Murió Sharon, murió un responsable de crímenes contra la humanidad. Con una vida íntegramente dedicada al terrorismo sionista, este dirigente del Estado israelí es responsable de las masacres de Sabra y Chatila (campos de refugiados palestinos en Líbano), de la usurpación de los territorios palestinos o de la política de destrucción y tierra quemada contra Palestina.

Siempre a las órdenes del imperialismo, encabezó las políticas de división de los pueblos árabes y de agresión a sus soberanías. En la hora de su muerte, redoblamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino y con su larga lucha por el establecimiento del Estado palestino independiente con capital en Jerusalén, por el derecho al retorno de todos los forzados al exilio, por unas fronteras seguras en los límites dictaminados por el derecho internacional, por la reparación de los daños causados y por una paz justa

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