Traducción del griego realizada por Christoforos Giakoumelos

Georges Mavrikos nació en la isla griega de Esciros hace 72 años. Desde su infancia entendió que la explotación es la base en las relaciones laborales en un sistema capitalista y que la solución para la emancipación de la clase obrera pasa por la superación de este criminal sistema. Educado en principios socialistas, fue un dirigente sindical en su Grecia natal, despedido de 7 empresas por defender a su clase y un cuadro sindical imprescindible. Su clarividente visión internacionalista fue fundamental para su trabajo en la Federación Sindical Mundial, en su vicepresidencia y, finalmente como secretario general desde 2005 a 2022.

El pasado mes de mayo, la FSM celebró su 18º Congreso en Roma y George Mavrikos dejó su cargo, tal y como había anunciado en el 17º Congreso celebrado en Durban. No significa un retiro total ya que en el mismo Congreso aceptó su nominación como presidente de honor del sindicato internacional.

En esta entrevista queremos destacar el papel imprescindible que un trabajador y sindicalista nacido en una diminuta isla del Egeo ha aportado al avance de la clase obrera internacional. Si la clase obrera, en la sempiterna lucha de clases, fuera quien llevara la delantera frente a la burguesía, no habría duda de que el nombre de George Mavrikos figuraría en el olimpo de prohombres de nuestra historia.

I. De Esciros a Atenas

1- ¿Cuáles son tus primeras experiencias en el mundo laboral y sindical?

Desde una edad muy tierna en Esciros, todos los niños trabajábamos en los campos, con los animales, en los bosques. Pero éramos ignorantes de reivindicaciones sociales. Por ejemplo, cuando a la edad de 8 años me rompí el brazo, un “curandero” me lo ató con tablas y cuerdas y tuvimos que esperar 4 días a que pasara el barco para ir a un hospital en Atenas. Entonces todo esto parecía normal a nuestros ojos infantiles. Todos los años veía a mi padre pelear con el comerciante que venía y compraba nuestros corderos sin poder entender la causa de esta pelea. Escuchaba a mi madre -que nunca había ido a la escuela- maldiciendo a los comerciantes, pero me quedaba en la ignorancia. Todos estos hechos ocurrieron en esta isla pequeña. En realidad, se trata de una roca en medio del mar con un área de 210 Km2 y con 2 mil habitantes en esos años. Hoy tiene 3.400 habitantes.


Esciros, 1959

En 1965, a la edad de 14 años, salí para la capital, Atenas. Mi padre quería mantenerme en la isla para que me convirtiera en pastor. Teníamos un rebaño, yo era el hijo mayor y él quería que lo sucediera en la cría de animales. Mi madre, si bien era tolerante y obediente con mi padre en todo, se puso furiosa cuando escuchó que sus hijos se quedarían en Esciros. Era el único tema por el que se oponía a mi padre, «olvídalo, ningún niño se quedará aquí para sufrir lo que sufrimos nosotros y nuestros padres…»

Me instalé en un pequeño cuarto de seis metros cuadrados y en julio de 1965 participé por primera vez en una manifestación. Un pariente mío me había llevado a la manifestación. Ese día, la policía mató al estudiante Sotiris Petroulas, para quien el gran Mikis Theodorakis escribió la canción que se canta desde entonces en todas las manifestaciones obreras. Esta fue mi primera experiencia.

Así es como empecé. En los años 1966-1967, después de la escuela, por las tardes, trabajaba en una finca de la zona cavando y plantando flores. Allí, viejos trabajadores experimentados nos abrieron los ojos y los oídos.

En abril de 1967 hubo una dictadura militar en Grecia. En la escuela participé en todas las huelgas estudiantiles.


Atenas, 1977 (Conmemoración de la Revuelta de la Escuela Politécnica)

En el verano de 1969 trabajé durante tres meses en la industria textil alemana HUDSON. Allí hice mi primera huelga y tuve mi primer despido por esa huelga.

Al año siguiente, el verano que fui a Esciros para ayudar a mi familia con las tareas del hogar, la policía me arrestó por primera vez porque escribíamos consignas contra la dictadura en las paredes por la noche.

En 1973 siguió la Revuelta de la Escuela Politécnica con 27 militantes asesinados.

