El VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba se ha desarrollado entre el 16 y el 18 de abril. La renovación de la dirección del partido es el aspecto más llamativo que los medios de comunicación burgueses manejan para insistir en la manipulación informativa de la que hacen gala constantemente contra la Revolución. El eje central de su anticomunismo es intentar transmitir que antes Fidel y ahora Raúl son los que dirigen personalmente el destino de Cuba.

Pero no nos vamos a detener en ello, toda vez que contra Cuba siempre “llueve sobre mojado” en el campo de la propaganda. En un mundo cambiante, donde el grado de confrontación de la lucha de clases y la batalla por la hegemonía se agudizan, Cuba mantiene su serenidad, pero se ocupa en enfatizar en el carácter colectivo de su proyecto socialista, con su Partido Comunista como orientador del proceso, incluyendo, ¿por qué no?, a su Secretario General. Se fue biológicamente Fidel, y ahora Raúl cede su testigo, pero el Partido sigue y se refuerza con el nuevo Comité Central que elijan las y los delegados.

Si no tuviese antecedentes penales la administración imperialista del ya expresidente Trump, tendríamos que estar pensando en alguna enfermedad patógena que deja al sujeto impedido para tomar una decisión libre y razonada, pero no estamos en el terreno de la psicología/psiquiatría, estamos en el mundo de los mortales en plena crisis general del capitalismo con el acicate de la pandemia de la COVID-19 que ya ha causado la muerte a más de 2.6 millones de personas en el planeta Tierra.

Días antes de traspasar la presidencia de EEUU, el sanguinario Trump reabre la caja de los truenos contra Cuba y, bajo falacias y montajes informativos, incluye a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, que tiene su origen a finales de 1979 como elemento de carga política en la lucha que el imperialismo mantenía con la URSS por aquellos años. Porque en esta lista estaban Libia, Irak, Yemen del Sur y Siria, ingresando posteriormente en este selecto club Irán, la República Popular Democrática de Corea, Afganistán, Cuba; pero, ¿en qué lista se encontraban por aquellos años la entidad sionista de Israel, el Chile de Pinochet, las sangrientas dictaduras de Argentina, Uruguay, Paraguay y tantos otros países que ejercían la tortura, las desapariciones, los horrores de la represión contra las fuerzas populares?… Pues seguramente en la de los alumnos aventajados de la Escuela de las Américas que, cínicamente, alguno llegó a describir “bastardos, pero son nuestros ¡bastardos!”

La batalla contra el bloqueo es una lucha política sin cuartel que no se detiene a las puertas de las burocracias. Foto: Cubaminrex

Según la ONU, son crímenes contra la humanidad los que constituyen ataques generalizados o sistemáticos a la población civil. Son «crímenes de lesa humanidad» los exterminios, la esclavitud, la deportación o expulsión forzosa, la privación de la libertad física e intelectual que viola el Derecho Internacional. Son «crímenes de lesa humanidad» las torturas, las violaciones, la prostitución y la violencia sexual, la persecución de un colectivo (incluido su «linchamiento mediático») por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género; la desaparición forzada de personas, el apartheid y otros actos que atenten contra la integridad de las personas y de los grupos sociales. Por ejemplo, el bloqueo, aunque lo llamen «embargo». Antes de que los «puristas» de las clasificaciones leguleyas alienten esperanzas de ensayar elocuencias escolásticas, sepan que no tendrán lugar aquí. Es delito de lesa humanidad todo cuanto atente contra la vida, la libertad, los derechos y la dignidad de las personas…, y los bloqueos son una de las formas de las guerras más alevosas, ilegales e ilegítimas, del capitalismo, aunque contraten o inventen ideólogos, tratados internacionales y legislaciones para camuflarse.

 

Desde que en 1962 el presidente norteamericano, J.F. Kennedy, declarase el bloqueo total de los EE. UU. contra Cuba con el objetivo de cercar el país para provocar el derrocamiento del gobierno revolucionario, esta táctica imperialista ha seguido manteniendo a lo largo de los años su hostigamiento contra la mayor de las Antillas con renovados ataques, endurecimiento de medidas, intentos de invasión, intentos de asesinato de sus dirigentes, acciones terroristas y todo un sinfín de artimañas, coacciones, mentiras, etc.

Esta escalada de medidas, que han venido sucediéndose en el tiempo sin diferencia alguna sobre qué partido, demócrata o republicano, ostentase el poder en los EE. UU., apoyadas y propiciadas por la oposición contrarrevolucionaria cubana afincada en Florida, ha supuesto un cruel y criminal castigo para la población de Cuba, que ha padecido ese bloqueo que afecta a las fuentes de suministros energéticos, a cualquier posibilidad de financiamiento, al acceso a medicamentos básicos, comunicaciones y telecomunicaciones y, en general, a toda su economía.

