Año tras año, al inicio del mes de septiembre, las familias obreras enfrentan un nuevo reto de “los juegos del hambre” teniendo que asumir unos costes cada vez más elevados al inicio del curso escolar. Las insuficientes subidas del salario mínimo realizadas por la socialdemocracia en el gobierno, han quedado en pérdida de poder adquisitivo y empobrecimiento generalizado, por una escalada de precios del 12 % en los últimos tres años (principalmente aupada por los combustibles y el precio de los alimentos básicos), que ha dejado muy mermada a la clase trabajadora.
Según una encuesta reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las familias asumen este nuevo curso un incremento del 13 % de los gastos escolares. Libros y material escolar, comedor, gastos de excursiones que forman parte del programa lectivo,... en torno a 1.200 € por cada niño/a que acude a la escuela pública.
¡¿Cómo es posible que podamos siquiera normalizar que una familia de clase trabajadora tenga que asumir este coste únicamente para garantizar la escolarización en igualdad de nuestros hijos e hijas?! ¿Es así como el gobierno de la socialdemocracia garantiza el derecho a la educación pública?.
Sin embargo, estas duras condiciones no quedan ahí. Aspectos como el deterioro de los servicios públicos también inciden en la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora.
El pasado curso, cuarenta rutas escolares dejaron de funcionar en la Región de Murcia, dejando a miles de estudiantes sin transporte y teniendo que ser asumido por sus familiares durante meses, con el coste económico y de disponibilidad que ello conlleva, demostrando la nula voluntad política por parte del Gobierno Regional de atender de forma urgente a un servicio público esencial.
Este curso le ha tocado a cientos de estudiantes de la Universidad de Murcia, que ante el desplazamiento a la Facultad de Espinardo por obras en La Merced, se quedan tirados sin transporte por la saturación de las líneas del tranvía y autobús en horas punta, siendo incapaz, una vez más, el Gobierno Regional de dar respuesta al deterioro constante del transporte público. Transporte público que a final de año verá cómo finalizan las subvenciones estatales, con el consiguiente incremento de costes para quienes lo usan en mayor parte, la clase trabajadora y los sectores populares.
Hablamos, en definitiva, de una guerra generalizada del capital y sus gobiernos contra nuestras condiciones de vida, que son cada vez más duramente atacadas, mientras se prorrogan e incrementan otro año más los gastos militares y la sumisión a la OTAN .
Es necesario dar una respuesta organizada y de clase a todas estas manifestaciones de esta guerra del capital contra el trabajo. Cada vez que se manifiesta uno de estos problemas concretos, las y los revolucionarios tenemos una oportunidad para organizar una trinchera junto a nuestra clase, que ayude a empezar a cambiar esta situación de una vez por todas, haciendo avanzar nuestras posiciones de lucha.
Hacer de cada barrio, centro de trabajo o centro de estudios, una trinchera.
¡Tu lucha decide!
Francisco Valverde