Estudiaba y al mismo tiempo siempre trabajaba y desarrollaba una actividad sindical.

Al principio fui elegido Presidente de un comité de fábrica, luego Presidente de un sindicato de base y llegué a ser elegido Secretario General de la GSEE, Vicepresidente de la FSM, Coordinador de su Oficina Regional Europea, y finalmente Secretario General de la FSM.

Por mis actividades sindicales, sociales y políticas he sido despedido 7 veces, he sido arrestado varias veces por la policía y he sido juzgado y condenado por los tribunales burgueses de mi país.

2-Desde el principio se presenta como un dirigente sindical. ¿Cómo nace un cuadro sindical?

Creo que esta pregunta va más allá de la trayectoria y experiencia sindical de un simple militante, revolucionario y sindicalista de clase. Es algo mucho más amplio que tiene que ver con un gran tema que ha preocupado -y debería preocupar- a los sindicatos clasistas en todo el mundo. En otras palabras, se trata de las características que debe tener un sindicalista revolucionario, anticapitalista e internacionalista, un dirigente sindical de clase y cómo estos elementos “nacen” en el fuego de la lucha de clases, en el conflicto con el enemigo de clase, en el trabajo diario en la industria, en la zona, en el ambiente obrero.

Al mismo tiempo, creo que la pregunta tiene también la dimensión de cómo estos elementos se desarrollan y se mantienen a lo largo de la trayectoria sindical del dirigente para que el dirigente mismo se vuelva mejor, más eficaz, más consistente en el sistema mundial de la lucha revolucionaria de la clase obrera. Porque todos sabemos que la lucha de clases no es una «carrera de 100 metros» sino una «maratón». Recuerdo la frase de Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

Repasando las características que dan origen a un dirigente sindical de clase, a un líder y a un hijo digno de la clase que le dio a luz, miramos ante todo al elemento clave: la constatación de que como sindicalista y como individuo, todo su pensamiento y acción, toda su fuerza física, mental y espiritual la dedica a la lucha por la abolición de la explotación capitalista, a la mejora de las condiciones de vida de sus hermanos de clase.

Pero esta percepción no es sólo una opinión, no es una suposición teórica. Por el contrario, dicha percepción en si misma te obliga, si crees en ella y la abrazas, a actuar y desarrollar características individuales específicas:

– Tener fe en la clase obrera y su misión histórica. La fe te hace audaz en la batalla, valiente en la lucha.

– Mejorar cada día tus conocimientos y tu nivel ideológico-político porque con el conocimiento se aprende a luchar correctamente.

– Conocer la historia del movimiento obrero a nivel local, sectorial, regional, nacional e internacional.

– Cumplir tu deber internacionalista ante todo dentro de tu propio país. Cada uno es juzgado sobre todo en su país, en su sector, en su lugar de trabajo.

– Ser internacionalista, antifascista, antirracista, con respecto a los inmigrantes y refugiados.

– Ser juzgado por los resultados de tu trabajo, por tus acciones y no por tus palabras.

– Ser valiente e intrépido frente al enemigo de clase, los explotadores y sus órganos. Desenmascarar sin piedad a los calumniadores de los militantes auténticos.

– Respetar y querer a tus compañeros, tu entorno familiar.

– Cuidar tu salud mental, psíquica y física para estar preparado para la lucha y resistente a las dificultades de la lucha de clases.

– Tener un corazón cálido, una mente fría y manos limpias.

Es fácil ver que estas características no se desarrollan en un ambiente estéril, en el aislamiento, el narcisismo, la introversión y el molde. No las adquiere un burócrata que se arrastra detrás de su silla, su comodidad, la complacencia del enemigo de clase. Al contrario, estos elementos se fermentan, nacen y florecen en el conflicto. Después de todo, la vida misma «respira en conflicto». Entonces se podría decir que un líder sindical no «nace» mágicamente como la mítica diosa Atenea de la cabeza de Zeus. “Se forja” principalmente en el yunque de Hefesto.

3–La Confederación General de Trabajadores Griegos y el PAME. ¿Consideras que en Grecia se dan en esos años unas circunstancias especiales en el mundo laboral?

