En “¿Qué hacer?”, Lenin nos explica la necesidad de construir una organización fuerte, flexible, democrática, centralizada, con un aparato central potente y una extensa estructura local, capaz de orientar y dar unidad a las luchas obreras y populares en pos de los objetivos revolucionarios. Centralización política y de la política del partido necesaria y urgente. Lo exige la constante intervención burguesa para lograr la pasividad y alienación de las masas y el incesante ataque a nuestra ideología. En los siguientes fragmentos, veremos cómo caracteriza Lenin la organización revolucionaria que necesita urgentemente la clase obrera.

“[…] una organización centralizada destinada a toda Rusia […], una organización que reúna en un solo impulso común todas las manifestaciones de oposición política, de protesta e indignación, una organización formada por revolucionarios profesionales y dirigida por verdaderos jefes políticos de todo el pueblo”.

“[…] nuestra primera y más urgente tarea práctica: crear una organización de revolucionarios capaz de dar a la lucha política energía, firmeza y continuidad”.

[…] porque todo combate entraña la posibilidad abstracta de la derrota, y no hay otro medio de disminuir esta posibilidad que preparar organizadamente el combate.

[…] Sólo una organización combativa centralizada que aplique firmemente la política socialdemócrata y satisfaga, por decirlo así, todos los instintos y aspiraciones revolucionarios puede preservar de un ataque irreflexivo al movimiento y preparar un ataque con perspectivas de éxito.

“[…] formar una organización revolucionaria capaz de unir todas las fuerzas y dirigir el movimiento no sólo nominalmente, sino en la realidad, es decir, capaz de estar siempre dispuesta a apoyar toda protesta y toda explosión, aprovechándolas para multiplicar y robustecer las fuerzas militares aptas para el combate decisivo”.

“[…] nuestra “táctica-plan” consiste en rechazar el llamamiento inmediato al asalto, en exigir que se organice “debidamente el asedio de la fortaleza enemiga”, o dicho en otros términos, en exigir que todos los esfuerzos se dirijan a reunir, organizar y movilizar un ejército regular”.

“Es preciso hablar de una organización de revolucionarios única destinada a toda Rusia, y no será tarde hablar de ella hasta el momento en que empiece el verdadero asalto, y no un asalto sobre el papel”.

“Precisamente porque “la multitud no es nuestra”, es insensato e indecoroso dar gritos de “asalto” inmediato, ya que el asalto es un ataque de un ejército regular y no una explosión espontánea de la multitud. Precisamente porque la multitud puede arrollar y desalojar al ejército regular, necesitamos sin falta que toda nuestra labor de “organización extraordinariamente sistemática” del ejército regular marche a la par con el auge espontáneo, porque cuanto más consigamos esta organización, tanto más probable es que el ejército regular no sea arrollado por la multitud, sino que se ponga delante de ella, a su cabeza.

“Sólo una organización semejante aseguraría la flexibilidad indispensable a la organización combativa socialdemócrata, es decir, la capacidad de adaptarse inmediatamente a las más variadas y rápidamente cambiantes condiciones de lucha”.

“[…] una labor de agitación política unificada en toda Rusia, que arroje luz sobre todos los aspectos de la vida y que se dirija a las grandes masas”.

“(la organización) estará precisamente dispuesta a todo, desde salvar el honor, el prestigio y la continuidad del partido en los momentos de mayor “depresión” revolucionaria, hasta preparar, fijar y llevar a la práctica la insurrección armada de todo el pueblo”.

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