Ha ocurrido en Inglaterra, en Nottingham, famoso en la literatura por aparecer en los libros de Robin Hood donde nuestro héroe luchaba contra el Sheriff de la citada ciudad.

Los jóvenes han asaltado un McDonald. Hasta ahí han llegado nuestros héroes, no han repartido entre los pobres ni han hecho nada contra el poder del Juan Sin Tierra de turno. Amenazan a los trabajadores mientras que graban con sus móviles su hazaña. En su país gobierna “a medias” un tal Boris Johnson, que les metió nacionalismo imperialista hasta por salvada sea la parte, y también una tal Liz Truss que “asegura que está lista para pulsar el botón nuclear si es elegida para remplazar a Boris Johnson”

No es extraño. La decadencia europea está llegando a niveles insoportables. El abandono de planes de educación adecuados sustituidos por teorías supremacistas blancas y anglosajonas para más INRI, están llevando al mundo al borde de un cataclismo.

No ha de olvidarse el comportamiento famoso de los hooligans ingleses por todo el mundo (aunque creo que hace unos años la policía rusa les paró los pies de forma contundente…porque Putin es un dictador) y del turismo barato y de borrachera que representan buena parte de los europeos blancos. Cualquier ciudad costera española, con sus autoridades rendidas al sempiterno negocio del turismo, ha sufrido y sufre a estos especímenes que no dejan de estar más cerca del fascismo más rancio que de cualquier movimiento reivindicativo.

Hago una relación de un solo día en Mallorca, en la página de sucesos del periódico local de turno:

“Calviá: 7 kilómetros de huida de un conductor drogado que se saltó un control”

“Localizan el cadáver de un hombre flotando en aguas de la Bahía de Palma”

“Detenido un portero de una discoteca (de nacionalidad inglesa) de Punta Ballena por hacer un mataleón a un cliente”

“Arrestan a un empresario de Manacor por explotar y acosar a sus trabajadores”

“Arrestado un rapero de los Países Bajos acusado de violar a una joven en Palma”

“Libertad para los dos británicos que dieron una paliza a un taxista en Magaluf”

“Graban una violenta y sangrienta pelea entre varios turistas (ingleses) en Magaluf”

¡Que viva el turismo!

Me he despistado, que el tema es el de las hazañas de los supremacistas blancos. Allende los mares la cosa no mejora: en el condado de Crawford (EE.UU) acaban de arrestar a tres policías por dar una paliza en la calle a un hombre maniatado, menos mal que hubo quien lo grabó y lo publicó en las redes. De lo contrario no habría ocurrido nada. Y eso de dar palizas me recuerda a los seguidores de Zelensky, a los ukronazis con sus ya famosos atados con plástico de envolver, a los que golpean en medio de la calle por ser gitanos o por hablar ruso.

Toda esta violencia, toda esta falta de valores esenciales, proviene de un sistema que cae irremediablemente. Recordando las palabras de Gramsci: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”

El Imperio Romano cayó con todo su estrépito, con su Calígula de turno, con sus bacanales, sus orgías, sus asesinatos, su violencia aguda. El Imperio español no fue mejor (aún no nos hemos recuperado), también el Imperio Británico o el belga o el alemán o el francés, todos cayeron irremediablemente, los síntomas históricos han sido parecidos: pérdida de cualquier tipo de valor, rapiña extrema y salvaguarda de los degenerados (ahí están los Hitler de turno, el rey Leopoldo, o los “Bobones”).

El Imperio británico ha sobrevivido con sus descendientes americanos, creando un Imperio anglosajón que ha impuesto su cultura, su lengua, su música y hasta sus costumbres (otro día hablamos de Halloween) y que ha seguido expoliando, robando, secuestrando, asesinando sin parar desde el Siglo XVI.

Viva la fiesta, la cerveza y las drogas; aupemos a los analfabetos a programas de máxima audiencia para que todo el pueblo siga las reglas: no estudies, especula o bien trabaja como un mulo toda tu vida, que la culpa será tuya porque no lo has hecho bien; hazte tiktoker, reggatonero, influencer o gilipoller, pero no vengas a tocar al sistema con canciones de protesta, ni con manifestaciones, ni con sindicatos, ni partidos revolucionarios. Toma tu droga y tu realidad virtual y lucha contra Putin derribando aviones rusos en la red (que igual lo sacan como real en alguna televisión europea). Vive en el metaverso y no te rebeles…y sobre todo: no te hagas comunista, que a esos sí le tenemos miedo.

Sólo el pueblo organizado salvará al pueblo.

J.L. Corbacho

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