El curso del 2013-2014, sin ceñirnos exclusivamente al ámbito académico, ha supuesto para la Juventud Comunista un nuevo acumulado de fuerzas y experiencias que nos hacen avanzar a pasos de gigante.

Empezamos noviembre con un momento histórico para el PCPE, el cual retoma la Fiesta de Unidad y Lucha, a la cual asistimos camaradas y simpatizantes del Partido y la Juventud Comunista. Continuamos con las movilizaciones estudiantiles, muchas veces carentes de dirección y copadas por el oportunismo, pero los CJC trabajamos ahí para aumentar el nivel de conciencia y organización de la juventud trabajadora, y buena muestra de ello es el fortalecimiento de diversas asociaciones estudiantiles en las que participamos, las cuales a su vez estrechan su coordinación y luchas más allá del ámbito local o regional.
También estuvimos presentes en luchas obreras como la de Coca-Cola, una lucha que los trabajadores llevaron contra el gigante monopolio que recientemente fue derrotado, teniendo que aceptar la nulidad del ERE y readmitiendo a los 1200 trabajadores y trabajadoras afectados por el mismo. La lucha es dura, no es un camino cómodo ni fácil, pero la historia nos demuestra una y otra vez que es la única vía que tenemos la clase trabajadora para defender los derechos conquistados a la burguesía.
A nivel internacional, organizamos nuestra 1ª Brigada de Solidaridad al Sáhara, en la cual pudimos conocer de primera mano la lucha y los sufrimientos del pueblo saharaui bajo la ocupación marroquí, así como estrechar lazos con los camaradas y compañeros que nos recibieron. También fuimos los organizadores del X Encuentro Europeo de Juventudes Comunistas, que se celebró bajo el lema de “la crisis capitalista, las luchas de la juventud y el papel de las organizaciones juveniles comunistas”.
Como es lógico, estuvimos presentes en tantas luchas locales como nos fue posible, como la del barrio de Gamonal en Burgos, los compañeros de Panrico en Santa Perpetua, los de los comedores de la Ford en Almussafes…
Independientemente del sector al que nos dirigiésemos, del grado de la lucha, nuestra premisa estratégica siempre fue la misma: organización, organización y organización. Que de cada lucha quede un poso organizativo que sirva para estructurar el Frente Obrero y Popular por el Socialismo, para organizar la contraofensiva de la clase trabajadora contra los monopolios y la oligarquía. Esa es la bandera que llevaremos estos días a las movilizaciones republicanas, durante este verano a los centros de trabajo y barrios, porque para evitar una segunda transición, para luchar contra los ERE y las reformas laborales, sólo la clase obrera se puede salvar a sí misma, sólo nuestro esfuerzo y sacrificio puede liberarnos.
Muchos retos nos plantea el próximo curso, empezando por la IV Conferencia de Organización y Finanzas, en cuyos debates nos hallamos enfrascados en estos momentos. Debemos salir reforzados de esta conferencia para estar a la altura del momento histórico, para tener una organización depurada y en correcto funcionamiento. También tenemos presente el 30º aniversario de los Colectivos de Jóvenes Comunistas en 2015 y las actividades, actos y movilizaciones que lo acompañarán. Muchas de estas tareas se nos sumarán a la ya de por si abultada actividad diaria, pero cuanto más se recrudece la crisis y la represión contra los trabajadores y trabajadoras, más altas son las exigencias que nos debemos de marcar como organización de la clase obrera.
Como dijo recientemente la camarada del PCPE Marina Quintillán: “Luchar es difícil en las terribles condiciones de terror y la persecución patronal e institucional. Pero es más difícil sobrevivir si no luchamos. […] El único sistema social libre de paro y miseria es el socialismo. La organización y la lucha es el único camino.”

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