Desde el año 2007, al inicio de la crisis capitalista, la tasa de paro en España se ha multiplicado por 3, situándonos actualmente en más del 25%.

Uno de los sectores más castigados por la crisis cuando hablamos de tasas de paro es la juventud, donde se encuentran los valores más altos. Estos valores sitúan a España como el segundo país con tasa de desempleo juvenil más alta, después de Grecia.

Casi 2 millones de hogares españoles tienen a todos sus miembros en paro. Con la agudización de la crisis, y el despido masivo por parte de la patronal, nos encontramos con cientos de miles de trabajadores sin empleo de larga duración.

La imposibilidad de pagar las hipotecas por parte de las familias en paro hace que éstas sean víctimas de constantes desahucios de sus hogares.

Desde el año 2008 se baraja que más de medio millón de familias trabajadoras han sido expulsadas de sus viviendas a través del desahucio, al no poder hacer frente al pago del alquiler o de la hipoteca, mientras más de tres millones de viviendas siguen vacías.

La falta de ingresos estables produce inevitablemente dificultades para cubrir las necesidades básicas fundamentales de las familias obreras, y se están empezando a dar problemas alimenticios en los niños procedentes de familias generalmente en paro.

Al mismo tiempo, las condiciones para disfrutar de las prestaciones por desempleo son cada vez más duras y más perjudiciales para los trabajadores y trabajadoras.

Desde el sistema se venden dos soluciones al paro de la juventud: la iniciativa empresarial y la emigración. La iniciativa empresarial nos vende que la única forma de salir de la crisis es mediante la creación de autoempleo, adornado con originalidad.

Son muchos y muchas los trabajadores, especialmente jóvenes, que ante la situación desoladora del panorama laboral en España, deciden emprender la vía de la emigración.

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