La II República española fue defendida por miles de mujeres que lucharon con las armas en la mano. Es precisamente en este período en el que se produce la mayor afiliación femenina a las organizaciones obreras, así como a las organizaciones femeninas de masas. Por ello no extraña que tras el levantamiento fascista, las mujeres se alistaran voluntarias en las milicias populares y se fueran a hacer la guerra. Se alistaron voluntarias para ir al frente e incluso dirigieron compañías y operaciones de sabotaje. Se ganaron día a día el derecho a la igualdad haciendo guardias, durmiendo en la nieve, caminando por el fango, pasando hambre y disparando contra el enemigo. Un batallón femenino hizo la defensa del puente de Segovia y en Getafe fueron las últimas en retirarse ante el avance del ejército fascista. Es precisamente en Getafe dónde una calle recuerda a Encarnación Hernández Luna.

Nacida en 1912 en Beneixama (Alacant), militante del PCE y trabajadora en la sección textil de los madrileños Almacenes Rodríguez de Gran Vía, tras el golpe de Estado del 18 de julio se sumó a las milicias para defender a la II República y posteriormente, se integró al Ejército Popular Republicano. En Albacete entre noviembre de 1936 y enero de 1937 recibió instrucción en el manejo de las ametralladoras rusas Maxim, bajo el mando del asesor Aleksandr Rodímtsev, en cuyas memorias habla de su habilidad y valentía como tiradora. También relata que luchó en la Batalla del Jarama bajo el mando del internacionalista cubano Alberto Sánchez.

Integrada en la División Líster fue, como mínimo, capitana del Ejército republicano, donde estuvo al mando de una compañía de ametralladoras, e incluso testimonios señalan que durante la Batalla del Ebro, donde resultó herida, fue nombrada Mayor de Milicias, el equivalente a comandante en el ejército regular. El poema de Neruda dedicado al que fuera su esposo, Alberto Sánchez, la nombra como “Comandante Luna”.

 

El pasado 20 de octubre era asesinada por el ente genocida de Israel la poetisa, novelista y activista feminista Hiba Kamal Abu Nada.

Abu Nada nacía el 24 de junio de 1991 en La Meca. Hija de una familia refugiada a causa de la ocupación israelí de 1948 (la Nakba), siempre ha tenido muy presente el sufrimiento de su pueblo y el suyo mismo.

Constante estudiante e incansable activista, Abu estudió Bioquímica en la Universidad Islámica de Gaza, donde ejerció también como profesora y continuó sus estudios de master en nutrición clínica en la Al-Azhar University. Pero no únicamente hizo de la ciencia su pasión y profesión, sino que también hizo de la escritura una forma de lucha. En 2017 ganó el premio Sharjah a la Creatividad Árabe por su novela “El oxígeno no es para todos los muertos”, siempre teniendo muy presente el conflicto bélico que el sionismo lleva a cabo contra su tierra.

Y así, a sus 32 años, dedicados al estudio, a la docencia, a la escritura, a la lucha de la mujer y por los derechos de su pueblo, el genocidio israelí acabó con su vida. Un bombardeo acababa con esos años de una persona excepcional, que jamás abandonó su causa. Un día antes de morir ella escribió: “Si morimos, que sepan que estamos satisfechos y firmes, y digan al mucho, en nuestro nombre, que somos personas justas del lado de la verdad”.

Corría el año 1920, empezaba febrero, y en la fábrica de tejidos de Bello las obreras tras varios intentos de pararla decidieron volver a intentarlo, pero esta vez organizadas.

Las trabajadoras de la fábrica colombiana no sólo trabajaban en unas condiciones nefastas, obligadas a trabajar descalzas durante 10 o 12 horas al día y cobrando un 250% menos que los hombres que trabajaban junto a ellas, sino que además eran víctimas de trato despótico y agresiones sexuales por parte de los patrones, la vieja historia que se repite aun en nuestros días.

Y aquí es donde aparece Betsabé, entre las 400 obreras que se sumaron a la huelga, destacó su papel. Con su iniciativa comenzaron las asambleas para organizar la huelga, los contactos con prensa y organismos gubernamentales, o la creación de un Comité de Solidaridad que recolectaba dinero y alimentos para mantener a las huelguistas mientras fuera necesario.

Sus reivindicaciones, que Betsabé se encargó de trasladar al gobernador de Antioquía eran: reducir su jornada laboral a 9 horas y 50 minutos incluyendo una pausa para comer, un aumento salarial del 40%, mejorar las condiciones higiénicas y, sobre todo, el despido de aquellos supervisores que habían cometido agresiones sexuales o ejercían un trato abusivo sobre las trabajadoras de Bello.

