Hace ya casi 20 años era aprobada la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, o comúnmente llamada Ley de Dependencia. Se implementaba dicha ley en el marco del pacto social y la desmovilización de los sindicatos mayoritarios, “fruto de un acuerdo del diálogo social” como siguen poniendo en valor desde CC. OO. en el informe del que se nutre este artículo 1. Vinieron después la Contrarreforma Laboral de 2010, la contrarreforma del art. 135 de la Constitución, el retraso de la jubilación a los 67 años y demás políticas antiobreras, facilitadas por la misma lógica del pacto social que fomentaron entonces, y siguen haciendo hoy, la socialdemocracia en el gobierno y la aristocracia obrera de las cúpulas sindicales.

Los derechos son papel mojado, los compromisos con la OTAN son firmes.

La crisis general capitalista de 2008 enterraba ese tímido keynesianismo español de la primera legislatura de Zapatero, para dar paso a las medidas de rescate del capital y recortar servicios públicos y conquistas obreras, esquilmando este derecho. En los últimos años, a pesar del incremento de presupuesto estos últimos años, lejos de atajar este problema de forma prioritaria, los tiempos de gestión siguen siendo eternos, transcurriendo 332 días de media, desde que se formaliza la solicitud hasta que se accede a las prestaciones de dependencia (cifras de 2024). La peor situación se la llevan Andalucía con 611 días, Canarias con 567 días y Murcia con 517 días. La lista de espera sigue en cifras muy elevadas, con 259.000 personas esperando una prestación. Lo que supuso que el año pasado fallecieran 34.252 personas inscritas sin haber llegado a recibir prestación o servicio alguno.

Este es un problema cronificado desde su inicio. ¿Acaso no son prioritarias estas vidas? Para el gobierno de España, servil al imperialismo, están por delante los compromisos del gasto militar que se nos imponen desde la OTAN y la Unión Europea. Gastos para la guerra imperialista que se han visto incrementados en un 60 % desde 2018.

La atención sociosanitaria como herramienta de lucro para el capital.

El texto original de la ley expone que su finalidad es crear una estructura pública de empleo de cuidados que garantice la atención a la dependencia. El problema es que el capitalismo español no piensa renunciar a los millones de horas al año de trabajo gratuito que realizan las mujeres a través del cuidado y la reproducción de la clase trabajadora y, en concreto, con el cuidado de las personas mayores. Y si se destinan presupuestos públicos (3.760 millones € en total para dependencia en 2024), el capital se asegura el acceso de esas ganancias a sus arcas.

Existen diversos tipos de prestación para quienes superan la yincana previa de la evaluación y la lista de espera: prestaciones económicas (PECF), prestaciones vinculadas a servicios (PEVS), teleasistencia, etc. Y más de dos tercios del presupuesto de estas acaban sirviendo como complemento para costear plazas en residencias y centros de día privados, empresas de teleasistencia, etc. Mediante la gestión de las Comunidades Autónomas y con la permisividad del estado, el pasado año el capital se garantizó el trasvase de más de 2.500 millones hacia estos negocios privados, dejando en papel mojado la idea de levantar una estructura pública de empleo y atención sociosanitaria que sea un derecho efectivo para el pueblo trabajador.

Esta es la realidad dentro del marco de la lucha de clases actual, una tendencia irreversible dentro de este sistema. No es posible avanzar hacia unos servicios públicos dignos y al servicio de la mayoría social dentro del capitalismo, y quienes lo afirman desde los partidos burgueses o los sindicatos del pacto social, directamente mienten. Se colocan en las filas de la patronal, colaboran con la desmovilización obrera e impiden la toma de conciencia de la situación actual.

Para el capitalismo ya solo hay margen para la guerra. Tomemos Partido por unos servicios públicos de calidad y al servicio del pueblo trabajador. Hay que confrontar a la socialdemocracia organizando a las filas obreras. Organizándonos el PCPE.

Francisco Valverde

[1] Observatorio Social de las Personas Mayores para un Envejecimiento Activo, 2024 - CC.OO.

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