El pasado 19 de enero falleció, en un hospital de Roma a los 84 años de edad, Ettore Scola, el último mohicano del cine italiano. Una cinematografía de gran solera, que inició su andadura casi en el mismo instante en que los hermanos Lumière presentaban su invento en el Gran Café de París en 1895, y que se sustenta sobre dos sólidos pilares: la época dorada del cine mudo (1912-1922), con el trágico interludio de la Primera Guerra Mundial, y la eclosión del neorrealismo. Un movimiento cultural, este último, que se inscribió en un contexto revolucionario: el de la liberación en 1945 de la Italia fascista de Benito Mussolini, y en la que jugó un papel decisivo la resistencia partisana y el Partido Comunista.

Sin duda la obra de Alfonso Sastre ocupa en la esfera de teatro de la segunda mitad del siglo XX un papel relevante, forma parte de los clásicos de la escena. Existe un libro escueto, acabado en 1975 y editado en 1978 cuyo título es bastante sugerente: “T.B.O.”

Hace unos días finalizó con éxito el rodaje de la película de «Estudio Pixel» y del Centro Obrero de Lavrio, sobre la gran huelga de los mineros que tuvo lugar en Grecia en 1961. En la película colaboran el grupo de teatro "Extracción" y también el grupo de teatro del PAME.

Además, Inglaterra, Francia y Alemania han invertido en el extranjero un capital de no menos de 70 mil millones de rublos. Para obtener una rentita “legítima” de esta agradable cantidad -- una rentita de más de tres mil millones de rublos anuales --, sirven los comités nacionales de millonarios, llamados gobiernos, provistos de ejércitos y de marinas de guerra, que “colocan” en las colonias y semicolonias a los hijitos y hermanitos del “señor Billón” en calidad de virreyes, de cónsules, de embajadores, de funcionarios de todo género, de curas y demás sanguijuelas.

En el número 40 de Sotsial-Demokrat [2], hemos informado de que la conferencia de las secciones de nuestro Partido en el extranjero ha acordado aplazar la cuestión de la consigna de los "Estados Unidos de Europa" hasta que se discuta en la prensa el aspecto económico del problema [3].

Los debates en torno a esta cuestión tomaron en nuestra conferencia un carácter político unilateral. Quizás ello se debiera, en parte, al hecho de que en el manifiesto del Comité Central dicha consigna estaba formulada directamente como consigna política ("la consigna política inmediata. . .", se dice en él), además, no sólo se proponían los Estados Unidos republicanos de Europa, sino que se subraya especialmente que "si no se derroca por vía revolucionaria las monarquías alemana, austríaca y rusa", esta consigna es absurda y falsa [4].

Veíamos, en el número anterior de UYL, que ninguna de las teorías burguesas da cuenta satisfactoriamente del origen del valor. Y no pueden hacerlo porque, simplemente, están equivocando el punto de mira.

Una explicación de la formación del valor que quiera ser tal necesita partir de tres premisas:

1) la existencia de una “cualidad” en la que reside el valor que debe estar presente en TODAS (no “muchas” o “casi todas”) las mercancías, puesto que TODAS ellas poseen valores equivalentes;

2) esa cualidad debe ser cuantificable, de otra manera sería imposible cualquier intercambio, siendo entonces verdaderamente no-equiparables; y

3) esa cualidad no puede ser el valor de uso, pues es éste una de las premisas del propio valor y lo que distingue (y/o agrupa) unas mercancías y otras.

[El capitalista] “Primero, quiere producir un valor de uso que tenga un valor de cambio, un artículo destinado a la venta, una mercancía. Y segundo, quiere producir una mercancía cuyo valor sea superior a la suma de valores de las mercancías invertidas en su producción, de los medios de producción y de la fuerza de trabajo para los que adelantó su buen dinero en el mercado. No sólo quiere producir un valor de uso, sino una mercancía, no sólo valor de uso, sino valor, y no sólo valor, sino también plusvalía”. [El Capital: Sección Tercera, Libro I. Cap V: Proceso de trabajo y proceso de valorización]

Subcategorías

uyl_logo40a.png