En sus viajes a la Medellín, Betsabé como portavoz de la lucha, logro el apoyo económico del estudiantado de medicina de la Universidad de Antioquía y el compromiso de la fábrica de tejidos de Medellín de sostener a las trabajadoras durante dos meses con el fin de que no se rindieran. Cabe destacar que mientras del exterior llegaban múltiples muestras de apoyo y solidaridad, los varones de la fábrica continuaron trabajando cual esquiroles.

Nació en San Sebastián el 15 de mayo de 1921, y falleció en Madrid el 24 de noviembre de 2009. Era conocida como Amparitxu.

Literata, poeta y comunista, pareja del escritor Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, conocido como Gabriel Celaya, personaje que crearon juntos.

La familia de Amparo estaba implicada en la militancia comunista, y vivió las consecuencias de la guerra civil y, pasó, junto con su hermano, por la cárcel. A través de ella y su compromiso Celaya tomó conciencia de esta realidad y se convirtió en el conocido poeta social.

Fue vecina del madrileño barrio de  Prosperidad durante 50 años, incluyendo la dictadura. Durante su estancia allí apoyaron la resistencia del comunismo en la clandestinidad, acogiendo en su casa a varios militantes,  en concreto el caso de la detención antes de la Huelga Nacional Pacífica, y nunca abandonando ni esta casa ni sus ideas, pese a las detenciones de estos militantes y la represión.

Antes de la Huelga Nacional Pacífica del 18 de junio de 1959, Simón Sánchez Montero, que formaba parte de la dirección política del PCE en la clandestinidad,  iba a esconderse en su casa, pero faltó a la cita, y no apareció. Lo siguieron esperando en la casa y, pese a las recomendaciones de dejar la casa por si Simón estaba detenido y hablaba, Amparo se mantuvo allí.

Este gesto, era una confianza en el detenido, que pese a la privación de libertad y la tortura, confiaban en que no hablaría. Quedarse en la casa era un modo de enviarle fuerzas, si se mantenían allí le acompañaban de alguna forma.

 

En las afueras de Asunción (Paraguay), hay un barrio obrero que lleva el nombre de la mujer a la que hoy nos referimos, Carmen Soler. Y cada calle de este barrio lleva el nombre de uno de sus poemas. Ejercicio de memoria histórica para esta militante comunista que vivió gran parte de su vida exiliada y volviendo de forma clandestina a su país Paraguay.

Carmen nace en el seno de una familia con un alto compromiso social, militantes del Partido Febrerista, del cual comenzaría a formar parte desde su adolescencia, dentro del ala radical marxista “Bloque Liberación”.

Sin embargo, sería a los 18 años, cuando se traslada a Chaco y comienza a tener mayor relación con obreros e indígenas como maestra rural, cuando conecta profundamente con la injusticia social, lo que sería determinante para su andadura política y como poeta, pues esta temática pasa a ser principal fuente de inspiración para sus poemas.

En 1946 Carmen comienza a participar en la fundación de la Unión Democrática de Mujeres (UDM) y en 1947, tras la derrota del levantamiento contra el régimen de Higinio Morínigo, lucha por la libertad de los presos políticos, pero finalmente debe trasladarse a Argentina huyendo de la represión y persecución en su país.

En 1954 vuelve a Paraguay y pasa a formar parte de las filas del Partido Comunista Paraguayo, sufriendo su primer arresto en 1955 por recoger firmas para el movimiento contra la bomba atómica. En 1957 vuelve al exilio en Argentina donde continúa su actividad política.

El 10 de septiembre de 1929 en la ciudad de Santiago de Cuba nace esta revolucionaría cuya militancia inició desde joven, incorporada a las luchas estudiantiles en la Universidad de Oriente, donde se graduó como Doctora en Pedagogía.  Su trayectoria vital es inseparable del desarrollo de los acontecimientos revolucionarios en Cuba, de modo que un recorrido de su vida lo es también por la historia cubana.

Al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 fue detenida junto con otras compañeras mientras distribuían propaganda revolucionaria.

Tras el ataque al Cuartel Moncada, colaboró activamente en buscar como ayudar a los sobrevivientes. Posteriormente junto a Frank País y bajo sus órdenes formó parte del núcleo inicial del Movimiento 26 de Julio. Participó en el levantamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba.

Durante el período insurreccional cumplió diferentes misiones, entre las que se destacan el traslado de los compañeros que formaron parte del primer refuerzo hacia la Sierra Maestra y, en unión de otras combatientes clandestinas, la introducción de armas para la lucha, provenientes de los Estados Unidos.

En agosto de 1958 se incorporó al Ejército Rebelde en el Segundo Frente Oriental “Frank País”, y fue designada al Departamento de Educación; allí participó en la creación de más de 400 escuelas y en la formación de grupos de alfabetización a combatientes.

