Tras varios meses de conflicto entre los trabajadores del matadero central de Asturias y la empresa propietaria Junquera Bobes, como consecuencia de los salarios adeudados por la empresa a los trabajadores, ésta solicitó a finales de julio el concurso de acreedores ante las reclamaciones salariales de los mismos, entrando el conflicto en una nueva fase. La respuesta de los trabajadores ha sido contundente ante la maniobra de la empresa, haciendo pública la decisión de su asamblea de instalarse en el propio matadero y comenzar las movilizaciones para exigir el inicio de la actividad y el mantenimiento de los 94 puestos de trabajo que están juego.

Los trabajadores han rechazado la propuesta de los administradores concursales de proceder a un expediente temporal de regulación de empleo durante dos meses, ante la falta de información sobre el plan de viabilidad de la empresa. Sin duda esta propuesta lanzada por los acreedores concursales no es más que un intento de parar las movilizaciones que los trabajadores están llevando adelante y que están encontrando el apoyo de otros trabajadores de empresas en lucha, de la población y del sector ganadero asturiano.

El matadero central de Asturias es una pieza fundamental para el desarrollo del sector cárnico asturiano, ya que en la actualidad se sacrifica el 45% del vacuno de la región, del cual el 80% se comercializa (se compra y se vende). Su cierre no sólo repercutiría de manera negativa sobre el sector cárnico ante la imposibilidad de que otros mataderos asumiesen tal carga de trabajo, sino que a todas luces es absurdo afirmar que el matadero central no tiene futuro.

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