DECLARACIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL PCPE

Muy a pesar de los ríos de tinta, las broncas parlamentarias y las miles de horas con las más diversas noticias que sigue generando la confrontación de poderes entre el Ejecutivo y el Judicial - o más exactamente, entre el Gobierno de coalición PSOE/UP y la mayoría reaccionaria y clasista del Tribunal Constitucional y el PP-, resulta imposible leer o escuchar ningún análisis que se salga de la obviedad y el chascarrillo ocurrente con patina jurídica.

La consideración de la llamada "democracia parlamentaria", fundamentada en la también denominada "división de poderes", como la forma superior e irrefutable de organización del estado, hace que solo se considere lo que ocurre desde ese punto de vista de la legalidad burguesa y, consecuentemente, sólo se haga una consideración formal del acontecimiento y se ignore su esencia.

Mal que les pese a quienes interpretan así la realidad, todo va más allá de ese discurso de la confrontación de poderes del Estado que, a derecha e izquierda, comparten la totalidad de medios de comunicación y el conjunto de actores políticos integrados en la lógica de dominación burguesa y su ideología liberal.

Para el Comité Ejecutivo del PCPE, lo que acontece en este momento entre el Tribunal Constitucional y el Gobierno es, ante todo, expresión de la profundísima crisis económica y social de un sistema incapaz de satisfacer las necesidades de la mayoría social y, consecuentemente, de la decadencia institucional que se deriva de un modelo fracasado (corrupción e impunidad generalizada desde la jefatura monárquica de estado al resto de estructuras de poder, negación de la autodeterminación de los pueblos del estado y represión, aparatos policiales ligados a la ultraderecha, torturas denunciadas por los tribunales europeos, aparato judicial reaccionario, etc.)

La renombrada Transición, que dio continuidad al franquismo y que ha fundamentado su legitimidad a lo largo de todos estos años en la Constitución del 78, ya no es capaz de contener en su seno la compleja realidad territorial, social y económica de una formación social como la española, sumida en una profundísima crisis a todos los niveles.

Desde la Monarquía especialmente ladrona que se refugia en Abu Dabi y vive salpicada de escándalos de corrupción, a un sistema de partidos absolutamente desacreditados y en manos de profesionales de la política totalmente alejados de la realidad social, pasando por una judicatura clasista y reaccionaria…toda la estructura del Estado es incapaz de dar salida a las contradicciones que se generan en su seno y que se profundizan por la crisis capitalista. Crisis general del capitalismo que, en su decadencia, se expresa también en la superestructura y la degrada crecientemente como se está viendo en el patético espectáculo que viene desarrollándose estos días.

Ante esta realidad, el reto de las fuerzas revolucionarias y del conjunto de los sectores más conscientes y organizados del movimiento obrero y popular, no pasa, en absoluto, por incorporarse al debate institucional y naturalizarlo como hace la socialdemocracia y el oportunismo político y sindical que, absolutamente integrados en la lógica del Estado, nunca dejan de gestionar disciplinadamente los intereses y necesidades de la clase en el poder del Estado: la burguesía.

Muy al contrario, la tarea es quebrar el decadente armazón monárquico de la dominación burguesa, con un creciente impulso a la lucha de clases capaz de situar un nuevo paradigma de Estado republicano que, además de reconocer el derecho a la autodeterminación, su base material sea el poder obrero y la democracia protagónica del pueblo trabajador.

Hasta entonces, sea con un gobierno (PSOE-UP) o con el contrario (PP-Vox) la creciente desvalorización de la fuerza de trabajo continuará incrementándose al ritmo que los gastos policiales y militares mandatados por la OTAN y se imposibilita la inversión en servicios sociales, sanidad y educación.

Ya es hora de evidenciar todas las cortinas de humo que, desde que empezó a gestarse la Transición, dificulta al pueblo trabajador visibilizar con claridad a su enemigo de clase

POR LA RUPTURA CON EL RÉGIMEN DEL 78.

REPÚBLICA, AUTODETERMINACIÓN Y SOCIALISMO

A 22 de diciembre de 2022.

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