En América ha habido una enorme participación de las mujeres en las luchas contra la opresión en distintos momentos de la historia; las luchas anticolonial, antiesclavista, anti racial, emancipadora, antiimperialista, en contra de la violencia, defensoras de derechos humanos, ambientalistas, luchadoras populares, y muchas otras expresiones. Pocos rastros quedan de estas mujeres cuyo punto en común ha sido el desconocimiento de su aporte e invisibilidad de su labor; la mayoría de sus historias no han sido escritas ni publicitadas.

Las pocas que lograron trascender, de las que reconocemos hoy, fueron las que se semejaron a los hombres y fueron iguales o mejores que ellos en las labores de la guerra especialmente.

Los casos más emblemáticos de la lucha emancipadora en Colombia son la cacica La Gaitana, indígena del pueblo Yalcón, quien combatió contra los españoles, en los territorios de Timaná en el departamento del Huila. La pérdida de su hijo  a manos del español Pedro de Añasco, quien lo asesinó, fue el detonante de su determinación para dirigir la resistenciaindígena contra el exterminio. Entre los años (1538 y 1540), junto a La Gaitana no solo combatieron hombres indígenas, también mujeres que dentro de ese ejército de indios, abastecían, auxiliaban y luchaban.

La historia registra, aunque con pocos detalles, el motín liderado por Manuela Beltrán contra los impuestos mercantiles de la corona española en la Nueva Granada, que desencadenó en el movimiento de los Comuneros. Igual con La Pola, (1795-1817), reconocida heroína de la independencia, quien hacía de espía y enlace de los revolucionarios, fue fusilada el 14 de noviembre de 1817, su historia llegó a nosotros por la fuerza de la memoria popular, ya que pocos historiadores se dignaron a reseñarla a profundidad.

En Venezuela encontramos a Juana Ramírez,  hija de esclava africana, quien se unió al ejército libertador para proteger a su hijo. Se adelantaba e interceptaba a los realistas a punta de machete, por eso le decían “La Avanzadora”. Protagonizó la defensa de Maturín en la batalla del Alto de los Godos en 1813, al frente del batallón denominado Batería de las Mujeres. Josefa Camejo, (1791-1862), en la gesta la gesta independista combatió en las filas del general Rafael Urdaneta y luego vestida de hombre al frente de 300 esclavos provocó una rebelión en la provincia de Coro que culminó con la independencia de esa región en 1821.

Por el Ecuador encontramos la indómita Manuela Sáenz, (1797-1856), al igual que Rosa Campuzano Cornejo contribuyeron a que el batallón realista Numancia se pasara al Ejército Patriota en su totalidad, eso las hizo meritorias de la condecoración con la “Orden del Sol”junto a 110 mujeres más, por el general San Martín. Manuelita participó activamente en el Ejército Libertador, combatió en las batalla de Junín y de Ayacucho entre varias acciones, fue la Libertadora del Libertador y su gran amor. También  encontramos a Manuela Cañizares, considerada el alma de la insurrección; el 9 de agostoen 1809, en su casa se dio el primer grito de independencia.

En México, encontramos a Leona Vicario Fernández de Quintana Roo, (1789-1842), actuaba como correo de los insurgentes y como corresponsal de guerra informando de los acontecimientos en el campo de batalla. Fue encarcelada y juzgada pero fue rescatada por sus compañeros para continuar en las filas. Gertrudis Bocanegra de Lazo de la Vega, (1765-1817), armó una red de comunicaciones al servicio de la resistencia, fue capturada y fusilada en la plaza Patzcuaro el 10 de octubre de 1817.

En el Perú encontramos las heroínas, Micaela Bastidas (1745-1781), indígena, esposa y consejera de Tupac Amaruc, luchó contra los realistas en el imperio Inca; María Andrea Parado de Bellido (1777-1822), hacia parte de la red de inteligencia de los patriotas e informaba de planes y movimientos de los realistas; Francisca de Zubiaga de Gamarra, la Mariscala (1803-1835), una mujer guerrera que vestida de militar luchó en el ejército independentista; tras la consecución de la independencia del Perú ejerció el poder político con más autoridad que su marido que era el presidente, Agustín Gamarra (1828-1833), periodo presidencial.

En Bolivia podemos mencionar a Bartolina Sisa (1753-1782), guerrera Aymara, lideró junto  a su esposo TupacKatarí un levantamiento contra los españoles, donde movilizaron unos 40 mil indígenas en El Alto Pero, a finales del siglo XVIII. Fue capturada, torturada y ejecutada en 1782. Juana Azurduy (1780-1862), ejemplo de lucha en la independencia, combatió estando embarazada de su quinta hija. Recibió el rango de teniente coronel.

Aunque en Chile y Argentina no encontramos luchadoras militares propiamente, si un enorme caudal de luchadoras populares y activistas políticas que sirvieron a la causa independentista, entre ellas recordamos a Paula Jaraquemada Alquizar, se destacó por su activismo político en apoyo a la causa independentista de Chile. Juana Moro y Mariquita Sánchez de Thompson una de las luchadoras por la libertad de Argentina.

Como ellas encontramos en todo el continente un bastión de mujeres cumpliendo innumerables acciones. En cualquier momento de la lucha contra cualquier tipo de explotación, discriminación o sojuzgamiento,muchas mujeres arriesgaron todo en el cumplimiento de tareas en inteligencia, logística, transmisión de información, en propaganda, preparando los alimentos, enfermería, curando las heridas del cuerpo y del alma de sus hijos, hermanos, padres o maridos, en el combate propiamente en el campo de batalla; aun así ese aporte ha sido invisibilizado, mucho tiempo marginado, negado.

Las Marías y Adelitas en México, las Marianas en Cuba, las mariposas en República Dominicana, las Polas, Juanas y Manuelas en Colombia y Venezuela, las caballeresas del sol en el Perú revolucionario, las Bartolinas en Bolivia, las Olgas en el Brasil, y tantas otras en todo el continente. Todas ellas estuvieron presentes, a viva voz, de sol a sol,  en cada una de las gestas emancipadoras, donde fueron ganando el título de luchadoras, combatientes y revolucionarias .

En la historia reciente, están centenares de guerrilleras anónimas que desde las filas de  Las FARC-EP y el ELN lo han dado todo por esta causa, con la misma entrega que tuvieron sus heroínas inspiradoras, combaten y participan hoy en cada una de las tareas que les ha impuesto esta lucha.

También está el trabajo denodado y comunitario de las mujeres en las barriadas y sectores marginales en las ciudades y en los campos, las que son embrión de lucha y resistencia de sus pueblos, ellas con su activismo mueven a los habitantes de sus comunidades, contribuyen a la organización y movilización .

En cada acción de los movimientos sociales y sus comunidades, encontraremos lideresas campesinas, indígenas, negras, mujeres populares y trabajadoras que en las movilizaciones y paros empeñan su fuerza, su voz, su compromiso, su marcha, llenan de contenido a esa gran masa humana. Aun así, son poco registradas por los medios, muchas veces estigmatizadas, encarceladas y judicializadas.

Esa labor, hasta ahora gris, no reivindicada, anónima, invisible, pero no por ello, menos grande, junto a todos los que han luchado y continúan haciéndolo; las mujeres revolucionarias fueron a lo largo de la historia, baluarte de esas epopeyas. ¡Las luchadoras de ayer, hoy y siempre, constituyen un bastión de resistencia, y rebeldía, fundamental para la transformación de la sociedad,  la historia sobre su aporte está por hacer!

Victoria Sandino Palmera, guerrillera de las FARC-EP

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