Decíamos en un artículo publicado en este mismo órgano, en diciembre de 2019, que abordar el tema de la unidad sindical no resulta una tarea fácil 1. No obstante, la tarea de conseguir que, ante las agresiones constantes del capital la clase obrera presente un frente lo más unitario y firme posible, sí es susceptible de ser llevada a cabo con éxito si tenemos claro lo que significa la “unidad de acción sindical”. Esto no significa que sea una tarea fácil, solo significa que es posible.

Para llevar a cabo, pues, esta tarea, la militancia comunista, asumiendo la responsabilidad de ayudar a reunificar el movimiento obrero, ha de participar activamente en sindicatos de clase 2,  luchando siempre por conseguir la unidad de acción necesaria para la consecución a corto, medio y largo plazo, de los intereses de la clase obrera. Indudablemente, estas tareas no pueden ser llevadas a cabo desde posicionamientos sectarios o doctrinarios, tampoco desde fuera del seno de la propia clase obrera.

De la misma forma, tampoco debemos caer en posiciones corporativistas ni dejarnos arrastrar por modelos sindicales que solo han conseguido llevar a la clase obrera a una situación de derrota, encauzando toda lucha bajo la premisa de la “paz social”, el “pacto” o su desarrollo dentro del marco de las instituciones que la misma burguesía ha creado para consolidar su sistema de explotación y dominio.

El trabajo directo y constante con la clase trabajadora es un requisito indispensable para llevarles nuestras posiciones y elevar su nivel de conciencia. Esto requiere tiempo y una buena dosis de paciencia, sabiendo que algunas veces seremos oídos y otras no. Pero lo que sí es seguro es que si persistimos, si nos mostramos firmes en nuestros principios y no nos damos por vencidos, al final, nuestro trabajo y mensaje irá calando en el colectivo obrero donde nos movemos e iremos ganando influencia en él. La práctica diaria nos demuestra que esto es así.

Ahora bien, no toda “unidad” nos vale. Desde posicionamientos pequeño-burgueses o de la aristocracia obrera, por ejemplo, nos pueden llegar llamamientos a que unamos fuerzas al objeto de obtener unas supuestas mejoras. No nos dejemos engañar. Estas llamadas son realizadas con el fin de que nos arrastren a la charca donde se encuentran, una charca pestilente donde la colaboración entre clases -como si ello fuese posible en el capitalismo- ha suplantado a la lucha de clases, donde el pacto social ha sustituido a la enérgica lucha del movimiento obrero y donde, por unas miserables migajas, han vendido sus principios, si alguna vez los tuvieron. No, ese tipo de unidad no puede valernos ni puede valerle a la clase obrera.

La unidad que se necesita es la unidad de acción proveniente de la acción consciente de la vanguardia del proletariado con las y los comunistas a la cabeza que, dejando de lado las distintas siglas sindicales, ha optado por unificar el escenario de las luchas, agrupando fuerzas y pasando de las reivindicaciones más inmediatas a aquellas que traspasan el limitado marco laboral para convertirse en reivindicaciones políticas de clase. Para ello, la firmeza en los principios y la flexibilidad en las cuestiones tácticas, se convierten en elementos indispensables para el logro de esa deseada unidad de acción.

Unido al trabajo que la militancia comunista han de desarrollar en el seno de los sindicatos, debemos situar a los Comités para la Unidad Obrera, herramienta indispensable para dotar a la clase obrera de una organización propia e independiente que le permita intervenir, desde una posición clasista, no solo en cualquier conflicto, sino ante cualquier situación que afecte al proletariado.

F.J. Ferrer          

[1] https://www.unidadylucha.es/index.php?option=com_content&view=article&id=3679:una-sola-clase-una-sola-lucha-2&catid=15&Itemid=106

[1] No se trata aquí la necesidad de las células en las empresas, que debe ser objeto de exposición aparte aunque está íntimamente ligada a la cuestión de la unidad de acción sindical.

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