Con el triunfo de la Revolución, junto a Vilma Espín, participó en la creación de la Federación de Mujeres Cubanas donde integró su Comité Nacional.

En 1966 pasó a trabajar en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias como Jefa de la Dirección de Enseñanza y Escuelas Militares Camilo Cienfuegos. En 1969 fue ascendida al grado de Capitán.

En 1970 fue designada Directora General de Formación de Personal Docente del Ministerio de Educación, organismo en el que tuvo diversas responsabilidades hasta ser nombrada a Ministra en 1979.

Eva fue detenida por primera vez en 1962. El motivo: organizar una manifestación de mujeres en apoyo a la huelga de los mineros asturianos. Se negó a pagar la multa y permaneció un mes en la cárcel junto a su hija de apenas un mes.

Eva nace en 1928 en Barcelona. Editora, novelista y ensayista, estudió en el Instituto Maragall de esa ciudad y con 20 años decide irse a Madrid a estudiar medicina. Fue en estos años cuando comenzó a adquirir su compromiso político, y es también, en ese ambiente de tertulias y reuniones clandestinas, donde conoce al que será su marido, Alfonso Sastre. Con él se exiliaría a París tras las protestas de estudiantes de 1956 y será en esta ciudad donde escribirá una novela basada en dichas protestas desde un punto de vista sociológico.

Viaja a Cuba en 1966 y permanece cuatro meses en Sierra Maestra. Fruto de esta experiencia escribe su ensayo Los nuevos cubanos, en el que describe la vida en el campo tras el triunfo de la Revolución cubana. Esta obra fue prohibida por la censura en España.

Su implicación política va en aumento. Escribe para varias publicaciones clandestinas, se implica activamente en el frente feminista e ingresa en el Partido Comunista de España, aunque unos años después decide marcharse acusándolo de deriva reformista.

Comenzando la década de los 70, su solidaridad con los pueblos la lleva a crear en Madrid el Comité de Solidaridad con Euskadi durante el proceso Burgos. Unos años más tarde es acusada de colaborar con ETA,

El 30 de junio de 1917 (1017) nacía en Brooklyn Lena Horne, actriz, cantante de jazz y sobre todo activista por los derechos políticos y sociales. Tras pasar su infancia en el estado de Georgia, Lena regresó a su ciudad natal para convertirse en una estrella de jazz, aunque no lo tuvo del todo fácil . Comenzó sus actuaciones en el archiconocido Cotton Club, donde las personas negras como Lena podían trabajar, pero no acudir como público.

El nombre de Lena puede que no les suene a muchos y muchas, pero no es casual. Ella era, como decimos, activista contra la discriminación racial y por cuestión de clase, y esto, al gobierno estadounidense no le agradaba en absoluto. Perseguida por luchadora y “comunista”, fue perseguida y vetada en numerosas ocasiones. Entrecomillamos “comunista” porque nunca se reafirmó sobre su ideología, pero el gobierno yankee lo tenía claro, era su enemiga y no podía dejar que su carrera avanzara como debiera. Así pues, existen numerosos documentos del FBI, desclasificados hace escasos años, en los que se demuestra que fue perseguida durante más de treinta años.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lena decidió apoyar a los soldados negros, haciendo giras para cantar ante ellos, negandose a actuar en audiencias segregadas por etnias.

Además, se hizo famosa en Cuba, donde se le reconoce y recuerda con cariño. Especialmente por una canción, Now, en la que reivindicaba de nuevo la igualdad de derechos de las personas negras.

Nació en Cochabamba el 20 de junio de 1946. De temprana vocación literaria ya con 18 años pertenecía a una agrupación de poetas y artistas y acabado el bachillerato comenzó estudios de pintura y escultura en la Escuela de Artes Plásticas del estado de Anzoátegui (Venezuela) donde su familia había emigrado en los años 50. La obra de adolescencia fue editada en 1964 con el título Bajo la Refriega, libro de poemas con un lenguaje alejado de la cursilería propia de esa edad y donde se aprecia su talento y la influencia de las vanguardias artísticas de su época.

Vivió en Caracas y en la Universidad Central de Venezuela inició estudios en la Facultad de Arquitectura, a la vez se integró en diversas revistas y grupos de poetas. Estudios que se interrumpieron en 1965 para viajar a Leipzig becada por el Partido Comunista de Venezuela. En Europa estudió Historia del Arte, pero también se implicó en las luchas del momento como las marchas contra la guerra de Vietnam. Su aventura europea duró dos años pues aunque la poesía era su compromiso de vida, renunció a la escritura y al arte para entregarse de manera absoluta al proyecto revolucionario.

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