El Estado español, a diferencia de otros Estados europeos como Francia o Alemania, no se configura mediante una identidad nacional unitaria, sino a través de una amalgama de nacionalidades: gallega, vasca, catalana, andaluza, canaria, valenciana, asturiana, aragonesa, balear, etc. Todas estas regiones geográficas presentan unas identidades características que condicionan la forma de intervención del Partido en las masas.

Antes de nada, debemos tener presente que la identidad nacional, igual que la nación, es una superestructura que surge durante el siglo XIX, avanzado ya el capitalismo en fase industrial, para asegurar las fuentes de riqueza de las potencias burguesas. Mediante las naciones, la burguesía se reparte las tierras; y mediante la identidad nacional, la burguesía inculca sentimientos de oposición entre la clase obrera basados en cuestiones geográficas. De esta forma, desde el punto de vista marxista, tanto la nación (límite territorial) como la identidad nacional (ideología de la nación) son contrarios al internacionalismo proletario, justamente lo que nosotros, como comunistas, perseguimos.

Sin embargo, no hay que perder de vista que si nuestro objetivo es penetrar en las masas y convertirnos en una herramienta para llevar a la clase obrera al poder, tenemos que emplear la dialéctica. Y lo cierto es que la identidad nacional es una realidad, por lo que, negándola, pecaríamos de esquematismo.

El nacionalismo periférico

Si decimos que una nación es un límite territorial caracterizado por una determinada identidad nacional que la diferencia de otras, el nacionalismo, entonces, sería la herramienta política para mantener a la burguesía en el poder. Tanto la burguesía en Francia, como en Alemania, tienen discursos nacionalistas, de los cuales, por cierto, no se diferencia tanto el discurso de la burguesía central en el Estado español. Es importante tener esto en cuenta, porque la prensa burguesa solo coloca la etiqueta “nacionalista” a los nacionalismos periféricos (catalán y vasco, mayormente), pero nunca al nacionalismo central.

¿Por qué es necesario un nacionalismo en el capitalismo? Como bien explicaba Stalin en su artículo “Contra el federalismo”, la tendencia del capitalismo es centralizadora debido a su desarrollo en sus formas superiores y la necesidad de ampliar el territorio económico, lo que exige la formación de Estados unitarios (Stalin, 1953) i. En un contexto como el nuestro, en el que las agresiones imperialistas masacran cada vez más los pueblos y la competencia interimperialista por los recursos es cada vez mayor, los Estados tienden a elevar su discurso nacionalista contra las personas migradas o contra otras potencias (recuérdese el reciente conflicto entre el Estado español y Marruecos). Y con este encrudecimiento de su nacionalismo, en los Estados conformados por distintas naciones (como es el caso del español) surgen pugnas entre la burguesía central y la burguesía en las periferias por la explotación de los recursos disponibles, tanto dentro como fuera del Estado (recuérdese que el proyecto independentista que busca la burguesía catalana tiene como objetivo representar a Cataluña en estructuras imperialistas como la UE o la OTAN). La militancia comunista debemos prestar atención a estas luchas dentro del Estado, porque pueden, por un lado, agudizar las contradicciones del Estado burgués, lo que nos pondría un paso más cerca de su destrucción. Pero, por otro lado, podrían conducir a la masa obrera a un conflicto burgués cuyo resultado, independientemente del vencedor, será un aumento de la represión y una disminución de sus derechos.

La identidad nacional en Galiza

Para analizar cómo de interiorizado está el sentimiento galleguista entre la masa obrera gallega, propongo al lector que se fije en la estrategia electoral de los partidos burgueses mayoritarios y la compare con sus homólogos catalanes y vascos. Solamente con visitar las páginas web del PP y del PSOE en los tres territorios, verá que hay una diferencia sustancial de estrategia: el PP y el PSOE catalán y vasco tienen la página web en español, algunas tienen pestañas para pasar al idioma propio de la Comunidad. Sin embargo, tanto el PP como el PSOE gallegos optan por crear una página solo en gallego, sin opción (al menos, aparente) de traducción al español. Esto permite pensar que una parte del electorado catalán y vasco no presenta una identidad nacional tan arraigada que le condiciona su elección política. Al contrario, en Galiza ninguna fuerza burguesa puede alcanzar un escaño sin mostrar una identidad diferencial con respecto a la identidad nacional española, al menos de momento. Eso explica el rotundo fracaso de Vox en la Comunidad, que no tiene en absoluto representación política y casi no suma adeptos si lo comparamos con el panorama nacional. De ahí que Iván Espinosa de los Monteros declarase que Feijoo era nacionalistaii. Espinosa da una clara muestra de ignorancia al confundir identidad nacional con nacionalismo.

El nacionalismo institucional en Galiza está representado por el BNG, el Bloque Nacionalista Galego, que aunque nació con una clara proyección independentista y socialista, en la actualidad asume el proyecto de una facción de la burguesía autóctona que se ve desplazada por las políticas centralistas del PPdeG y propone entrar en pugna directa por los recursos contra otras burguesías más poderosas, como la catalana, la vasca o la central. Siguen representando una minoría parlamentaria, aunque este año se produjo un sorprendente sorpaso al PSOE.

¿Qué quiere decir todo esto? Que en Galiza existe un sentimiento identitario unitario e interclasista mucho más arraigado en la clase obrera que en el caso de otras naciones del Estado, como Cataluña o Euskal Herria. Lo cual, a su vez, nos permite deducir que la burguesía gallega en su conjunto está utilizando la identidad gallega para conducir todo el potencial revolucionario de la clase obrera gallega hacia cauces interclasistas, ya sea la derecha (PPdeG y PSdeG) o la socialdemocracia (BNG).

La importancia de un 25 de Xullo de clase

El día 25 de Xullo se celebra el Día da Patria Galega, cuyos orígenes debemos buscarlos en el año 1919 por iniciativa de las Irmandades da Fala, el grupo intelectual nacionalista más importante en aquel momento. Desde hace ya algunos años, este día se ha ido convirtiendo en una romería política en la que el BNG arengaba este sentimiento galleguista en favor de consolidar las posturas interclasistas espontáneas de la masa obrera gallega.

La izquierda independentista (Agora Galiza-Unidade Popular), el antifascismo (Comité Antifascista de Compostela, Comité Antifascista da Lourinha, Estudantes Antifascistas y Vigo Antifascista), el republicanismo rupturista (Cedeira pola Esquerda, Colectivo Republicano de Redondela y Plataforma Galega pola Terceira República), el PCE (m-l) y, por supuesto, el PCPE-CG, nos hemos unido en un inédito acto donde, por primera vez, fuerzas independentistas y no independentistas buscamos profundizar en el común denominador para un Día da Patria Galega antifascista, anticapitalista, a favor del derecho de autodeterminación y de los derechos nacionales, en defensa de una Galiza republicana al servicio de las masas populares. Debemos pasar a la ofensiva para desenmascarar tanto al populismo fascista, como a las iniciativas ciudadanistas que niegan la lucha de clases mediante batalla ideológica y acción teórico-práctica. Este 25 de Xullo los comunistas tenemos la responsabilidad de asistir a esta manifestación unitaria que comenzará a las 12:30 h. en la Alameda, en Santiago de Compostela. Es momento de cambiar de base.

Gabi


i Véase Stalin (1953) [1917], «Contra el federalismo», en Obras completas (tomo III), Moscú, Lenguas Extranjeras, págs. 11-13.

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