Joven estudiante, no te resignes; combate a nuestro lado, construye tu futuro.
El pasado 17 de agosto los Colectivos de Jóvenes Comunistas celebramos nuestra II Asamblea de Cuadros de Movimiento Estudiantil, donde más de un centenar de jóvenes comunistas analizamos la situación del estudiantado de extracción obrera y popular así como las necesidades y retos que el movimiento estudiantil tiene ante sí.
La educación, como otros servicios públicos como la sanidad, el agua, la electricidad y un largo etcétera, está siendo utilizada por el capitalismo en crisis para tratar de remontar su tasa de ganancia a través del expolio y el robo al pueblo trabajador. En el caso específico de la educación, se traduce en un mayor ahondamiento en el proceso privatizador a través de la aprobación de la LOMCE, que no es otra cosa que la continuación del proceso de destrucción de la educación pública a todos los niveles, iniciada por el gobierno de Felipe González y continuada por todos los gobiernos sucesores, bajo el beneplácito de las instituciones europeas.
La LOMCE abre las puertas de par en par a la iniciativa privada. En la enseñanza secundaria y el bachillerato el número de centros concertados y privados crece de forma continuada, en detrimento de los centros públicos, siendo el ejemplo más clarificador de esta política, la comunidad autónoma madrileña, donde se cierran centros públicos y se ceden conciertos en secundaria y bachillerato de forma sistemática. Esta política, que se puede extender a la mayoría del territorio estatal, supone el desmantelamiento por la vía de la práctica, del modelo de educación pública que conocíamos hasta ahora. Un desmantelamiento que no sólo es perjudicial para el estudiantado, sino que aumenta las cifras de paro, con el despido masivo de trabajadores de la enseñanza, como ha sucedido de nuevo en Madrid y en otras regiones, como Murcia y el País Valenciano.
Miles de hijos e hijas de la clase trabajadora son expulsados del sistema universitario por la imposibilidad de los mismos de costearse sus estudios. La subida de las tasas en más de un 60% en los últimos años, unida a una política de becas totalmente restrictiva, con unos criterios que no tienen en cuenta las necesidades de las familias de las y los estudiantes más desfavorecidos, sino premiar la competitividad y la mal llamada excelencia, agravan esta realidad, provocando que miles de estudiantes deban abandonar sus estudios y buscar otras vías de formación.
Como teorizamos en las tesis de nuestro VIII Congreso, la expulsión de miles de estudiantes de extracción popular de la enseñanza universitaria, unida a la necesidad de incrementar su formación para poder optar a un trabajo, hacen que la Formación Profesional sea la salida por la que optan estos estudiantes para continuar su formación académica. Una Formación Profesional que, al igual que el resto de la educación, está al servicio del capitalismo y no de las necesidades del pueblo; por un lado gracias a la LOMCE se agranda la incidencia de fundaciones privadas y de las propias empresas interesadas en contratar a estos estudiantes de FP, ya que en un porcentaje cada vez más elevado, son estas fundaciones y empresas, quienes ofertan las titulaciones de Formación Profesional. En segundo lugar, los alumnos de FP realizan prácticas obligatorias no remuneradas, lo que les convierte en esclavos del capital, ya que venden su fuerza de trabajo, generando plusvalía, a cambio de nada.
Y ante esta situación ¿Qué debe hacer la Juventud Comunista? En primer lugar, caracterizar el trasfondo de esta política, sus orígenes y sus vinculaciones con el capitalismo monopolista europeo, con el tratado de Lisboa y otras declaraciones europeas, poniendo encima de la mesa la necesidad de denunciar el carácter antipopular de la UE y la necesidad de luchar contra ella para defender la educación. En segundo lugar, no debe dar falsas esperanzas, siendo conscientes de que no es posible retornar a la educación del 2007, previa a la crisis. Por último, debe presentar una alternativa, que no es otra que luchar por una educación pública, gratuita y de calidad al servicio de los hijos e hijas de la clase obrera, una educación que no es posible en el capitalismo. El primer paso para este objetivo, no es otro que lograr vertebrar un movimiento estudiantil organizado, combativo y con capacidad de movilización, convirtiendo cada centro de estudios en una fortaleza en defensa de la educación. Es un objetivo grande, pero no hay nada imposible para un destacamento revolucionario.
Guillermo de Tuya