Es mi firme convicción y he enfatizado en muchos discursos, escritos y textos míos a lo largo de los años que se ha de tener mucha atención cuando se habla de circunstancias especiales dentro de un país y su movimiento. De todos modos, es la misma experiencia histórica la que nos obliga a tener cuidado, especialmente si se tiene en cuenta que históricamente se hicieron grandes concesiones, compromisos inaceptables y regresiones vergonzosas en la línea revolucionaria del movimiento en nombre de las «circunstancias especiales» de un país. Y en su país, al fin y al cabo, en el Estado español, la experiencia es rica con el precedente del eurocomunismo y las recetas de Santiago Carrillo y compañía, cuando se echó mucha agua al vino del movimiento y así cambió la línea detrás de la excusa de las particularidades nacionales. Los trágicos resultados de esta política los ha padecido la clase obrera de su país durante décadas y ustedes los conocen mejor.

Una segunda trampa escondida en tal discusión sobre las “particularidades” de cada movimiento radica en el chauvinismo y el deseo de parecer más importante de lo que uno es; tales comportamientos pueden ser alimentados por algunos movimientos. Suelo decir que una de las peores cosas que le puede pasar a un movimiento obrero es que se considere mejor que los demás. Y aquí siempre hemos caminado con mucho cuidado, sobre todo desde que PAME se encargó de liderar la FSM desde 2005 hasta 2022. Nunca nos consideramos los profesores absolutos del movimiento, nunca intentamos mecánicamente trasladar la experiencia griega al panorama sindical internacional, nunca señalamos con el dedo a otros movimientos, pero en un ambiente de camaradería tratamos de aportar cualquier experiencia -positiva o negativa- de nuestro movimiento nacional a nivel internacional para evitar, en lo posible, errores y omisiones, siempre con una mirada al fortalecimiento de la corriente clasista en el movimiento sindical internacional. Es decir, nunca creímos, como algunos, que la FSM debería funcionar como Ministerio de Relaciones Exteriores de ningún país o movimiento.

Ahora bien, el análisis de la realidad sindical y política griega es un asunto de otra cualidad. Es cierto que después de los cambios arrolladores en la correlación internacional de fuerzas en 1989-1991 y los derrocamientos contrarrevolucionarios, vimos movimientos enteros que arriaban sus banderas rojas, hablaban de cooperación social, rezaban a los principios de la Unión Europea, renunciaban su pasado revolucionario; organizaciones enteras con una historia de luchas y sacrificios dejaron de existir de la noche a la mañana o mutaron en servidores del capital. Por supuesto que en muchos países hubo fuerzas que resistieron; en otros países más, en otros menos; a veces en mejores y a veces en peores condiciones.

El ejemplo de Grecia y su movimiento clasista muestra -en mi opinión- una actitud correcta con reflejos positivos. Las fuerzas que, con motivo de los derrocamientos contrarrevolucionarios, aprovecharon para llamar a la cooperación de clases, se fueron después de una intensa lucha ideológica y política, se aislaron, se separaron también del punto de vista organizativo. Por tanto, en aquel tiempo comenzó un largo y arduo período de reconstrucción, reorganización y reagrupamiento con los resultados que ven hoy. Así que podríamos decir que la división de aquellos tiempos ayudó, no debilitó al movimiento. Lo fortaleció, le permitió ser un movimiento obrero y sindical por y para la clase obrera. En ese sentido creo que los resultados son tangibles para el mismo nivel de vida de la clase obrera de mi país. Dicho con mucho cuidado, se observa que muchas políticas antiobreras, varias direcciones antipopulares de la Unión Europea en Grecia se retrasaron en relación con otros países europeos cuyos movimientos abrazaron la colaboración de clases. Por ejemplo, las direcciones ya vistas en el Tratado de Maastricht de 1992, las reformas reaccionarias previstas en el Libro Blanco de la Unión Europea y otras legislaciones se han retrasado en gran medida o se han aprobado con un mayor costo político para el capital en Grecia. En contraste, en países donde los sindicatos “deificaron” el diálogo social y la colaboración de clases, las pérdidas para la clase obrera fueron mayores, más rápidas y, en cierta medida, más graves. No digo que en Grecia este fuera el único factor, pero ciertamente tuvo un efecto benéfico y retrasó un proceso de desmantelamiento de las conquistas obreras que en otras partes vino como una “apisonadora”.

