Cap. 1: La lucha por la creación del Partido Obrero Socialdemócrata en Rusia (1883-1901)

Hasta la década del 60 del s. XIX existían en Rusia muy pocas fábricas y empresas industriales. Predominaba la economía feudal de los terratenientes nobles basada en la servidumbre de la gleba.

Los residuos del régimen de servidumbre, las enormes contribuciones pagadas al Estado y los rescates agobiantes que había que abonar por la tierra a los terratenientes, que no pocas veces excedían de los ingresos arrojados por las explotaciones campesinas, conducían a la ruina y al empobrecimiento de las masas campesinas y obligaban a los campesinos a marcharse de la aldea a ganar un jornal. Se iban a las fábricas y a las empresas industriales, suministrando a los fabricantes mano de obra barata.

La Rusia zarista era una cárcel de pueblos. Las numerosas nacionalidades no rusas de la Rusia zarista hallábanse completamente privadas de derechos. El gobierno zarista encendía conscientemente las discordias nacionales, azuzaba a unos pueblos contra otros, organizaba progromos de judíos y matanzas entre tártaros y armenios en la Transcaucasia.

El gobierno zarista se esforzaba en ahogar toda manifestación de la cultura nacional y seguía la política de “rusificar” a la fuerza a las nacionalidades no rusas.

Durante 25 años, de 1865 a 1890, el número de obreros, solamente en las grandes fábricas y en los ferrocarriles, aumentó de 706.000 a 1.433.000, es decir, más del doble. Más rápido aún fue el desarrollo que comenzó a adquirir en Rusia la gran industria capitalista durante la década del 90 que se debió, en primer lugar, a la intensa construcción de ferrocarriles.

La inmensa mayoría de la población seguía viviendo de la agricultura. Cerca de cinco sextas partes de la población total de Rusia, según el censo de 1897, trabajaban en la agricultura y la sexta parte restante se distribuía entre la grande y la pequeña industria, el comercio, el transporte ferroviario, fluvial y marítimo, la construcción y los trabajos forestales, etc. Rusia era un país agrario, económicamente atrasado, un país pequeñoburgués; es decir, un país en el que predominaba aún la explotación campesina individual, basada en la pequeña propiedad, de escaso rendimiento.

En 1903 había en Rusia unas 10 millones de explotaciones campesinas; había millón y medio de explotaciones campesinas ricas, de kulaks, que concentraban en sus manos la mitad de las sementeras de los campesinos. Estos burgueses del campo prosperaban oprimiendo a los campesinos pobres y medios, se enriquecían a costa del trabajo de los peones y jornaleros agrícolas y se iban convirtiendo en capitalistas agrarios.

Redacción UyL

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