Entrevista a Jorge Román, militante de CJC Gran Canaria, con motivo de su viaje a Cuba el pasado mes de febrero.

¿Cuál fue el motivo de tu viaje a Cuba? ¿Fue un viaje organizado o individual?

Viajé a Cuba de vacaciones con mi pareja, puesto que era algo que quería hacer desde hacía ya bastantes años, y a ella también le gustaba mucho la idea.

No nos interesaba el tipo de viaje que mucha gente hace: Varadero (sol y playa en zona plagada de hoteles y turistas extranjeros como nosotros) y, si acaso, La Habana. No. Lo que buscábamos era conocer el país en profundidad y explotar al máximo esa posibilidad en la limitación de tiempo que teníamos (13 días). Por eso, no elegimos un viaje organizado, sino que decidimos alquilar un coche y movernos por la isla con la mayor libertad posible, que era considerable teniendo en cuenta que contábamos con un listado de hoteles relativamente amplio y separado por provincias.

¿Qué esperabas encontrar?

Esperaba encontrar un país plagado de lugares con un valor y una carga históricos inimaginables, al margen de los paisajes espectaculares que embellecen esa tierra. Esperaba encontrar un pueblo trabajador con un nivel de conciencia de clase muy por encima de lo que estamos acostumbrados a ver los que hemos vivido siempre en países capitalistas. Y como me esperaba todo eso, no me chocó tanto comprobarlo por mí mismo, aunque una cosa es imaginarlo y otra experimentarlo en primera persona, evidentemente.

¿Consideras que la sociedad cubana es libre? ¿Notaste a la población cohibida cuando hablaba contigo?

Tuvimos la oportunidad de hablar con trabajadores y trabajadoras cubanos/as en todos los lugares que visitamos, salvo alguna excepción. Como es lógico y, sucedería en cualquier lugar, algunas personas se mostraban más críticas que otras con el gobierno. Sin embargo, todas, y cuando digo todas, es absolutamente todas las personas con las que conversamos sobre cuestiones políticas, nos recalcaban que una de las cosas de las que se sienten orgullosas de su país es de que es un país libre (además de seguro, pero ese es otro tema que no responde a esta pregunta). No noté cohibición en ningún momento por parte de ninguna de esas personas a la hora de hablar de política ni de su realidad material allí. La “libertad” se trata, sin duda, de la materia en la que más contraste encontré en relación a la imagen que los medios de comunicación privados venden de Cuba en el exterior, empezando por los del Estado español.

¿Cómo viste el país económicamente? ¿Viste pobreza?

Siempre que se habla de pobreza en un país, se debe contextualizar. Y Cuba, además de tener que enfrentar, desde hace más de medio siglo, un bloqueo criminal que cada año es rechazado masivamente en la ONU, pertenece a una región que arrastra las dificultades de los que han sufrido siglos y siglos de colonialismo. Pese a todo ello, el pueblo no renuncia a sus principios y tira para delante con su revolución, con lo cual, han podido mantener una serie de garantías sociales que en el capitalismo y en ese mismo contexto histórico y geográfico serían imposibles. Que se lo pregunten a sus vecinos haitianos. El acceso a una sanidad digna y gratuita, la protección de la infancia y un largo etcétera, son logros de la Revolución Cubana que pude constatar, y que en cualquier país capitalista supondrían un coste económico importante. Por esa razón, cuando alguien habla del salario medio de los cubanos sin atender a esos factores, está cometiendo un error gravísimo, ya sea de manera intencionada o no.

En cuanto a la seguridad, ¿se parecía la policía de allí a la de aquí?

Si bien no traté apenas con la policía, al margen de alguna anécdota personal de la que no puedo sacar la más mínima queja, sí observé que la presencia policial en las distintas zonas del país es inferior a la que podemos ver en nuestra tierra y que, dicho sea de paso, va en paulatino aumento de la mano de la represión, como consecuencia de la crisis estructural del sistema. Los voceros del capital (desde La Sexta hasta Intereconomía) nos presentan una dictadura feroz en la que el control policial de la población es una constante. Supongo que quienes hayan hecho un viaje parecido al nuestro y hayan ido con ese prejuicio, se habrán sorprendido.

¿Conocen allí la realidad del Estado español? ¿Consideras que la sociedad cubana está bien informada?

Con la gente hablé más sobre mil cuestiones de Cuba que sobre la situación que se vive en el Estado español, pero en general sí están al corriente de que las consecuencias de la crisis están golpeando fuertemente al pueblo trabajador. Ellos lo notan, sobre todo, en la drástica reducción de turistas españoles en el país, algo que me mencionaron, al menos, cinco o seis personas de distintos lugares de la isla.

¿Me podrías decir algunas cosas que te gustaron de Cuba, y qué cosas no?

De todo lo anterior se puede extraer muchas de las cosas que me gustaron de Cuba. También me quedaría con su respeto por el medio ambiente y su compromiso con la preservación de los lugares de gran interés histórico. Tienen un nivel de conciencia tremendo respecto a eso. Además, es un pueblo asombrosamente culto. Independientemente del grado de cualificación técnica del oficio de cada uno/a, tenían, en general, unos conocimientos de cultura general y un vocabulario que me impresionaron. Y bueno, lo que no me gustó es que notamos problemas de comunicación en algunos asuntos administrativos, que de eso ya se encargarán los cubanos de arreglarlo, y vi más simbología yanqui en la ropa de la gente de lo que me esperaba, teniendo en cuenta lo que ha sufrido el pueblo cubano por culpa del imperialismo. Eso sí, esto último es otra muestra más de la “gran represión” que hay en Cuba contra todo lo relacionado con Estados Unidos.

¿Volverías a ir a Cuba?

Por supuesto que volvería. Sería, en todo caso y por desgracia, dentro de mucho tiempo, porque para trabajadores como nosotros, un viaje de este tipo supone un esfuerzo económico muy grande. Pero los trece días no dieron tiempo para conocer algunos lugares como Holguín o Baracoa, por poner varios ejemplos de sitios que tenían un gran interés para nosotros, con lo cual, ya tenemos excusa para regresar algún día. Eso sí, lo importante, al margen de si volvemos o no, es que la República de Cuba siga siendo libre y socialista, valga la redundancia. Representan una esperanza para millones de trabajadores y trabajadoras en todo el planeta.

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