4- La experiencia PAME. ¿Es el modelo a seguir en el nuevo sindicalismo?

Sabe, yo creo que un sindicalismo es «nuevo» sólo si nos acerca más al «nuevo mundo» de la clase obrera. Es joven, fresco, solo si tiene ideas de clase, estrategia y táctica realmente progresistas y clasistas. Si defiende a nuestra clase y al mismo tiempo organiza su ataque para sacar más conquistas del capital. Un movimiento sindical es «nuevo» sólo si nos acerca un paso más y allana el camino para la emancipación final de la clase obrera. Pensemos cuánto nos han machacado los oídos con los «nuevos» valores sindicales del «nuevo» mundo creado por los imperialistas después de 1991. En ese momento nos dijeron que la nueva cara del sindicalismo es el tripartidismo con patrones y gobiernos, la “regulación” del derecho de huelga, el hermanamiento de trabajadores y patrones. De hecho, nada de esto era nuevo; eran visiones mohosas que salían directamente del pozo negro del reformismo y del retroceso socialdemócrata. Y, de hecho, se trataba de las mismas opiniones a las que se opusieron las fuerzas obreras consecuentes en la época de Marx, en la época de Lenin y en la época de Stalin, etc. Es sólo que ahora se sirven con un nuevo envoltorio que, sin embargo, no logra ocultar su podredumbre.


Primero de mayo en Atenas, 2004

Las líneas básicas dentro del movimiento sindical de cada país siempre han sido dos: ¿Lucha o Colaboración? ¿Ruptura o Acompañamiento? En ese sentido, la lucha entre ambas es y será irreconciliable mientras existan sociedades divididas en clases, independientemente de las correlaciones entre los dos campos: sean estas correlaciones favorables al campo militante, como en 1945 durante la fundación de la FSM, sean negativas como hoy en día, con la corriente reformista dominando.

Ahora bien, para responder al núcleo de la pregunta, si se debe seguir el modelo “PAME” en el sindicalismo de clase con las características que le hemos definido, se debe tener en cuenta que el PAME fue creado como producto de las tradiciones obreras, de la historia de luchas de clases en Grecia, en función con la experiencia nacional del movimiento obrero. Es decir, cuando las propias necesidades de la lucha de clases en Grecia marcaron la tarea de intervención autónoma de la corriente clasista al margen de la GSEE reformista. Sin embargo, la forma organizativa del PAME es una elección del sindicalismo clasista griego tal como se reflejó en mi país en un momento histórico específico del desarrollo del movimiento. En otras palabras, PAME es la forma elegida por los trabajadores militantes de Grecia para «vestir» su movimiento. Ahora bien, la forma en que el movimiento sindical clasista de cada país optará por avanzar organizativamente depende de sí mismo, de sus procesos colectivos, de sus tradiciones y costumbres obreras, del nivel de desarrollo de la lucha de clases, de las correlaciones, de la intensidad de la represión estatal, etc. Pero lo que siempre está en juego es el contenido: el contenido de las reivindicaciones, la ruptura con el reformismo y la socialdemocracia, el choque con las ilusiones y la corriente de sometimiento que aún existe en muchos países y sus movimientos. En otras palabras, el objetivo es que las fuerzas de clase desarrollen la acción que les corresponde en todas partes, que sean dignas de su nombre y del título de los «sindicatos rojos», que actúen en cualquier condición, en todo tiempo. Este es el contenido, la esencia de ser un movimiento sindical de clase. En otras palabras, la forma puede ser algo flexible que se adapte a las necesidades de la vida y se someta a la estrategia del movimiento obrero y sindical. Pero la cuestión del contenido clasista de nuestra acción, en el sentido de anticapitalismo, de lucha contra la explotación, debe ser común a los proletarios de todo el mundo. Y en este contenido nunca se nos permite aceptar ninguna concesión.

ΙΙ. De Atenas a la FSM

5- -El 13º Congreso de la FSM en Damasco es crucial para el futuro del sindicalismo de clase. ¿Cuáles crees que son las decisiones más importantes que se toman?

