Recientemente en un artículo, un militante del PCPE mandaba a la mierda a la Sra. ministra de trabajo Yolanda Díaz, esta petición tan cotidiana y popular como el deseo de buena suerte para nuestros amigos y familiares próximos, al ser conceptos metafísicos no tienen un espacio físico donde poder ser contrastados en la realidad.
Pero hay un lugar que, si tiene un espacio físico, la prisión.
Los accidentes laborales causaron 394 muertes en el primer semestre de este año, un alza del 18 % frente al mismo periodo del año pasado, lo que en números absolutos supone 60 fallecidos más, según los datos actualizados por el Ministerio de Trabajo.
Por sectores, los servicios acapararon el mayor número de accidentes mortales en jornada con 137, aunque los mayores incrementos fueron para la agricultura con 58 fallecidos, 32 más que en la primera mitad de 2021; y en construcción, con 70 accidentes mortales, 19 más.
Del total, 353 accidentes mortales fueron entre asalariados y 41 entre trabajadores por cuenta propia y, por sexo, 362 fueron hombres y 32 mujeres.
En total, en la primera mitad del año se registraron 310.211 accidentes con baja, un incremento del 18,2 % frente al mismo periodo de 2021: 273.300 fueron en jornada de trabajo y 36.911 «in itinere».
Estos asesinatos, en su mayoría casi absoluta, se podrían haber impedido con la aplicación de leyes y normas que como principio fundamental tengan la protección de las obreras y obreros. Con legislaciones que castiguen con la cárcel a quienes incumplan uno solo de sus guiones. Leyes y normas que deben nacer del seno del proletariado, que son trasladadas por sus organizaciones sindicales a los representantes del gobierno de turno y recogidas en una ley laboral al servicio del conjunto de la clase obrera, esta parte tiene algo de ensoñación, ya que sitúa de donde emanan y su aplicación. Ingenuamente pasamos por alto que en el estado capitalista esto no es posible.
Somos conscientes y así se lo trasladamos a las masas obreras, que, dentro de los márgenes de este sistema, sistema capitalista, desde sus parlamentos, éstos al servicio de la burguesía, jamás habrá ley o norma que no se elabore e implante para hacer posible que el capital mantenga sus beneficios, extraídos estos del trabajo de las masas obreras, apropiación de plusvalía.
La Sra. ministra, que no sabemos si anda por la mierda, o en Marbella relajándose de su reciente viaje a EEUU, viaje que como ya denunciamos tenía como objetivo que los jefes oligárquicos le dieran su bendición, hasta hace poco jefes capitalistas y mercenarios a su servicio acudían a El Vaticano, a por la bendición.
La ministra y todo el aparato del estado burgués son los responsables principales de que se asesine con toda impunidad a la clase obrera, cada uno de estos asesinatos son presentados como accidentes en los que como responsable se señala en el mejor de los casos a un desalmado empresario de ideología reaccionaria, que también lo son, apareciendo en otras ocasiones el o la propia obrera como principal responsable, ya que según el patrón no respetó las normas de seguridad e higiene, otro negocio. Ocultan que toda responsabilidad de incumplimiento es producto de una nefasta aplicación de las normas que deberían protegernos en el ejercicio del trabajo, y que son los patrones quienes están obligados a su cumplimiento, pero como el cumplimiento de estas normas ralentizan el ritmo de producción, menos producción, menos extracción de plusvalía. Patrones y gobiernos al servicio de estos se hacen los ciegos y sordos, cuando no son ellos quienes obligan a que estas normas no se cumplan.
Asesinar a la clase obrera en la dictadura del capital tiene un coste de gratuidad indignante. Todos los días leemos en la prensa que han fallecido dos obreras/os, por fallos en las máquinas, desprendimiento desde las alturas, enterramiento bajo materiales, golpes de calor, desfallecimientos súbitos…etc. Estas estadísticas no recogen los fallecimientos que se producen semanas, meses o años después, ocasionados por lesiones o enfermedades. Todos recordaremos el asunto del amianto, o la neumoconiosis (silicosis) de los mineros y obreros de la piedra y el mármol, pero añadamos a esta, otra multitud de enfermedades que la clase trabajadora sufre a consecuencia de la insalubridad y dureza de sus trabajos.
Asesinar en el estado capitalista (dictadura del capital) ya decíamos que sale barato cuando estos asesinatos son llevados a cabo por la clase en el poder, la burguesía. Y son ejercidos contra la clase oprimida y explotada, el proletariado y los sectores populares.
Las masas obreras deben organizarse, liberarse de la tutela intelectual de oportunistas de todos los colores, (PCE, PODEMOS, SUMAR y un largo etc que haría larga su enumeración) organizarse para conquistar su independencia ideológica de clase, para hacer frente a la burguesía, organizarse para la toma del poder político sin el cual siempre estará a merced de estos esbirros que hoy pretenden perpetuar la dictadura del capital. Organización obrera que, desde su ideología propia, el Marxismo-Leninismo, sin dilación envíe al cubo de la historia a este criminal sistema que vive y se mantiene de la sangre de las masas. No olvidamos ya que aseguramos que la prisión es un lugar físico que debe ser ocupado por la oligarquía y por las y los burócratas al servicio de la dictadura del capital, la Sra ministra también, aunque antes pase por la MIERDA, que trabajan y ocasionan el asesinato y la miseria de LA CLASE OBRERA.
Juan J. Sánchez
Responsable de MOS del CC del PCPE