El pasado 6 de marzo fueron detenidos los hermanos y camaradas Mikhail Kononovich y Aleksander Kononovich, primer secretario de la Unión de la Juventud Comunista Leninista de Ucrania, bajo la acusación de ser espías de Rusia y Bielorrusia. Usando esto como excusa para seguir con su persecución a la movilización comunista y sindicalista. Ante su detención hubo una rápida respuesta por parte de la Federación Mundial de la Juventud Democrática, con comunicados y concentraciones. Seis días después supimos que estaban vivos, pese a que les habían agredido, seguimos exigiendo su puesta en libertad inmediata, sin más agresiones y cargos.

Ésta detención muestra la realidad del gobierno ucraniano, un gobierno fascista que reprime, persigue y busca eliminar las organizaciones comunistas y sindicatos de clase, así como quienes las conforman.

Cuando en el 2013 surgió el movimiento Maidan iniciado como una supuesta respuesta social a la corrupción política, incluso la clase obrera y en concreto minera del Donbass lo veía con simpatía. En ese momento pese a que ellos estaban inmiscuidos en una huelga del carbón en respuesta por el abandono a sus ciudades por parte de la administración. Rápidamente vimos como el Maidan pasó a ser un movimiento de paramilitares con simbología nazi,

que empezó la situación política en Ucrania que continúa a día de hoy, el fascismo, provocando la división del país en un noroeste proerupeo y un sureste prorruso.

El Donbass, con marcado carácter obrero y ya antes abandonado, ha sido testigo de esta batalla desde su inicio, donde cortaron las pensiones en 2014, y después las partidas presupuestarias para escuelas, sin agua, sin alimentos, sin comunicaciones, y con constantes bombardeos.

En los dos primeros años de este conflicto se acumularon un 60% de las bajas hasta el momento, que ha asumido la clase obrera, así como la destrucción de las infraestructuras, con la única ayuda del propio pueblo, y la solidaridad internacional antifascista.

Es importante remarcar las características obreras del conflicto, de cómo ha sido nuestra clase la que lleva 8 años poniendo la vida, y cómo ha afectado esto a las organizaciones comunistas y sindicales. No podemos olvidar la masacre de Odessa el 2 de mayo de 2014, que los medios intentaron llamar enfrentamientos y afirmar que fueron asesinadas 59 personas cuando 150 más "desaparecieron".

Una marcha nazi antes de un partido de fútbol con dos grupos ultras fascistas se desvió y acercó a la acampada anti Maidan quienes allí estaban tuvieron que refugiarse en el edificio de los sindicatos, donde fueron encerradas y quemadas dentro.

A finales de 2015 Ucrania ilegalizó los tres partidos comunistas, casi un año y medio después de esta masacre contra la militancia antifascista y comunista.

Hemos intentado, entrevistar a la Unión de la Juventud Comunista Leninista de Ucrania, pero la persecución y el bloqueo de sus páginas y redes lo ha hecho imposible para este número, esperamos más adelante poder darles voz.

La razón de esta entrevista es, a parte de darles un espacio ante el bloque informativo, conocer cómo ha afectado a la militancia y a la juventud en concreto un conflicto con un origen obrero, pasando por la masacre de Odessa y la ilegalización de su militancia. Algo que en su inicio pudo suponer un aumento de la conciencia y militancia, pero que acabó con la persecución y exilio de quiénes continuaban con la militancia comunista.

Saber cómo ha afectado y enviar todo nuestro apoyo una vez más, a quienes están allí militando, quienes han tenido que exiliarse, a quienes la posibilidad de militar les ha sido negada por la persecución, a quienes han podido y han resistido, y en nuestra memoria siempre quienes han caído por su conciencia comunista en las manos del fascismo.

Edurne Batanero

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