Les hablaré desde el fondo de mi corazón y como testigo presencial de lo que sucedió en esos días de noviembre de 1994 en Damasco cuando estaba presente en nombre del movimiento sindical clasista griego, como entonces secretario general del ESAK (Movimiento Sindical Militante Unido) y secretario general de la GSEE (Confederación General de Trabajadores Griegos). De hecho, recientemente, en mis discursos de despedida como secretario general de la FSM en Roma, me referí a algunos acontecimientos del decisivo 13o Congreso de Damasco. Realmente creo que el significado trascendental de este Congreso para la clase obrera mundial se estudiará en el futuro, y hay muchos que repasarán sus decisiones y la lucha que tuvo lugar allí. Los hechos ocurridos en esa época dejaron su profunda huella en el devenir sindical mundial, nos definieron y nos marcaron profundamente.

El contexto político global general en el que se desarrolla el Congreso de Damasco es más o menos conocido. La correlación de poder geopolítico global entre las fuerzas del socialismo y el capitalismo acaba de ser derrocada. La Unión Soviética y los estados socialistas de Europa Central y Oriental ya no existen. Sus sindicatos de masas que eran la espina dorsal de la FSM han dejado de existir o han mutado. La FSM se está “deshojando”. En medio de una avalancha de acontecimientos, otros ocultan que son afiliados de la FSM, mientras que otros se apresuran a firmar declaraciones de arrepentimiento ante la CIOSL y a la CES, pidiendo su afiliación allí. A la burguesía le parece una oportunidad excelente para deshacerse de una vez por todas de la FSM, para saldar viejas cuentas, para dar un golpe final a las fuerzas de clase. El 13o Congreso en Damasco es el campo donde se expresó esta lucha, donde se juzgó si la FSM seguiría existiendo. Es decir, fue allí donde vimos desplegarse el plan organizado para la disolución de la FSM. Allí la burguesía, los socialdemócratas y el reformismo sindical internacional creyeron que podrían vengarse.


Tarjeta de delegado, 13º Congreso de la FSM, Damasco, Siria, 1994

La operación de disolver la FSM estuvo orquestada por los oportunistas europeos, liderados por el entonces grupo directivo de la CGT Francia con la asistencia de la CGIL italiana y otros países. En un clima de disolución así, se resolvió convocar el 13o Congreso de la FSM. Sabe, la elección de un país anfitrión que podría cubrir las elevadas necesidades financieras de un congreso sindical obrero mundial no fue nada fácil. Y mientras que en el pasado todos los países competían por ser los anfitriones de un congreso de la FSM, ahora no hubo oferta. Por tanto, se escogió Siria, ya que su liderazgo bajo el presidente Háfez Al-Ásad aceptó organizar y cubrir todos los gastos del Congreso.

Casi 30 años después, podemos decir que el movimiento sindical militante antiimperialista internacional tiene una deuda de gratitud a la clase obrera siria y a la G.F.T.U., porque, en medio de condiciones de persecución, acordaron organizar el Congreso en Damasco y junto a la C.T.C. de Cuba, la A.I.T.U.C. de India y la V.G.C.L. de Vietnam lideraron el rechazo de los planteamientos dirigidos a la disolución de la FSM.  

En el Congreso de Damasco, el cual fue celebrado del 22 al 26 de noviembre 1994, todos esperaban que se terminaría la vida de la FSM. Los líderes franceses de la CGT estaban tan seguros de ello que hasta llamaron a delegaciones africanas a no asistir al Congreso porque, como decían, era una reunión de formalidad que decidiría la disolución. No obstante, dada la situación crítica, además de los oportunistas y la aristocracia sindical del mundo occidental, habían llegado a Damasco dirigentes sindicales de muchos países del mundo, independientemente de que sus sindicatos fueran afiliados de la FSM o no. Han sido cuadros políticos y sindicales que cada noche, durante todo el Congreso y en reuniones especiales, analizaban la situación y fijaban la táctica para el día siguiente del Congreso.

En estas reuniones, Pedro Ross Leal, secretario general de la C.T.C. cubana y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, era el primero en hacer uso de la palabra; después era K. L. Mahendra de la A.I.T.U.C.-India, así como otros dirigentes del movimiento clasista. También destaco por su postura intransigente a la veterana comunista vietnamita y secretaria general de la V.G.C.L., Cu Thi Hau, al sirio Iz Al-Din Nasser, líder de la G.F.T.U. y a muchos otros, como al sirio Adib Miro, a los sindicalistas libios y tantos otros. A fin de cuentas, en el Congreso de Damasco se resolvió por mayoría la continuación de operación de la FSM y se tomaron medidas para su fortalecimiento y modernización.