 

El 14 de noviembre de 1975 con el dictador Franco agonizando, el gobierno del Estado Español contraviniendo la Resolución de la ONU que le conminaba a llevar a cabo la descolonización del Sáhara Occidental y garantizar la independencia de dicha colonia, firma el llamado Acuerdo de Madrid.

Mediante este acuerdo España violando dicha resolución y traicionando al pueblo saharaui, hace entrega a Marruecos y Mauritania del Sáhara repartiéndose ambos países el territorio.

Hay que resaltar que en la negociación de dicho acto de traición, formaba parte de la delegación española el entonces príncipe Juan Carlos , vinculado por lazos de amistad con el monarca marroquí Hassan II, padre del actual rey de Marruecos Mohamed VI.

A 110 años de aquel 8 de marzo de 1910, cuando Clara Zetkin, en compañía de Kathy Duncker, solicita en la I Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, realizado en Copenhague, se instaure ese día como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora”; y en el marco de los noventa años de la fundación del Partido Comunista de Venezuela; es un compromiso visibilizar la práctica social, de vida y lucha de las mujeres venezolanas, que deben pasar por las más grandes penurias, pues en este período de pandemia la situación para la mujer se ha vuelto más crítica, la realidad es que seguimos en una sociedad capitalista depredadora, discriminadora y machista, donde somos consideradas seres de segunda.

La crisis nacional, caracterizada por el colapso del capitalismo dependiente venezolano y su modelo de acumulación basado en el rentismo petrolero, agudizada por los efectos devastadores de las agresiones económicas imperialistas contra la nación venezolana y la ausencia de políticas públicas que le hagan frente desde una perspectiva consecuentemente progresista y revolucionaria, impacta con saña en las condiciones de vida de la población y determina las condiciones en las que la mujer trabajadora se ve en la necesidad de guardar la cuarentena social y otras medidas dirigidas a contrarrestar la amenaza del nuevo coronavirus.

Canarias, la nueva/vieja geopolítica. Es cuestión de girar el norte, para entender

Ciertos problemas de cálculo infinitesimal, en ocasiones se resuelven de forma sencilla con un cambio en el sistema de coordenadas. En el análisis de la situación actual de las Islas Canarias resulta de la mayor utilidad un giro de noventa grados, para entender mejor. 

Expresado de forma sintética en este artículo se indican los factores fundamentales que determinan la lucha de clases en nuestras islas.

DÉCADAS DE LUCHA POPULAR

El movimiento popular -expresado como movimiento obrero y popular, o como campo nacional-popular, tiene un importante acumulado histórico en Canarias. Nuestra referencia de partida puede ser la lucha en la isla de Gran Canaria contra la pretendida Base Aeronaval de Arinaga. Una importante victoria del pueblo.

Para el sistema capitalista, es vital programar la mente de las personas, manipular el subconsciente mediante las técnicas más modernas de las relaciones públicas y la ingeniería de consenso. Foto: Ilustrativa

Los peores presagios de los escritores de ciencia ficción estadounidenses, Aldous Huxley y Ray Bradbury, parecen hacerse realidad en un mundo dominado por la cultura del capitalismo neoliberal, un cosmos de narcotizados esclavos felices.

Se ha alcanzado un éxito extraordinario en disuadir las amenazas al sistema con una avalancha de falsedades. Bombardean a la gente con una lluvia constante de contenidos triviales, que resaltan todo lo negativo y morboso que ocurre, contenidos que, a pesar de la variedad de medios para acceder a ellos, no significa que sean diversos. Un mismo mensaje puede presentarse de varias formas, repetido hasta la náusea.

La historia antes de 1959 del barrio San Isidro es la historia de los trabajadores portuarios, lo que influyó también en que fuese la zona donde la tolerancia de la prostitución se desarrollaba con la libertad que le otorgó la intervención del gobierno norteamericano en 1898.

En la actualidad el barrio tiene alrededor de 11 800 habitantes, cuenta con varios círculos infantiles, escuelas primarias, de deportes y hospitales, que garantizan la educación y sanidad gratuita de los residentes.

En el barrio de San Isidro se ubica la casa natal de José Martí. Allí se encuentra también la iglesia de Paula, el proyecto cultural de la galería Gorría y el Archivo Nacional en cuyos sótanos hay un laboratorio de restauración de cartas originales de patriotas cubanos cómo José Martí o Máximo Gómez.

La cultura en Cuba, a lo largo de su historia, tiene una característica común : la soberanía.

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