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Editorial Diciembre 2015

Elegir entre la clase obrera y los enemigos del pueblo, esta es la cuestión central en las Elecciones Generales del 20D, en un momento de especial agudización de la lucha de clases.

El PCPE, como organización de vanguardia de la clase obrera de este país, concurre a esta batalla política con la firme determinación de enfrentar al enemigo de clase y a sus comparsas. Así nuestra consigna es bien clara: Tu voto para la clase obrera, si todo lo producimos, todo lo decidimos.

A estas Elecciones no concurre ninguna otra fuerza política que se reivindique como el referente político del proletariado español. El PCPE enfrenta esta tensa situación consciente del duro combate ideológico que implica nuestra posición de claro compromiso revolucionario, y con la determinación de hacer avanzar nuestras propuestas políticas entre destacamentos más amplios de la clase obrera y de otros sectores populares.

Esta convocatoria electoral se da en una situación en la cual las clases dominantes saben de sus dificultades crecientes para mantener los consensos sociales que les permiten su brutal dominación. Y, por ello, la manipulación mediática -y de todo tipo- alcanza niveles muy superiores a los de otras ocasiones.

Las restricciones a las posibilidades de expresión del PCPE son hoy mucho mayores que en otras ocasiones anteriores. Las Juntas Electorales pretenden aplicar duros criterios para impedir la colocación en la calle de nuestra propaganda, argumentando con el pretexto de los resultados de la convocatoria anterior, estableciendo diversos raseros en el derecho a la difusión de la propaganda electoral. En función de ello se nos ponen límites a nuestra presencia en el espacio público, se nos niegan locales por darles prioridad a las organizaciones del sistema, y como siempre los espacios gratuitos que nos corresponden en los medios públicos, además de ser pocos, se emiten en las horas de audiencia mínima.

Parece ser que este sistema capitalista no resiste un minuto de discurso comunista en las horas punta de audiencia.

Queda claramente evidenciado el interés de las clases dominantes por favorecer a las fuerzas reformistas, a las cuales se les asigna el papel de engañar a la clase obrera desde su supuesta posición progresista. Partidos engañaobreros, como IU o PODEMOS, reciben un trato de cortesía, con la finalidad de que den cobertura al ala izquierda del sistema, por su valiosa intervención en la desactivación de las posiciones revolucionarias en el movimiento obrero, creando ilusiones que no van a ningún lado.

El futuro de esa fuerzas reformistas, con resultados mayores o menores, seguirá el mismo camino de Syriza en Grecia, donde A. Tsipras es la expresión práctica con su servil aceptación de todos los mandatos imperialistas de la UE, sin rechistar.

El resultado electoral el 20D dejará constancia del grado de las actuales dificultades de las clases dominantes para dar continuidad a su holgada posición hegemónica de estas últimas décadas.

En esta situación cualquier avance electoral del PCPE significará un factor multiplicador de las fuerzas de la clase obrera para enfrentar la guerra general que la burguesía desata contra ella.

Por ello nuestra militancia peleará consecuentemente para llegar hasta el último rincón del territorio del Estado para difundir nuestro mensaje. Y esas posibilidades son mayores en esta ocasión, con cuarenta y una candidaturas presentadas, como expresión de nuestro avance organizativo y de nuestra creciente influencia entre las masas obreras y populares.

La campaña electoral del PCPE será un intenso trabajo de calle, en los barrios populares y en los centros de trabajo principales. Nuestras posibilidades para remontar los obstáculos que el sistema nos pone para tratar de silenciarnos serán mayores con la colaboración de aquellos sectores con los cuales luchamos todos los días,.

Una mención especial merece la colaboración del KKE con la campaña electoral del PCPE, desplazando a nuestro país al camarada Giorgos Marinos (miembro del Buró Político del Comité Central del KKE) que participará en varios mítines y otras actividades electorales.

La lucha de clases se agudiza, el PCPE responde organizando y luchando.

EL CAPITALISMO MUTA A DICTADURA MILITAR-POLICIAL

Como fiera herida acorralada el capitalismo responde dando zarpazos a diestro y siniestro.

Los actos violentos del viernes 13 de noviembre en París -que causaron decenas de víctimas-, y las reacciones gubernamentales de los días siguientes, sirven para poner de manifiesto con extrema claridad la auténtica naturaleza del capitalismo actual, capitalismo evidentemente senil y con grandes dificultades para mantener el proceso de acumulación de capital

Las acciones terroristas son acciones de naturaleza contrarrevolucionaria, que siempre son utilizadas por las clases dominantes para dar pasos en el incremento de la violencia necesaria en su estrategia para conservar el poder absoluto.

La instauración del estado de urgencia por parte de François Hollande, y su Front de Gauche, arrasa con los más básicos derechos democráticos. Un estado de excepción en el que ejército y policía, actuando de forma coordinada, allanan domicilios, detienen y matan, con total impunidad. No hay intervención del sistema judicial que, a posteriori, ratifica esas actuaciones como situaciones de hecho.

Hollande tiene previsto llevar estas facultades, hasta ahora excepcionales, a una reforma del texto constitucional en Francia.

Al mismo tiempo, se arrasa con lo poco que va quedando del derecho internacional, y las políticas de guerra se imponen sin respeto alguno a la soberanía de los países. Francia e Inglaterra, junto a otros países, bombardean en Siria vulnerando la soberanía de ese país y, evidentemente, sin ningún control sobre qué objetivos se dispara y con qué finalidad se hace.

En Europa se impulsan hoy formas de gobierno que van asimilando pautas de una dictadura militar-policial.

Todo ello hay que analizarlo en el contexto de una crisis capitalista que sigue golpeando con enorme fuerza al proceso de acumulación de capitales. El BCE lo ratifica con las medidas de ampliación de los estímulos económicos acordadas a principios de este mes de diciembre. Abengoa lo corrobora también, con su decisión de ir al preconcurso de acreedores, afectando a decenas de miles de puestos de trabajo y a numerosas empresas subsidiarias.

La superestructura responde a esta situación sin salida adoptando formas cada día más violentas y dictatoriales.

Las exigencias para la clase obrera apremian. La lucha revolucionaria, bajo la dirección del Partido Comunista, no solo es una necesidad, sino una urgencia que no permite aplazamientos.

Frente a la deriva militar-policial de la actual forma de la dictadura del capital, hay que responder con la lucha revolucionaria por el poder obrero y por el socialismo.

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