Al mismo tiempo, cuando hablamos de lucha ideológica, debemos decir que con motivo del debate sobre la existencia o no de la FSM, en el Congreso de Damasco se desplegaron puntos clave de lucha en torno al análisis de la clase obrera; como por ejemplo si hay o no clase obrera, si existía o había sido abolida la lucha de clases por la colaboración de clases y mucho más. Fue un conflicto generalizado porque ambos polos eran fuertes. Ambas líneas.

El ruso Alexander Zharikov fue reelegido a la secretaria general de la FSM y el indio Indrajit Gupta se eligió en el cargo de presidente. Los cubanos y muchos otros delegados plantearon reemplazar a Alexander Zharikov del cargo de secretario general, pero sin hacer una propuesta diferente realista. Por tanto, puesto que no se logró encontrar a otro dirigente sindical dispuesto, al final se acordó la reelección del camarada ruso, si bien los sindicatos rusos ya se habían alienado de la FSM.

En general, podemos decir que si bien el 13o Congreso no resolvió -y no podía resolver en gran medida- cuestiones que continuaron atormentando la existencia de la FSM en el futuro, sentó las bases para el contraataque, educó a una generación de sindicalistas, “galvanizó” a una parte de nuestras fuerzas y dio una respuesta práctica a quienes decían que el movimiento de clase estaba clínicamente muerto. Todavía quedaba mucho por hacer, pero se habían puesto los cimientos, ahora podíamos empezar a construir desde una base.

Quienes estuvimos en Damasco en 1994 y nos alineamos con el lado correcto de la historia de la lucha de clases, hoy sentimos una satisfacción humana por el nivel actual de la FSM.

6- -En el 14º Congreso de Nueva Delhi eres nombrado vicepresidente de la FSM y secretario de la Oficina Europea. ¿Qué objetivos marcáis desde la dirección?

Tomo el hilo directamente desde el final de la respuesta anterior para mostrarle que el período entre 1994 y 2000 no ha sido nada fácil. La correlación negativa y las consecuencias de la contrarrevolución pesaban cada vez más en todas partes. Decenas de organizaciones sindicales se desafiliaron de la FSM y salían corriendo a inclinarse ante la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres. De hecho, muchos, temerosos, pusilánimes y preocupados por sus puestos, firmaron varios documentos de rechazo de su pasado y su historia. Figuras trágicas de personas sin principios o valores. Hasta 2000, los sindicatos de todos los antiguos países socialistas de Europa del Este, así como de muchos países de África y Asia se habían desafiliado de la FSM.

Las negociaciones, o sea, el rol del intermediario para la desafiliación de estas organizaciones de la FSM, así como los debates para su afiliación a la CIOSL, estuvieron asumidos por los entonces cuadros directivos de la CGT francesa, las CCOO españolas y la CGIL italiana. De este modo, estos líderes dieron “exámenes” de lealtad y devoción a sus jefes. Se convirtieron en sirvientes de los monopolios y las transnacionales. El entonces liderazgo de la CGT francesa de los años 1993-1995, seguros sobre la venidera disolución de la FSM, cargaron en dos grandes camiones los archivos de la organización desde las oficinas centrales de Praga y los trajeron a París. Más tarde, cuando las oficinas centrales de la FSM se mudaron a Grecia, se iniciaron esfuerzos para recuperar los archivos, pero desafortunadamente sin resultado alguno hasta el momento.

Por tanto, fue en estas circunstancias cuando se celebró el 14º Congreso de la FSM en Nueva Delhi, India, del 23 al 28 de marzo de 2000. Este Congreso contó con la participación de 421 delegados/as y observadores de 65 países. La verdadera afiliación de aquel período debería haber sido alrededor de 30 millones de trabajadores/as. El Congreso fue apoyado financieramente, sobre todo, por los obreros indios que recaudaron dinero y reunieron los fondos necesarios. Toda la organización del congreso se basó en el trabajo de la AITUC y las demás organizaciones afiliadas y amigas de este país.

