Guerras imperialistas que ponen en peligro a la humanidad, destrucción de fuerzas productivas que llevan a millones de obreras y obreros al paro forzoso y a la más profunda precariedad y miseria, políticas de privatización de los servicios públicos, rescates de la oligarquía con dinero público, que jamás será devuelto, implementación de políticas represivas que tienen como objetivo impedir que la clase obrera ejerza su papel revolucionario. Estas y otras situaciones que hoy se viven y padecen, son consecuencia de la profunda crisis estructural en la que está inmerso el sistema capitalista. Crisis de agotamiento de un sistema que ya nada tiene que ofrecer al pueblo trabajador. Crisis que es producto natural de un sistema que inmerso en sus contradicciones toca a su fin.

Marx, explica científicamente el por qué se llega a esta situación en la teoría de la composición orgánica del Capital y su conexión con la teoría de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, el capital industrial y financiero están íntimamente ligados y su salud y estabilidad dependen de la relación existente entre los niveles de producción y comercialización. En sencillas palabras dentro del sistema capitalista se operan dos tendencias opuestas, que impiden el desarrollo infinito de la producción capitalista. Por una parte, una composición orgánica ascendente del capital que se expresa en una alta productividad del trabajo, al tiempo que opera la otra tendencia, la decreciente tasa de ganancia lo que pone fin al desarrollo e iniciativa capitalista. En palabras llanas en el capitalismo se produce más y más  cantidad  gracias a los avances tecnocientíficos al tiempo que esto genera una alta competitividad que solo se resuelve con la bajada de precios que hace colapsar al sistema.

Llegado a este nivel, el modelo capitalista de producción y comercio  entra en crisis y cuanto más avanzado y maduro sea el sistema, esta crisis tiene más difícil solución. Y en este preciso momento el capital aplica sus ¨mágicas recetas¨: Destruir ingentes fuerzas productivas como solución principal. Y como la fuerza del trabajo está incluida en éstas como capital variable, millones de obreras/os son lanzados al paro forzoso. Al tiempo, el sistema capitalista, exige que todo lo que sea susceptible de engendrar beneficios le sea entregado, obliga que todos los sistemas públicos pasen a ser privados, de su propiedad, esto es, expropia a la clase obrera y demás sectores populares para su propio beneficio. Para esta labor cuenta con la colaboración y servilismo de gobiernos variopintos, liberales, demócratas y socialdemócratas y populista enmascarados de amigos de pueblo, en el estado español, en esta categoría, podemos identificar al PSOE-PCE-IU-PODEMOS-SUMAR y todas sus formas de alianzas.

¿Y qué podemos decir de las organizaciones sindicales? Hoy las mayoritarias, en su conjunto, juegan el papel de conciliadoras, sumidas en una política de pacto social y fraternidad entre clases antagónicas, burguesía-proletariado. El resto, algunas de ellas consideradas “de clase”, andan dispersas y/o fragmentadas, en ocasiones sumidas en egos ajenos a la cultura del proletariado y clase obrera.

En esta situación, muchas obreras y obreros, confundidos por esa caterva de encantadores de serpientes (podemistas, eurocomunistas del pce-iu, sumar y los de restar), mantienen aún falsas esperanzas de que dentro de este sistema agotado y moribundo las cosas se pueden solucionar y mientras esto sucede toca  padecer todo tipo de precariedad,  miserias y muerte, sin apreciar que, al mismo tiempo, la burguesía y sus lacayos comen en mantel de plata con cubiertos de oro. 

Pero los y las comunistas sabemos que otro mundo es posible, un mundo sin explotadores ni parásitos, donde la clase obrera y los sectores populares más avanzados, tras destruir hasta los cimientos el actual sistema capitalista, construya revolucionariamente un nuevo orden, el Socialismo-Comunismo, donde el bienestar de la mayoría de la población estará por encima de los intereses privados de unos pocos. Y esto no lo sabemos por mera construcción teórica, sino porque ya disponemos de ejemplos históricos de que ello es posible.

Comisión de MOS del CC del PCPE.

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