La Generalitat de Catalunya ha intentado impulsar un nuevo proyecto de ley de contratos de servicios a las personas, también conocida como “Llei Aragonès”, por su cabeza ejecutora. Pere Aragonès, consejero del Departamento de Economía de la Generalitat.

La primera Conferencia de la Juventud Comunista de los Pueblos de España marcaba como uno de nuestros objetivos fundamentales afianzar y desarrollar unas fuertes relaciones internacionales, de solidaridad y apoyo mutuo; si el capitalismo se desarrolla globalmente, debemos trabajar por confrontarlo globalmente.

A principios de noviembre participamos con nuestro saludo en la Asamblea General de la Juventud Comunista de Suiza, donde les trasladamos nuestra visión del desempleo y los bajos salarios, como los principales problemas de la juventud hoy en día, y el papel que juega el imperialismo -como desarrollo del capitalismo mundial- en esta situación.

Ni unas semanas después, tuvo lugar el encuentro con el Komsomol Leninista de Rusia en Leningrado. En este encuentro se caracterizó la situación de la juventud trabajadora, así como la situación nacional en España y Rusia, y el derecho a la autodeterminación de los pueblos. A continuación, se trató la situación general del imperialismo, con los casos de Bolivia, Chile, Siria, Cuba, Venezuela o Libia.

Nos acercamos al fin de un año más, y por ende, correspondería una disección de la situación general de la JCPE en este último año, así que, es tarea analizar y valorar tanto las cosas positivas como negativas, algo totalmente necesario también a nivel de base.

Este último año, ha sido un periodo muy ajetreado para la JCPE, donde se puede confirmar que vamos avanzando, con algunas dificultades. Este año ha estado marcado por la organización de nuestra primera Conferencia, en la que hemos sentado las bases de la Juventud Comunista del estado español y la relación con su partido, PCPE, del mismo modo hemos marcado las pautas de trabajo a realizar hasta la próxima conferencia de aquí a tres años. Pero no solo eso, desde el Comité Estatal de Dirección se ha demostrado una gran capacidad al organizar, planificar y bajar nuestra primera campaña central como JCPE, un hito no menos meritorio. Además se ha avanzado notoriamente en nuestras relaciones internacionales, se ha creado una identidad propia a nivel central, con un manual de identidad, en breve tendremos nuestra propia Web y se ha logrado poco a poco garantizar la estabilidad de las comisiones a nivel central (produciendo un mejoramiento en lo organizativo y en lo agitativo), tenemos previsto para el año que viene la organización de nuestro primer campamento y a pesar de las dificultades económicas se han ido cumpliendo los viajes previstos por el CED a distintos territorios para reforzarlos.

En cualquier manifestación por la educación a la que hayamos ido, seguramente, habremos oído algo parecido a “los ricos/las empresas nos están robando la educación pública”, incluso más de una vez se habrá usado esa expresión en algún artículo en este mismo medio.

Ahora bien, detengámonos a reflexionar sobre esta afirmación, ¿realmente nos están robando la educación? ¿qué papel cumple la educación en nuestro sistema y ha cumplido siempre? Partamos de una idea: el estado sirve a los intereses de los empresarios. Así pues, ¿por qué un estado que sirve a intereses de los ricos iba a destinar ni un solo euro a formar a los hijos de los trabajadores?

Se pueden dar dos respuestas y ambas serían correctas: por un lado la correlación de fuerzas entre los trabajadores y patronal -concretada en la enorme fuerza de los Partidos Comunistas y Sindicatos tras la II Guerra Mundial, así como en la existencia de un bloque socialista fuerte- el siglo pasado obligó a los segundos a ciertas concesiones que conformarían lo que se conoció en la Europa Occidental como Estado del Bienestar. No pretende este artículo negar la importancia de estas conquistas arrancadas al capitalismo, como puede ser que los hijos de los trabajadores podamos tener una educación básica.