Por otro lado, un elemento positivo fue que ya habían transcurrido nueve años desde los derrocamientos del período 1989-1991 y, poco a poco, varios liderazgos sindicales veían con más claridad que la nueva situación generaba muchos problemas para la clase obrera mundial; observaban que la globalización capitalista traía gran pobreza a muchos y grandes ganancias a unos pocos. En este mismo período, quedó demostrado una vez más que la CIOSL no solo no había cambiado, sino también se había convertido en un socio de los imperialistas todavía más fiel. Apoyó abiertamente la guerra de la OTAN contra Yugoslavia, respaldó e hizo propaganda a favor de los bombardeos de Belgrado, mientras que los liderazgos sindicales en Italia, con CGIL a la cabeza, aplaudieron al gobierno italiano que organizó los ataques aéreos de la OTAN contra Serbia desde la base aérea de Aviano. Además, la CIOSL se posicionó abiertamente a favor de los imperialistas en la guerra de EEUU contra Irak y Afganistán. Se hizo patente que en las nuevas circunstancias, el papel reaccionario de esta organización, su acción y práctica ayudaron a un importante número de dirigentes sindicales progresistas a darse cuenta de la verdad y depositar su confianza a la FSM nuevamente.

El 14o Congreso de Nueva Delhi tomó decisiones que abarcaban todos los acontecimientos internacionales en todos los ámbitos. Todos los camaradas de India contribuyeron y trabajaron con entusiasmo y efectividad. Además, su contribución ha sido significativa a la orientación de la FSM hacia posiciones más correctas, antiimperialistas y antimonopolistas. Además, en India, se volvió a debatir sobre la elección de un nuevo secretario general. Indios y cubanos insistían en su reemplazo. Pero finalmente, se reeligió el ruso Alexander Zharikov, a quien se debe reconocer que ayudó a mantener viva la FSM, incluso con unas pocas fuerzas. Si se hubiera disuelto, el rumbo de su reconstrucción hubiera resultado aún más difícil. Alexander Zharikov ha sido un cuadro político de Komsomol, con una acción importante en el movimiento estudiantil y juvenil mundial, con cultura y buena educación. Su candidatura al cargo de líder de la FSM fue presentada y propuesta en 1990, sobre todo por la experiencia que había adquirido a nivel internacional gracias a sus cargos anteriores. Su elección en el cargo de secretario general en el año 1990 coincidió con el período transcendental de los derrocamientos. Por tanto, cuando el mundo se había puesto patas arriba, Alexander Zharikov no tenía experiencia previa del movimiento obrero sindical y sus organizaciones. Por consiguiente, la FSM, aunque disponía de una fuerza considerable en todo el orbe, se quedó simplemente mirando cómo cambiaban las cosas.

Ahora, en un análisis general, podemos decir que el período del 14o Congreso coincide con el desenmascaramiento de la «nueva era» anunciada por los imperialistas después de los derrocamientos y la revelación del “rostro brutal” del nuevo orden de cosas. El Congreso «empujó» a la FSM hacia posiciones y análisis más correctos y la ayudó a restaurar muchas de las características de clase que había perdido. Por ello, el Congreso de Nueva Delhi dio otro beso de vida a la FSM, pero se mantuvo «reticente» en los cambios en los que fomentaría más su acción y profundizaría su intervención. Se plantearon metas ambiciosas, pero en un momento propicio para la organización de nuestro contraataque con mejores condiciones, se perdió un tiempo valioso para iniciar un rumbo ascendente como el que desató el Congreso de La Habana de 2005.

7- -En La Habana eres elegido secretario general. Es el año 2005. ¿En qué situación se encontraba la FSM?

Fíjese que incluso después del Congreso de Nueva Delhi, unos conceptos erróneos e ilusiones seguían existiendo en partes del liderazgo y afiliados de la FSM. Algunos incluso se hicieron ilusiones sobre la posibilidad de una «cooperación» con la CIOSL. Debo mencionar que incluso una reunión de una delegación oficial de la FSM con una delegación de 6 miembros de la CIOSL (incluido su entonces secretario general Bill Jordan) tuvo lugar en su sede en Bruselas en 2001, donde simplemente concordamos en… estar en desacuerdo. Antes de esta reunión, los tres de la delegación de la FSM teníamos diferentes perspectivas tanto sobre el objetivo como sobre nuestras tácticas durante la reunión. Pero el objetivo de… «una acción conjunta» se demostró muy rápidamente como ridículo cuando Bill Jordan comenzó a atacarnos y calumniar a la FSM; por tanto, cuando A. Zharikov les tiró una fotocopia del balance económico de la CIA donde figuraban algunos importes de que se había beneficiado la CIOSL, los amarillos… realmente “se pusieron amarillos” y empezaron a acusarnos de que KGB nos financiaba. Así, aquellos que se engañaban sobre el papel de la dirección de la CIOSL se vieron forzados a poner los pies en el suelo. ¡Sabe que incluso he experimentado conversaciones con cuadros de la FSM que estaban ansiosos por saber si la CIOSL invitaría a la FSM a su próximo Congreso!


