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Algunas ideas para considerar este verano
La lucha de clases se libra en cada espacio de organización obrera y popular
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Paz, pan, trabajo y libertad
Sin intervención comunista no habrá salida favorable a la clase trabajadora
40 años de lucha comunista que se revalida a diario
“Lo que relumbra nació para el instante presente; pero lo auténtico no queda perdido para la posterioridad”
Fausto. Johan W. Goethe
Editorial Enero 2024
Un Aniversario así propicia recuerdos inevitables. Momentos a considerar, tanto en el sentido de la experiencia vital de la militancia comunista en estas cuatro décadas de construcción partidaria, como en su trascendencia para la lucha de clases.
Un repaso complejo con pros y contras; también con aciertos y errores que solo el paso del tiempo permite verlos con más claridad, pero que, y eso es lo más importante, su valoración es imprescindible para entender la realidad de la lucha de clases tanto en el marco del Estado español, como a nivel internacional.
El azucarillo1 destinado a disolverse en muy poco espacio de tiempo, aquí sigue comprometido con el proyecto de construir el Gran Partido Comunista revolucionario que destruyó el Eurocomunismo y que hoy en 2024, es tan necesario como lo era en 1984.
Vayamos a los hechos.
Nace un Partido que en torno a la defensa del Marxismo-Leninismo, no solo miraba al futuro decididamente, sino que se anclaba con fuerza en los fundamentos políticos, organizativos y teóricos de aquel Partido histórico del que ya solo existía una sigla.
Pero más allá de una simple consigna, para la militancia más consciente y comprometida con el desarrollo práctico de la lucha de clases, la defensa del Marxismo-Leninismo, era un propósito destinado a:
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Recuperar la organicidad del Partido de Nuevo Tipo Leninista.
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Volver a interpretar el Estado como un instrumento de dominación de clases y situar la toma del Poder y la Revolución Socialista como propósito estratégico e irrenunciable del Partido y una necesidad concreta. La reivindicación de la República y el rechazo a la Constitución del 78, constituyó un referente inequívoco del PCPE.
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Confrontar al Imperialismo con una práctica real del Internacionalismo Proletario y de solidaridad con la URSS y el conjunto países socialistas y antiimperialistas. Rechazo frontal a la OTAN, las bases norteamericanas y a la integración en el Comunidad Económica Europea (hoy UE).
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Compromiso con el sindicalismo de clase (unitario, plural y sociopolítico) frente a las políticas de conciliación de clase y el pacto social. La asamblea obrera y la huelga como las mejores herramientas de la clase trabajadora para defender sus derechos, referencias inequívocas de la acción sindical de la militancia comunista.
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Las masas obreras y populares son el sujeto revolucionario al que, el Partido, como sujeto político de la Revolución aspira a liderar en un creciente ejercicio práctico de dirección política de masas, construido en el día a día de la lucha de clases.
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Entender la lucha de clases como un compromiso radical con todas las luchas en las que se sustancia la misma. La liberación nacional2 y el fin de la opresión de las mujeres trabajadoras, forman parte inseparable de esa comprensión holística de la lucha de clases, desde la que enfrentar la totalidad de opresiones generadas en siglos de un mundo dividido en clases.
La realidad hoy demuestra la plena actualidad, más urgente si cabe que en 1984, de todos y cada uno de esos propósitos que, en conjunto y por separado, son irrenunciables para articular la alternativa revolucionaria.
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Sin Partido Comunista la realidad demuestra que pueden haber levantamientos sociales, revueltas, algaradas masivas…, pero nunca un desarrollo revolucionario de los acontecimientos. Llámese, como la historia revolucionaria de cada pueblo decida denominar a su Vanguardia, un destacamento político de carácter leninista es irrenunciable en cualquier proceso revolucionario.
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Cuando, con más claridad que nunca, “el Estado es el consejo de administración de la oligarquía” y su entramado de dominación económica, política, social, cultural e ideológica alcanza, en todo su desarrollo y violencia al conjunto de la formación social española, queda absolutamente demostrada que la “Transición”, se limitó a dar continuidad a la dictadura de clase, sentar las bases legales para su integración internacional y desmantelar la lucha obrera y popular. Hoy, como en 1984, el PCPE rechaza frontalmente la Constitución y, desde el reconocimiento práctico del Derecho a la Autodeterminación, sitúa su proyecto de Estado como una República Socialista de carácter Confederal, unión libre y soberana de pueblos y naciones cuya base material es el poder obrero y el Socialismo.
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La gesta del proletariado y campesinado ruso que cambió la Historia en 1917 y derrotó al nazismo en 1945, ha sido la gran esperanza de la Humanidad. Con la desaparición de la URSS y la derrota temporal del Socialismo, solo se ha evidenciado el altísimo nivel de criminalidad que es capaz de alcanzar el Imperialismo. Liderado por los EE.UU y nucleado en torno a la OTAN, hoy en su decadencia senil marcada por la crisis general de capitalismo, impone la guerra generalizada y su existencia es el mayor peligro que padece la Humanidad.
Organizar el rechazo a la OTAN, la Bases y la pertenencia a la UE y al €uro, es una urgencia de la lucha de clases.
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Cautivo, derrotado y sin sindicalistas capaces de librar una confrontación radical y sostenida con la Patronal y el Estado, hoy, el movimiento sindical, mayoritariamente, fía su legitimación al reconocimiento institucional y sitúa el Pacto Social como su propósito superior. La unidad de acción del movimiento obrero, es imprescindible para invertir esta realidad. Volver a situar en el centro de la acción sindical la asamblea obrera y la huelga, sigue siendo el compromiso de la militancia del PCPE en todas y cada una de las estructuras del movimiento obrero y sindical en las que participa.
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La realidad de la lucha de clases sigue demostrando que, solo con el papel protagónico de las masas es posible articular la alternativa obrera y popular.
Levantar el Frente Obrero y Popular por el Socialismo (FOPS) es la tarea más urgente, para un Partido obligado a enfrentar décadas de desmantelamiento y derrota del movimiento obrero y popular que, el PCE en su decadencia eurocomunista, inició desmantelando todas las estructuras generadas a los largo de muchos años de resistencia, lucha y organización.
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El Socialismo no es un hito que se conquista sin transformaciones radicales y complejas que comprenden la totalidad social. Así entiende la lucha de clases el PCPE, sin tapujos, ni atajos, menos aun con compromisos con la vieja sociedad que queremos destruir y de la que solo nos vale su cultura popular y proletaria.
Un Partido que se construye a diario, en un creciente compromiso de su militancia con el trabajo de masas, orientándose siempre hacia el objetivo de convertir en conflicto político con el Estado cualquier lucha. Un PARTIDO para la REVOLUCIÓN y el SOCIALISMO.
Partido para organizarse y ser más fuertes, Partido para luchar y aprender. Partido para tejer alianzas.
PARTIDO PARA VENCER.
1 Gerardo Iglesias (SG del PCE en 1984) dixit
2 Siempre en el sentido leninista de la libre autodeterminación de los pueblos como su derecho a la independencia.
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- Categoría: Editorial