Vemos día a día las terribles imágenes de la barbarie sionista. Nuestros sentimientos nos desgarran, pero como militantes de la revolución no nos queda otra opción que tratar de mantener nuestra capacidad de análisis para movilizar todas nuestras fuerzas y golpear en el lugar más acertado para acabar con tanto crimen y tanta destrucción. Un esfuerzo titánico hoy.

Las fotos de los niños palestinos asesinados (no existieron cuarenta y dos niños judíos decapitados, todo fue falso) son, ya de por sí, aterradoras. Pero hay algo aún más aterrador: el silencio y la ausencia de condena por parte de quienes tienen la mayor responsabilidad en dejar constancia de una condena sin concesiones contra los crímenes del sionismo.

En estos momentos en que escribo se informa de más de mil niños asesinados por las bombas sionistas lanzadas contra edificios de viviendas, hospitales, escuelas, … La cifra aumenta sin cesar.

Además, leo una información que dice que en Gaza hay unas cincuenta mil mujeres embarazadas.

¿Cómo expresar el grado de degeneración humana que significan estos crímenes contra los niños y niñas palestinas? ¿Cómo expresar el grado de indignación por toda esta barbarie?

Felipe VI, en un acto oficial, expresó su condena por la acción de Hamás. Pedro Sánchez hizo lo mismo. También Feijóo. También Ayuso. También…

Nadie, ninguna de estas altas representaciones ha condenado los crímenes de guerra del sionismo. Ninguna de ellas ha condenado el asesinato de más de mil niños y niñas de Palestina. A pesar de que disponen de todos los medios necesarios para que se les oiga en todo el planeta.

Entonces, se me ocurre preguntar:

¿Qué pasaría si una de esas niñas fuera hija de Felipe VI?

¿Qué pasaría si uno de esos niños fuera hijo de Pedro Sánchez?

¿Qué pasaría si una de esas niñas fuera hija de Ayuso?

¿Qué pasaría si uno de ...? Pongan ustedes el nombre que les parezca más pertinente. Cualquiera tiene a su alrededor a alguien con altas responsabilidades públicas que sigue sin condenar los crímenes del sionismo.

Ninguna de las personas citadas más arriba va a condenar nunca los crímenes del sionismo. Hagan lo que hagan.

Sencillamente son lacayos de la dictadura del capital, y obedecen órdenes del capital monopolista y financiero internacional, donde el grupo de vanguardia es el capitalismo sionista.

A pesar de todo ello mantienen su prepotente arrogancia de demócratas.

El desarrollo de la lucha de clases internacional vive un salto cualitativo. Actuemos en consecuencia.

No son demócratas, son asesinos a sueldo del capital. No hay libertades ni democracia en sus sistemas políticos, sino una dictadura de clase que oprime y somete a la gran mayoría social. Una dictadura de clase, hoy más sanguinaria que nunca, que está dispuesta a desatar una violencia sin límites contra la Humanidad.

A esa dictadura de clase ya no le bastan sus guerras de rapiña contra otros pueblos. Hoy, temerosa de la furia de los pueblos contra su insostenible barbarie, se dispone a aplicar su única salida posible: la guerra general y la violencia como recursos sistémicos para tratar de mantener su dominación. La militarización de toda la sociedad.

Que los pueblos aprendan bien la lección. Que la clase obrera aprenda bien la lección. Estamos en una guerra de clases que se agudiza por días. Organizarnos para vencer es la consigna. Y venceremos con las masas movilizadas por sus derechos, bajo conducción revolucionaria.

Por Palestina, por los niños y niñas a quienes han arrebatado la vida, por sus padres y madres destrozadas por el dolor, lucha combativa de las masas contra el capitalismo internacional, contra la barbarie sin límites del sionismo. Para construir una nueva sociedad de justicia social, que  hará posible el fin de las guerras y todo tipo de violencias contra las personas y contra los pueblos.

Hoy más que nunca: SOCIALISMO O BARBARIE.

C. Suárez

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