Reunión CIOSL-FSM, Bruselas, Bélgica, 2001

Al mismo tiempo, en el período posterior al 14o Congreso de Nueva Delhi, la acción de la FSM, sobre todo a nivel central, seguía siendo muy débil. Era tímida, introvertida y encerrada en sí misma. Además, algunas organizaciones más se desafiliaron de la FSM, como por ejemplo de Kuwait, Libia, Angola etc.

Entretanto, sin embargo, la situación a nivel internacional comenzaba a parecer más clara. Unos partidos comunistas en coordinación y cooperación con movimientos sindicales clasistas comenzaron a elaborar su estrategia en las nuevas condiciones. Nuevas elaboraciones y análisis ayudaron al movimiento clasista a levantarse nuevamente. En este contexto, se iniciaron debates sobre el papel que la FSM debería desempeñar, la necesidad de actualización de su programa y el cambio de su grupo directivo.

Así que las condiciones ya estaban demasiado maduras para proceder con el contraataque obrero y la reorganización de la Federación. En la reunión del Consejo Presidencial de la FSM celebrada en Atenas, del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2004, la delegación cubana fue la primera en asumir abiertamente la iniciativa de los debates respectivos. Aquello dio paso a una reunión especial en Ginebra con dirigentes sindicales de Cuba, India, Grecia, Siria, Chipre y Francia. Además, se celebraron unas reuniones bilaterales en Damasco entre la GFTU-Siria y el PAME-Grecia. Todas las organizaciones que seguían siendo afiliadas de la FSM, en un espíritu fraternal y de camaradería, consideraban por unanimidad como necesarios los cambios a todos los niveles. Las nuevas condiciones requerían nuevas medidas también. Se requería acción e iniciativas concretas. En ese sentido, del 1 al 4 de diciembre de 2005, se celebró en La Habana, Cuba, el 15o Congreso de la FSM, con la participación de 870 delegados/as de 87 países del mundo. Durante el Congreso se celebraron debates serios en reuniones regionales separadas de delegados/as de Asia y Pacífico, Europa, América Latina, África y el mundo árabe. Como es sabido, el Congreso se clausuró con la votación del nuevo programa y el relevo de liderazgo. Los que estuvimos presentes recordamos que durante la clausura del 15o Congreso hubo un clima de entusiasmo; se había despertado la esperanza de un nuevo rumbo para la FSM. Creo que muchas conclusiones sobre el espíritu de aquella época y las prioridades que nos marcamos como movimiento sindical de clase se pueden encontrar en el primer documento oficial de la nueva etapa de la FSM bajo el título: “las 10 nuevas prioridades de la FSM”.

En ese sentido, indicativas del nuevo rumbo de la FSM son las primeras decisiones tomadas por el nuevo Secretariado: la sede de la FSM se trasladó de Praga a Atenas. La razón principal de este traslado fue que en la República Checa la organización estaba bajo persecución por el estado y sus servicios y, lamentablemente, no existía ninguna organización sindical en el país que pudiera sostener sindical y económicamente a la FSM en su nuevo esfuerzo. En consecuencia, sobre la base de la decisión unánime de los órganos competentes, las nuevas oficinas centrales de la FSM fueron preparadas con el trabajo voluntario de obreros griegos y el apoyo financiero de las Federaciones afiliadas al PAME. A partir del 1 de enero de 2006, las oficinas centrales comenzaron a funcionar en Atenas con un nuevo equipo y nuevas finanzas. La nueva era había comenzado.


 

Publicado el día 18/07/2022 en rebelion

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