Viñeta de Chumy Chúmez

Una y otra vez afirmamos que las políticas implementadas por los gobiernos al servicio de la burguesía están diseñadas con el objetivo de mantener a millones de hombres y mujeres en la miseria (pobreza), estamos seguros de tener la razón cuando hacemos esta afirmación.

Sólo manteniendo la pobreza estructural le es posible al sistema capitalista poder existir. Hasta hoy el sistema de propiedad privada de los medios de producción, el capitalismo, ha sido capaz de mantener a millones de obreras y obreros laborando, pero siendo pobres o muy pobres. Los medios de propaganda y comunicación de la burguesía han diseñado una línea ideológica-cultural con la que pretenden (y quizás lo han conseguido) hacer creer que solo es pobre el mendigo expulsado del mundo laboral y obligado a vivir en la calle.

Hacer creer a obreras y obreros que no son pobres, que la vida de estos es justa (¿será porque son libres de ejercer su pobreza allá donde les plazca?, que por cierto también es mentira), y que existe la igualdad entre burgués y explotada/o. Esa es la labor por la que cobran la socialdemocracia y los gobiernos al servicio del burgués cobran; ellos también venden sus servicios al capital y no lo hacen por error (o como algunos afirman: "pobrecitas/os, no saben y/o están confundidos"), sus servicios mucho mejor remunerados que los de las obreras/os productores, han sido escrupulosamente seleccionados por el capitalista con la intención de no dejar nada al azar.

De estos esbirros, quienes por unas razones u otras no están a la altura de las exigencias impuestas por los capitalistas, son también despedidos (¡pobrecitos!), ya que cada ciclo necesita de unos gestores determinados: los capitalistas van contratando al mejor esbirro para esta labor.

El actual gobierno, compuesto de socialdemócratas de todo pelaje, desarrolla su labor en aras de la recuperación del sistema capitalista, que terminado su ciclo histórico de crecimiento, el cual hace ya décadas entró en crisis que hoy ya es muy profunda, por lo que no consigue mejorar su maltrecha tasa de ganancias.

¿Qué hace el gobierno PSOE-SUMAR y demás saltimbanquis para cumplir los mandatos de la burguesía? ¿para mantener a millones de obreras y obreros en la pobreza? Ponen en marcha una serie de leyes que perpetúan la miseria y la permanente existencia de un ejército de pobres dispuestos a vender a la baja su fuerza de trabajo, lo que permite al patrón seguir extrayendo el máximo posible de plusvalía. El penúltimo ejercicio de servicio de este gobierno al patrón capitalista es la aprobación de la ley de subsidios. Con fanfarria festivalera se ha anunciado esta reforma, que solo se puede considerar como instrumento con el que perpetuar la situación de miseria de millones de obreras/os. Este gobierno, sus lacayos, quieren hacer creer que los millones de pobres, familias enteras, obligados a malvivir con menos de 580€ mensuales, ya pueden celebrar este primero de 2024 como de una mejora en sus condiciones de vida, ¡manda leches!

¿Y qué dicen los sindicatos, sobre todo los del pacto social, de esta nueva vuelta de tuerca?

Los hay incluso que lo han celebrado, sí; celebran que la miseria sea mejor aplicada. Los hay que han protestado ante la reforma, no por su carácter de opresión y explotación de millones de obreras/os; estos protestan por considerar que tal o cual artículo no recoge sus propuestas, estas sin cuestionar la miseria y explotación de este modelo laboral y social que sentencia a la muerte por miseria a millones de seres humanos.

Al tiempo que se aprobaba esta reforma de los subsidios de miseria, el propio gobierno reconoce (porque no le quedó más remedio que hacerlo) que a la patronal le sale mucho más barato el despido, después de la aprobación de su ley laboral, tan celebrada por ellos y sus lacayos, denunciada por el PCPE desde su preámbulo hasta su final ley laboral. Volvemos a Marx: el capital se mantiene vivo, manteniendo o enviando a millones de seres humanos a la pobreza.

En ocasiones se sitúa el concepto desvalorización de la fuerza del trabajo, en relación o ligado a un momento concreto del desarrollo o vida del capital, reproducción ampliada, simple o colapso violento del modo de producción y cambio. Marx demuestra que la desvalorización de la fuerza del trabajo es permanente, es intrínseca al capitalismo: sin esta no habría extracción de plusvalor y por tanto no habría apropiación capitalista; será más o menos violenta, pero es permanente. Hacemos esta reflexión debido a que, en ocasiones, este concepto es usado con la intención de hacer creer que sería posible dentro del capitalismo que esta apropiación o desvalorización revertiera y que las obreras y obreros vivirían en la opulencia y manjares que ofrece el capitalismo.

En la dictadura del capital no hay leyes del trabajo o reforma de estas que liberen a obreras y obreros del yugo explotador. Toda ley o reforma se lleva a cabo con la intención, conseguida en casi todas las ocasiones, de mejorar el modo de explotación y apropiación del capital. Ningún gobierno dentro del marco institucional burgués desarrolla políticas en contra de los intereses de los capitalistas.

El PCPE sitúa, como viene haciendo en los últimos 40 años, que solo con la victoria de las masas obreras sobre la burguesía se resolverán las cuestiones que afectan negativamente al pueblo trabajador. Derretir, con la lucha, los barrotes que encarcelan a millones de seres humanos en el modelo de venta de su fuerza de trabajo por un salario, es el camino para liberar a la humanidad de la dictadura del Capital.

Juan J. Sánchez

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