Hoy en día se está promocionando la ideología del capitalismo verde, es decir, continuar con el mismo sistema económico y social, pero realizando reformas y cambios que se supone que salvarán el mundo y nuestra forma de vida. Sin embargo, esto sigue siendo el mismo cuento de siempre, porque lo que no se dice es que el capitalismo no es compatible con la naturaleza, y es que esto se ve con cosas como los incendios veraniegos en el Amazonas o los del África subsahariana. Y es que estos incendios, casualmente, le saldrán rentables a empresas cárnicas y de soja, porque el terreno que sea destruido por las llamas, será utilizado por esas empresas para ampliar su terreno y, así, sus ganancias.

Las distintas opresiones que se generan en una sociedad basada en la explotación no son algo meramente simbólico como algunos autores pretenden decir. Autores como Daniel Bernabé nos pueden hacer caer en la trampa. Autor que hace un llamamiento a la izquierda en abstracto para que haga un giro al obrerismo mientras va de la mano de partidos que niegan la lucha de clases. Alguien que equipara a Stalin con Hitler no es coherente que nos de lecciones a los y las comunistas.

El jueves 26 de septiembre tuvo lugar un nuevo encuentro de nuestra organización con la Juventud Comunista de Venezuela (JCV).

En él, hemos compartido experiencias de nuestras Juventudes y reafirmado nuestra visión totalmente coincidente en la caracterización actual del imperialismo y el desarrollo de la lucha de clases, marcada por la situación específica de Venezuela. También, hemos intercambiado los contextos en los que se desenvuelve la realidad diaria de la población obrera juvenil en España, caracterizada por una precariedad absoluta, la desmovilización popular o el auge de las posiciones reaccionarias y antiobreras en todo el espectro político.

Este lunes 11 de noviembre cumplieron doce años de que el joven antifascista Carlos Palomino fuera asesinado por el fascista Josué Estébanez en el metro de Legázpi. Este no fue un asesinato común, sino un asesinato político perpetrado por la parte más virulenta del capital. El asesinato de Carlos debe recordarnos que la lucha contra el capitalismo es a vida o muerte. La violencia capitalista se sirve de todas sus herramientas políticas y judiciales para reprimir al pueblo y proteger a la burguesía (ejército, policía, jueces, tribunales) y cuando estas son insuficientes se alía con los sectores burgueses más reaccionarios que sacan a sus mercenarios fascistas. El estado no está por encima de la lucha de clases y eso se expresa con acciones tan evidentes como su protección a los fascistas de Hogar Social Madrid (HSM) que con total impunidad estuvieron años ocupando un local en pleno centro de la capital del estado, a escasos metros del Tribunal Superior de Justicia y de la Audiencia Nacional. Mientras, por otro lado, esa mismas estructuras judiciales reprimen sin dudarlo a cualquier agrupación política o popular que ponga en entredicho los intereses de la burguesía española. El mejor ejemplo de esto lo estamos viendo de manera inequívoca estos días en Cataluña y fuera de ella, donde las movilizaciones en apoyo al derecho a la autodeterminación de los pueblos están encontrando una fuerte represión policial.

 

Sobran universitarios

En España existe un gran desajuste entre la educación y el sistema productivo. Prueba de ello es que en 2016 había 11 millones de titulados superiores para solo 6 millones de puestos de trabajo para ese nivel de formación1. Como consecuencia, un 30’5% de los titulados universitarios no ha conseguido un empleo acorde a su formación cuatro años después de terminar la carrera2. Según el Informe Infoempleo Adecco 2018, las ofertas de empleo que requerían un título de Formación Profesional (grado medio y superior) llegaron al 42’3%, superando por primera vez a las que requerían un grado universitario (38’5%). Es más, el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP) estima que en 2025 el 50% de los empleos ofertados en España corresponderá a cualificaciones intermedias y requerirán un mínimo de FP medio o superior; según la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, “hoy en día, solo contamos con un 25% de profesionales con estos niveles de cualificación” (Ministerio de Educación y Formación Profesional, 2019).

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