08/2020 16:45 La pandemia de coronavirus ha tenido ya un coste de cerca de 10 billones y medio de euros para la economía mundial, pero el mordisco no ha alcanzado a los supermillonarios, que “valían” casi 250.000 millones de euros más que a mediados de marzo, según datos de la lista Forbes hasta mayo. Entre el 23 de marzo y el 22 de mayo, ni una sola de las 25 mayores fortunas del mundo ha menguado.

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# Desde la realidad de la monarquía española, al circo electoral de los EE.UU, el Brexit o los tres presidentes peruanos nombrados en una semana, la lista de ejemplos del alcance superestructural de la crisis capitalista es inagotable

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# Se trata igualmente de descubrir qué sectores de la oligarquía y los grande monopolios están interesado en debilitar a la Monarquía para, llegado el momento, ofrecerla como rescate del sistema frente al avance de la lucha obrera y popular. La campaña de información que, tras 40 años de silencio cómplice, no cesa de sacar las corruptelas de Zarzuela no son casualidad.

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