Editorial Diciembre 2022

Vista la compleja realidad que nos envuelve a todos los niveles, pareciera un llamamiento a adentrarse en el Laberinto del Minotauro1. Múltiples son las complicaciones sociales que nos invitan a no adoptar un compromiso –por mínimo que sea- con un proyecto colectivo.

Precariedad laboral y atención a las tareas reproductivas y de cuidados, son, sin duda, las principales en una sociedad en la que la sobreexplotación y el desmantelamiento de las prestaciones sociales afectan a una gran parte de la clase obrera, pero muy especialmente a las mujeres trabajadoras2. También lo es la dominación ideológica que impone un modelo en el que “atenderse” en la amplia oferta de mercado, erróneamente hedonista3, nos individualiza y aísla de lo colectivo, ofreciendo un sinfín de reclamos mercantilizados.

En definitiva: obligaciones y ocio que no dejan tiempo para nada más. Un perfecto “te ganarás el pan con el sudor de tu frente” y te divertirás pagando, que demuestra que, desde el Antiguo Testamento, la sociedad dividida en clases solo ha evolucionado en la creciente mercantilización impuesta por el Capitalismo y la consiguiente cosificación de todas las relaciones sociales.

Un retrato social nada halagüeño, pero real y que, necesariamente, hay que transformar para salir del verdadero Laberinto que es el Capitalismo y escapar de las fauces asesinas de este Minotauro sin límites, ni escrúpulos que, como se está demostrando con toda claridad, en su última fase de desarrollo imperialista, necesita de la sangre de la Humanidad y el planeta para sobrevivir.

Determinado todo por la crisis general del capitalismo, es necesario dar el paso que nos reclama la Historia.

Si como nos enseñaran Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, “el motor de la Historia es la lucha de clases”, en ella está la clave para salir del verdadero Laberinto que es el Capitalismo.

Por su posición en la producción, en definitiva, por su realidad material, la clase obrera debe matarlo como hizo Teseo con el Minotauro.

Porque hay que saber cómo hacerlo y construir una nueva sociedad fundamentada en el poder obrero, la ideología socialista es la cuerda que nos guía fuera del Laberinto y lo destruye.

¿Y el Partido Comunista? La lucha de clases nos ha dado el papel de Ariadna. No solo acumula la sabiduría y la experiencia de más de siglo y medio de lucha organizada del movimiento obrero, sino porque de la mano del Marxismo-Leninismo, del conocimiento que se desprende de una correcta interpretación material y dialéctica de la sociedad, estamos en disposición de cumplir con nuestro papel de Vanguardia.

Dirigir a la clase obrera y al conjunto del pueblo trabajador en este complejo proceso emancipatorio, del que necesariamente han de ser los protagonistas, es nuestra responsabilidad.

Pero necesitamos ser más.

Enfrentamos la tarea a la ofensiva y con permanente moral de victoria, porque nuestra confianza en la clase obrera y el papel histórico que, por razones objetivas y propias del desarrollo social, le corresponde cumplir, está incólume, por razón de nuestro análisis materialista, marxista-leninista, y porque la sociedad comunista es el ideal al que aspiramos.

Sin embargo, esta conclusión, que se desprende de una interpretación acertada y científica de la sociedad y, más en concreto de la formación social española, también nos hace ver, con claridad, la situación actual de la correlación de fuerzas en la confrontación de clases y los retos que, con urgencia, hay que enfrentar para empezar a revertir su desarrollo.

Constatar la enorme distancia que existe en el nivel de conciencia del pueblo trabajador y el de la Vanguardia, no es más que una evidencia sobre la que trabajar para transformarla, pero nada más que eso y, para nada, una excusa, o un argumento para abrazar la misantropía.

La correcta interpretación de la realidad objetiva que determina el día a día de la clase obrera y los sectores populares en esta sociedad, situándolos de forma creciente, tanto individual como colectivamente, en el límite de la pobreza4 y la falta de expectativas de mejora, abre infinitas posibilidades de intervención.

Desde la realidad material marcada por la sobreexplotación que se desprende una constante desvalorización de la fuerza de trabajo5, nuestra labor principal es convertirla en conflicto político con la patronal y el estado que la representa. Hacer del fracaso de la burguesía para satisfacer las necesidades básicas de la clase trabajadora, una oportunidad para la lucha de clases y el avance de la conciencia socialista, es el reto que tenemos por delante.

Una tarea ingente y urgente en la que, conviniendo que las masas son las protagonistas y el Partido solo la herramienta6, necesitamos de más manos para llegar más lejos y abordar objetivos que, con los mimbres actuales, parecieran inabarcables.

Recuperar el movimiento obrero y sindical de clase enfrentado al pacto social y la conciliación de clases, levantar el movimiento vecinal, la lucha de la mujer trabajadora, la de la juventud de los barrios obreros, defender la Naturaleza del saqueo criminal al que le somete el capitalismo, denunciar la guerra imperialista, exigir el derecho a la vivienda y los suministros básicos…, son solo algunas de las tareas que tenemos por delante y que no podemos dejar de atender.

Muchas son las causas y circunstancias que a lo largo de los años han podido justificar en un determinado momento abandonar la militancia comunista. Factores diversos de toda índole que nos empujaron a dar un paso al lado, pero sin abandonar por ello la conciencia revolucionaria porque, como afirmara quien dio su vida por ello, “el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana es ser revolucionario”7 y renunciar a ello es abandonar los principios que nos hacen más humanos y, en definitiva, mejores personas.

Cuando nuestro enemigo da síntomas por doquier de su agotamiento histórico y ya solo le queda el recurso de la violencia para sobrevivir, ahora es el momento de volver a dar el paso de organizarnos o, simplemente, hacerlo por primera vez.

El Partido es una suma de esfuerzos individuales en un proyecto colectivo en el que todo aporte cuenta y tiene su valor.

Recuérdalo, TU LUCHA DECIDE.

TOMA PARTIDO.

1 Leyenda de la mitología griega en la que el Príncipe ateniense Teseo, ayudado por una enamorada Ariadna, es capaz de matar al Minotauro y salir del Laberinto en el que constantemente jóvenes atenienses eran asesinados como tributo al Rey Minos