El colmo de la hipocresía y desvergüenza tiene nombre y rostro, este muy duro, es el del Secretario General de la UGT, el oportunista Álvarez. Secretario General de un sindicato que continuamente desde su práctica de conciliación de clases, pacto social, favorece los intereses de la oligarquía en el estado español. Sujeto que, en defensa de los intereses del capital, pide recientemente que se ponga en marcha una medida de penalización, supresión de prestaciones por desempleo y/o ingreso vital mínimo a las y los trabajadores que no acepten cualquier oferta de trabajo que les llegue, por muy precaria y abusiva que esta sea.

Un personaje que sin pudor ni ruborizarse firma junto a capitalistas y sus representantes de gobierno las leyes laborales y sociales más lesivas para los intereses de la clase obrera que se han conocido en el estado español. Un impresentable que desconvoca huelgas para sentarse a la firma de convenios con los que se sentencian a millones de obreras y obreros a la precariedad y miseria. Un rufián que trabaja al servicio de grupos financieros ofreciendo planes de pensiones privados con los que liberar de sus cargas sociales a la patronal, planes de los que él y sus compis se benefician económicamente.

Podríamos enumerar más y más calamidades y abusos de los intereses y derechos de las y los obreros en las que este sindicalero barato es partícipe en primera persona, pero tanta basura concentrada nos acabaría produciendo arcadas.

Lo que hoy quiero denunciar es que este paladín del decoro capitalista, ha superado todos los grados de hipocresía y prostitución en el ámbito de la política. El sindicalero en un alarde revolucionario, si, de esa revolución que ya propuso el Banco Santander, se ha plantado en París, según él, en apoyo a los trabajadores del país vecino en sus reivindicaciones en defensa del sistema de jubilación, en contra de la ley Macron que pretende elevar la edad de jubilación a los 64 años, recordemos que el sindicalero Álvarez, aquí acepta las propuestas de los gobiernos, la última jubilación a los 67, ha estado en París, ¡qué ciudad! ¡qué bien se come si dispones de buena cartera aún mejor no siendo la tuya...

Si, hemos escuchado bien, el sindicalero Álvarez ha estado en París defendiendo a los jubilados franceses. Ya que en el estado español se lo impiden sus posiciones de servilismo y venta a la baja de los derechos del conjunto del pueblo trabajador, ¿el no estar en nómina de la patronal francesa le ha servido para esta acción, o esto será una estrategia de los Garamendi y patronal francesa para domesticar a obreras y obreros franceses? Sea como sea Álvarez ha estado allí, y a declarado que ha ido a solidarizarse con el pueblo francés en contra de los abusos del gobierno de Macron, manda leche. Miles de kilómetros para protestar contra las políticas anti obreras y antisociales de un gobierno, Joselillo que aquí la situación de millones de obreras y obreros, sin querer dramatizar, es mucho mas grave que la que padecen en Francia. Y de esta situación tu eres uno de los principales responsables por ser un colaborador necesario de la patronal.

En este sindicalero se conjugan todas las miserias del oportunismo servil, hipocresía, falsedad y traición como principales.

Otro sindicalismo es posible, un sindicalismo de clase que se libera de sujetos miserables, oportunistas de todos los colores, que, a través del modelo del sindicalismo del pacto social, confraternización entre clases, tienen todo a su favor para vivir del cuento, pagados por el patrón con el dinero sustraído a la clase obrera.

Hoy mas que nunca es necesaria la unidad de la clase obrera, unidad con la que liberarse del yugo ideológico de la burguesía, unidad con la que luchar por los derechos ya conquistados, unidad con la que luchar hasta vencer y derrotar al sistema opresor, el capitalismo.

Juan J. Sánchez

Responsable MOS del CC del PCPE

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