Si no has sido un villano en un momento determinado, nunca serás un héroe. Y el día que seas un héroe, puede que al día siguiente te conviertas en un villano”. Carlos Ghosn1

El propio sistema hace y deshace. Todopoderoso “él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes” (Daniel 2:21). Pedro Sánchez es el máximo exponente de la política contemporánea española. La culminación de un producto de la mercadotecnia política que en poco difiere del resto de mercancías que consumimos ávidos y desechamos prestos.

El I+D+I de la política ha creado un Presidente de “packaging”2 fresco y elegante, actual y sorprendente, capaz de desplegar un sólido y perfecto “branding”3  corporativo, orientado a un “target market”4 preestablecido por la lógica del sistema. Pedro Sánchez representa superficialmente todo esto y en esencia, toda la hipócrita gestión de los intereses del capital. El cinismo, la doblez, la falta de principios, el engaño…

Sobre su persona pivotan las distintas facciones de la clase dominante. No es una confrontación de clase, ideológica, sino de intereses entre sectores. Por eso mismo nació el “sanchismo”. Un concepto despectivo que individualiza, personaliza y personifica una forma de hacer política. El “sanchismo” es una herramienta de desgaste, de descrédito político que no altera la base material de su sustento.  Un significante vacío y permeable que puede erosionarse sin tocar las estructuras ni los idearios convergentes de unos y otros.

El “sanchismo” es comunismo, es ruptura de España, es corrupción, es terrorismo y hasta Satán en plena orgía demoníaca. Es todo lo que se puede decir, aunque no lo sea. Por el contrario, Sánchez es el máximo exponente de los valores del imperialismo, de la opresión, es sometimiento a la dictadura del capital, es renuncia a la soberanía. Es todo lo que no se puede decir, aunque lo sea. En la era de la posverdad, lo que en otros tiempos fue obvio, hoy se esconde.

La encarnación del poder en la persona, en el héroe o el villano, adormece la disputa de lo Político (con mayúsculas), paraliza la acción de las estructuras colectivas de clase y salvaguarda la legitimidad de los partidos políticos sistémicos y su alternancia útil, encubriendo su similitud. Además, tiene la ventaja de romper los marcos ideológicos, a veces inamovibles, de parte de la población (la menos joven), fieles a unos principios que no se aplican por los partidos gobernantes, pero que ocupan los clásicos espacios de izquierda o derecha, posibilitando así, pescar en caladero ajeno.

Pedro Sánchez representa la culminación mejorada de un proyecto de gestión política más acorde con la tendencia a la hiperindividualización, donde la política se convierte para la ciudadanía en un producto identitario más.

En el mundo del consumismo, de la obsolescencia, de la mercantilización de la política, la personalización de ésta a través del líder, permite más rápidamente la rotación y diversifica el producto. Y lo más importante, genera una ilusión cognitiva que vela la realidad. La de las personas oprimidas, explotadas… ocultando  las categorías emancipadoras, imponiendo la agenda del enemigo de clase de la mayoría social.

Kike Parra

1 Carlos Ghosn (Porto Velho, Rondonia, 9 de marzo de 1954) es un empresario brasileño. Fue presidente y CEO de Nissan Motor Co. Ltd., Renault.

 2 El “packaging” es el envoltorio que se les pone a los productos para mantenerlos a salvo de daños durante el transporte y almacenamiento.

 3 El “branding” es la imagen que se proyecta ante el público en general y busca establecer los valores y la identidad de la organización. 

 4 El “target market” o mercado objetivo, como se le conoce en español, es un subconjunto del público al que se pretende llegar.

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